LA BIBLIA - INTRODUCCIÓN

La Biblia no ha caído del cielo. Aquí están libros que no se proclamaron desde las nubes, con algún parlante celestial, sino que se reunieron pacientemente a lo largo de siglos en el seno del Pueblo de Dios, gracias a la fe de sus minorías más conscientes.

Durante unos 18 siglos, desde Abraham hasta Jesús, el pueblo de Israel descubrió, cada vez con mayor lucidez, que el Dios Único se había ligado a él. Las experiencias de la comunidad nacional, los llamados de esos hombres, llamados profetas, que hablaban de parte de Dios, las inquietudes que se desarrollaban entre los creyentes: todo esto pasó de una que otra manera a esos libros. Y fueron los responsables religiosos de Israel los que recibieron, escogieron y acreditaron estos libros, integrándolos al Libro Sagrado.

Así se formó el Antiguo Testamento de la Biblia.Testamento se refiere a que estos libros era como la herencia más preciosa entregada por Dios a su pueblo escogido.

Después de tantas experiencias, llegó para el pueblo de Israel un tiempo de crisis en que Dios quiso llevarlos de una vez a la madurez de la fe. Para eso vino Jesús. Con él se llevó a cabo la experiencia más trascendental de toda la historia. Jesús, sus esfuerzos para salvar al pueblo judío de una destrucción inminente, su rechazo, su muerte y, luego, su Resurrección: ésta fue la última palabra de Dios.

La trayectoria de Jesús originó la predicación de la Iglesia y los libros que en ella se escribieron. Aquellos libros que fueron aprobados por los responsables de la Iglesia pasaron a integrar el Nuevo Testamento.

El Nuevo Testamento comprende:

LOS CUATRO EVANGELIOS. La palabra Evangelio significa la Buena Nueva. Esos son los libros en que los apóstoles de Jesús escribieron lo que habían visto y aprendido de él.

Luego viene el libro de los HECHOS DE LOS APÓSTOLES, escrito por Lucas, el mismo que escribió el Tercer Evangelio.

Luego vienen más de veinte CARTAS que los apóstoles dirigieron a las primeras comunidades cristianas.

El Antiguo Testamento comprende:

Los LIBROS HISTÓRICOS. Aquí vemos la actuación de Dios para liberar a un pueblo que quier hacer que sea su pueblo. Lo vemos educar a ese pueblo y dar un sentido a su historia nacional. En estos libros se destacan:

El Génesis. El Exodo. El Deuteronomio. Los libros de Samuel.

LOS LIBROS PROFETICOS. Dios interviene en la historia por medio de sus profetas, encargados de transmitir su palabra.

LOS LIBROS DE SABIDURÍA destacan la importancia de la educación y del esfuerzo del individuo para llegar a ser un hombre responsable y un creyente.

Ediciones Paulinas - Verbo Divino

miércoles, 29 de febrero de 2012

LEVÍTICO



INTRODUCCIÓN AL LEVÍTICO

Cuando el Niño Jesús cumplió cuarenta días fue presentado en el templo “según la Ley de Moisés” y ofrecieron por él “un par de tórtolas, según está escrito en la Ley”. Al sanar a unleproso, Jesús lo manda a los sacerdotes para “presentar la ofrenda prescrita por la Ley”. Se podrían multiplicar semejantes ejemplos, demostrando que Jesús nació en un pueblo que tenía una religión muy organizada, con autoridades religiosas, fiestas, ideas bien precisas sobre lo que agrada a Dios. Estas leyes y ceremonias formaban un cuadro estrictamente codificado en que no había cabida para la anarquía.
En Israel, como en todas las sociedades primitivas, la religión se unía estrechamente con el orden social y la cultura (así los sacerdotes eran competentes para diagnosticar la lepra), y por esto las sociedades primitivas son conservadores, pues consideran que Dios ha fijado el orden social vigente y éste debe mantenerse siempre así. En Israel, sin embargo, a diferencia de los demás pueblos, los sacerdotes y profetas sabían que la historia está en marcha. Y hubo un progeso de las leyes civiles y religiosas más que en cualquier otro país. Pero en tiempo de Cristo el conservadurismo logró prevalecer, y Jesús denunció la religión que solamente se fija en tradiciones y costumbres. Luego Pablo afirmó que esta Ley era propia de la cultura judía y no se debía imponer a hombres de otras razas cuando éstos se convertían a Cristo.
Sin embargo, estas leyes están en la Biblia y sacaremos doble provecho de su lectura:
-Veremos cómo Dios educó a su pueblo, durante siglos, a partir de la cultura propia de ese pueblo; estas leyes no fueron dictadas por Dios desde el cielo, sino que fueron elaboradas por los sacerdotes a cargo de la conducta religiosa del pueblo.
-Por muy antiguas y a veces anticuadas que sean esas leyes y prácticas, inspiran, al cristiano que las lee con fe, reflexiones nuevas referentes a lo que Dios nos pide hoy.

La mayoría de las leyes de la Biblia están en el Levítico, los Números y el Deuteronomio. Al Levítico se le nombró así porque contiene leyes que los sacerdotes de la tribu de Leví debían conocer, practicar y enseñar, y contiene tres grandes partes:
-Ley de los sacrificios, cap. 1-8
-Ley referente a lo puro y lo impuro, cap. 11-15
-Ley de la santidad, cap. 17-26
El Levítico fue redactador en forma definitiva durante el Destierro a Babilonia.

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Sacrificios: el holocausto

¡ 1 1 Llamó Yavé a Moisés y le habló así, desde la Tienda de las Citas divinas: “Habla a los hijos de Israel y diles esto: 2 Cuando alguno de ustedes presenta a Yavé una ofrenda de animales, ésta puede ser de ganado mayor o menor.
3 Si alguien ofrece ganado mayor para su sacrificio de holocausto, presentará un macho sin defecto. Lo ofrecerá ante la puerta de la Tienda de las Citas, de manera que sea agradable a Yavé. 4 Pondrá su mano sobre la cabeza de la víctima, para que Yavé se la reciba para perdón de sus pecados. 4 Sacrificarán el animal delante de Yavé y los sacerdotes, hijos de Aarón, ofrecerán la sangre derramándola por sobre todo el altar que está a la entrada de la Tienda de las Citas. 6 Despedazarán la víctima; 7 luego los sacerdotes pondrán fuego en el altar y colocarán leña sobre el fuego en el altar y colocarán leña sobre el fuego; 8 acomodarán los trozos con la cabeza y las grasas encima de la leña colocada sobre el fuego del altar. 9 El que ofrece el sacrificio lavará con agua las entrañas y las patas y el sacerdote lo quemará todo en el altar. Así se procederá al holocausto. El olor de la víctima consumida por el fuego apaciguará a Yavé.
10 Si alguien ofrece ganado menor, cordero o cabras, también ofrecerá un macho sin defecto. 11 Lo sacrificarán ante Yavé, al lado norte del altar; los sacerdotes derramarán la sangre por todos los lados sobre el altar. 12 Luego lo despedazarán en porciones y el sacerdote lo dispondrá con la cabeza y el sebo encima de la leña colocada sobre el fuego del altar. 13 El que ofrece el sacrificio lavará con agua las entrañas y las patas y el sacerdote lo ofrecerá y lo quemará en el altar. Así se procederá al holocausto. El olor de la víctima consumida por el fuego apaciguará a Yavé.
14 Si la ofrenda a Yavé es de aves, presentará como ofrenta tórtolas o pichones. 15 El sacerdote presentará la víctima en el altar, le arrancará la cabeza, la quemarás obre el altar y exprimirá su sangre sobre la pared del altar. 16 Le quitará el buche y las plumas y las arrojará al lado oriental del altar en el lugar de las cenizas. 17 Abrirá el ave entre las alas, sin llegar a partirla. El sacerdote la quemará en el altar encima de la leña colocada sobre el fuego. Así se procederá al holocausto. El olor de la víctima consumida por el fuego apaciguará a Yavé.”

¡ “Yavé habló a Moisés”. Cada ley es introducida por esta expresión como si Moisés hubiera dictado todas las leyes que debían ponerse en práctica siglos después. Pero esa es una forma literaria y significa que la Ley guarda el espíritu de lo que Dios enseñó a Misés en el Sinaí, a pesar de que corresponde a tiempos muy posteriores.
Los hebreos, Abraham y los suyos, pradticaban los ritos y costumbres de sus antepasados. Siendo pastores, ofrecían sus animales en sacrificio. Después, en Canán, los israelitas encontrarán entre los cananeos paganos otros sacrificios, otros usos, de los cuales adoptarán varios. Sin embargo, la revelación hecha a Moisés en el Sinaí les da el criterio que va a orientar las formas de culto nuevas o antiguas:
-Dios es el Dios único, el Invisible que no necesita nada, pero  pide que sus fieles lo sirvan a él.
-Yavé es el Dios Santo, totalmente  diferente de toda criatura, y también Israel, consagrada a Dios, se deb econservar “santo”: separado de los demás pueblos.
-Yavé exige la justicia; la “pureza” exterior debe reflejar la santidad interior.
El pueblo judío tenía un solo santuario; el Templo de Jerusalén. Ahí acudían de todos los lugares para ofrecer sus sacrificios. El Templo, construido por el rey Salomón (ver 1 Reyes 6), era un edificio no muy grande (de unos 25 metros de largo por 15 de ancho) y sólo entraban en él los sacerdotes. El pueblo se reunía alrededor, en los patios pavimentados. En el patio principal había un altar grande, hecho de piedras macizas, el Altar de los  Holocaustos, o sea, de las víctimas totalmente quemadas. En ciertas ocasiones, parte de la sangre de la víctima se derramaba sobre otro altar mucho más pequeño, dentro del Templo.
Había varias clases de sacrificios. En la mayoría de ellos, los sacerdotes recibían como sueldo una parte de la víctima; la otra parte se la comían los donantes en un banquete de comunión. Por el contrario, en el holocausto nada se comía, sino que todo se ofrecía a Dios en señal de perfecta sumisión.
Los israelitas, como otros pueblos antiguos, consideraban que la vida de cada  ser está en su sangre (ver Gén 9,5) Por eso la sangre pertenecía a Dios y nadie la podía comer o beber. Al ofrecer la sangre del animal sacrificado, el israelita expresaba claramente que con ella ofrecía a Dios su propia vida (Lev 17,11) No sin motivo, Jesús quiso morir derramando su sangre, para mostrar la entrega total de su vida por obediencia al Padre y por amor a sus hermanos. La Carta a los Hebreos saca de los sacrificios judíos la enseñanza siguiente, que se cumplió en la Pasión de Jesús: “Sin sangre derramada no se borran los pecados” (Hebreos 9,22)
Hay que resaltar la repetida expresión “sin defecto”. Los profetas reprocharán al pueblo por no cumplir con este mandato (Mal 18,13) Se da a Dios cualquier cosa, lo que sobra, y no lo mejor de lo que tenemos.

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La ofrenda

2 1 “Cuando alguien ofrezca a Yavé una ofrenda, ésta consistirá en flor de harina, sobre la que derramará aceite y pondrá incienso. 2 La llevará a los hijos de Aarón, a los sacerdotes; el sacerdote tomará un puñado de harina con aceite y todo el incienso; luego lo quemará en el altar como memorial. Es un sacrificio por el fuego de calmante aroma para Yavé.
3 El resto de la ofrenda quedará para Aarón y sus hijos; es cosa muy sagrada porque proviene del sacrificio por el fuego para Yavé.
4 Cuando quieras ofrecer alguna masa cocida al horno, será de flor de harina en panes ázimos amasados con aceite, o en tortas ázimas untadas de aceite.
5 Si ofreces alguna masa preparada en la parrilla, ésta deberá ser de flor de harina amasada con aceite, sin levadura.  6 La partirás en trozos y le echarás aceite: es una ofrenda.
7 Si presentas una ofrenda preparada en sartén, ésta será de flor de harina con aceite.
8 Llevarás a Yavé dichas ofrendas y las recibirá el sacerdote para presentarlas al altar. 9 El sacerdote reservará parte de la ofrenda como memorial y la quemará en el altar, como sacrificio por el fuego de calmante olor para Yavé. 10 El resto de la ofrenda quedará para Aarón y sus hijos, como porción muy sagrada del sacrificio por el fuego para Yavé.
11 No se presentará a Yavé ninguna ofrenda de masa fermentada. No se quemará sobre el altar ni levadura ni miel para hacer con ello un sacrificio a Yavé. 12 Se podrán ofrecer como primicias, pero no se quemarán en el altar.
En toda ofrenda que presentes, pondrás sal. 13 No faltará a tu ofrenda la sal de la alianza con tu Dios. En todas tus ofrendas ofrecerás sal.
14 Cuando tú presentes a Yavé la ofrenda de las primicias de tus sembrados, de las espigas todavía verdes, las tostarás al fuego y desmenuzarás, como se hace con el grano, y así ofrecerás tus primicias a Yavé. 15 Echarás por encima aceite e incienso, por ser una ofrenda. 16 Como memorial de la misma, el sacerdote quemará parte del grano molido y del aceite, con todo el incienso. Es un sacrificio por el fuego para Yavé.

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El sacrificio de comunión

3 1 Cuando alguien ofrezca un sacrificio de comunión, si lo que ofrece es vacuno, macho o hembra, ofrecerá un animal sin defecto. 2 Pondrá su mano sobre la cabeza de la víctima y la degollará a la entrada de la Tienda de las Citas; y los hijos de Aarón, los sacerdotes, rociarán con la sangre el contorno del altar. 3 En este sacrificio de comunión se ofrecerá por el fuego para Yavé: el sebo que cubre las entrañas y todo lo que hay sobre ellas; 4 los dos riñones y el sebo adherido a ellos y a los loos. A los riñones se les añadirá el lóbulo del hígado.
5 Los hijos de Aarón quemarán todo esto en el altar encima del holocausto diario que está sobre la leña puesta al fuego. Será un sacrificio por el fuego de calmante olor para Yavé.
6 Si lo que se ofrece como sacrificio de comuníón ante Yavé es de ganado menor, se ofrecerá un animal sin defecto, macho o hembra.
7 Si alguien ofrece un cordero, lo presentará ante Yavé, 8 pondrá su mano sobre la cabeza de su víctima, la cual será degollada a la entrada de las C itas. Los hijos de Aarón rociarán con su sangre el contorno del altar. 9 En este sacrificio de comunión quemarán  para Yavé la gordura y la cola entera 10 con los riñones y el sebo adherido a ellos y a los lomos,  junto con el lóbulo del hígado. 11 El sacerdote quemará todo esto sobre el altar como sacrificio para Yavé.
12 Si su ofrenda es una cabra, la presentará ante Yavé, 13 impondrá la mano sobre su cabeza y la sacrificará ante la Tienda de las Citas; los hijos de Aarón derramarán su sangre alrededor del altar. 14 Presentará parte de ella como ofrenda suya, sacrificio por el fuego para Yavé; 15 el sebo que cubre las entrañas y el que está encima, con el sebo adherido a ellos y a los lomos, junto con el lóbulo del hígado. 16 El sacerdote quemará todo esto en el altar, como sacrificio por el fuego, de calmante olor para Yavé.
17 Toda la grasa pertenece a Yavé. Este es un decreto perpetuo de generación en generación, dondequiera que vivan. No comerán grasa ni sangre. 

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El sacrificio “por el pecado”

+ 4 1 Yavé habló así a Moisés: 2 “Habla a los hijos de Israel y diles: Cuando una persona peca por ignorancia haciendo alguna cosa de todas aquellas que mandó Yavé que no se hicieran; 3 si el que peca es el sumo sacerdote ungido, su pecado mancha al pueblo. Ofrecerá a Yavé, por el pecado que cometió, un ternero sin defecto.
4 Y lo traerá a la Tienda de las Citas a la presencia de Yavé; poniendo la mano sobre la cabeza del ternero lo sacrificará a Yavé. 5 Tomará también parte de su sangre, que llevará a la Tienda de las Citas; 6 y habiendo mojado el dedo en la sangre rociará con ella siete veces hacia el velo del santuario, 7 en presencia de Yavé. Con la misma teñirá los cuernos del altar del incienso aromático para Yavé colocado en la Tienda de las Citas. La sangre restante la vaciará al pie del altar de los holocuastos, a la entrada de la Tienda de las Citas.
8 Después quitará la grasa del ternero sacrificado por el pecado, tanto la que cubre las entrañas como la que está encima, 9 los riñones y el sebo adherido a éstos y a los lomos, junto con el lóbulo del hígado, 10 como se quita del ternero ofrecido como sacrificio de comunón, y lo quemará todo sobre el altar de los holocaustos. 11 Más la piel, toda la carne, la cabeza, patas e intestinos y el excremento; 12 lo restante del cuerpo lo llevará fuera del campamento, a un lugar limpio donde se suelen echar las cenizas de las víctimas, y pondrá fuego a todas estas cosas, colocadas sobre un montón de leña, que serán consumidas en el lugar donde se echan las cenizas.
13 Si toda la comunidad de Israel peca por ignorancia, sin darse cuenta de que hizo alguna cosa prohibida por Yavé, 14 cuando se descubra su pecado ofrecerá por el pecado un ternero que conducirá a la entrada de la Tienda de las Citas.
15 Los ancianos del pueblo pondrán las manos sobre la cabeza del ternero, en la presencia de Yavé, ante la cual será degollado. 16 Y el sacerdote, que está ungido, meterá parte de la sangre en la Tienda de las Citas, 17 haciendo con el dedo mojado en dicha sangre siete rociadas hacia el velo, 18 y con la misma sangre rociará los cuernos del altar que está ante Yavé en la Tienda de las Citas; la sangre restante la derramará al pie del altar de los sacrificios, colocado ante la puerta de la Tienda de las Citas.
19 Le quitará toda la grasa, la cual quemará sobre el altar, 20 haciendo en todo con este ternero lo mismo que hizo con el otro, y así el sacerdote hará la expiación por ellos y será perdonados. 21 Sacarán el ternero fuera del campamento y lo quemarán también como el primero, por ser sacrificio por el pecado de toda la asamblea.
22 Si peca un jefe y por ignorancia hace alguna de las muchas cosas que prohíbe la ley de Yavé, resultando culpable, 23 en cuanto se le indique su pecado traerá como ofrenda un macho cabrío sin defecto, 24 le pondrá su mano sobre la cabeza y lo degollará en lugar donde se sacrifica el holocausto en presencia de Yavé. 25 Es un sacrificio por el pecaedo. El sacerdote mojará su dedo en la sangre de la víctima y derramará la sangre al pie de este altar.
26 El sebo lo quemará encima, como se hace en los sacrificios de comunión. En esta forma el sacerdote hará la expiación  por él, por el pecado, y se le perdonará.
27 Si un hombre cualquiera del pueblo peca por inadvertencia, haciendo algo prohibido por Yavé, haciéndose culpable, 28 en cuanto se le indique el pecado cometido presentará como ofrenda una cabra sin defecto, 29 pondrá la mano sobre la cabeza de dicha víctima por el pecado y la degollará en el lugar de los holocaustos; 30 el sacerdote mojará su dedo en la sangre y tocando con ella los cuernos del altar de los holocaustos derramará el resto junto a su base. 31 Quitará toda la grasa como suele quitarse de los sacrificios de comunión, la quemará sobre el altar como calmante olor para Yavé. Así hará la expiación por el que ha comtido la falta y será perdonado.
32 Si ofrece por el pecado una ovejita, tomará una oveja sin defecto, 33 pondrá la mano sobre la cabeza de ésta y la degollará en el lugar donde se deguellan las víctimas de los holocaustos. 34 El sacerdote mojará su dedo en la sangre y tocará con ella los cuernos del altar de los holocaustos, luego derramará el resto de la sangre, al pie del altar. 35 También quitará toda la grasa, así como se quita del ternero sacrificado en sacrificio de comunión, la quemará sobre el altar encima de los sacrificios por el que ofrece y por su pecado, y le será perdonado.

+ Vienen, a continuación, los sacrificios por el pecado. No se trata del pecado verdadero, el pecado interior (Mt 5,22) que sale del hombre (Mt 7,20), sino de las faltas contra las leyes del culto. Incluso leemos en los versículos 22 y 27: si uno peca por inadvertencia. Es otra clase de falta, o más bien de descuido, que ni siquiera merece el nombre de pecado en el sentido actual de la palabra; pues donde no hay advertencia ni intención mala, no puede haber pecado. En 5,1-13 se dan ejemplos de tales pecados.
En cambio, en 5,20-26 se habla de otras faltas que exigen un sacrificio de reparación y que son verdaderos pecados. La Biblia no confunde unos con otros.
Nos llama la atención este “pecar por inadvertencia”. Según San Pablo (Rom 7,7; 4,15), la finalidad de la Ley es sacar a la luz el pecado, los mandatos hacen que el pecado se manifieste. Esta fuerza del mal actúa en nosotros, incluso sin que tengamos conciencia de ella. La Ley nos obliga a abrir los ojos y a reconocernos pecadores.

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Sacrificios por varias culpas

5 1 Si una persona que podía testificar respecto de algún crimen del que fue testigo ocular o del que supo y, sin embargo, al oír las palabras de la maldición contra quien no denunciara no quiso denunciar al culpable, carga con su pecado.
2 También aquel que toca cosa impura, ya sea el cuerpo de una bestia impura, o de un animal impuro, o bien de algún reptil impuro, sin darse cuenta, pero después se da cuenta y se encuentra culpab.le 3 O b ien toca cualquiera de las inmundicias humanas con que puede contaminarse, sin darse cuenta pero después se da cuenta y así se encuentra culpable.
5 El que es culpable en uno de esos casos confesará primero su pecado.6 Luego, como sacrificio de reparación por el pecado cometido, llegará a Yavé una hembra, oveja o cabra, y el sacerdote hará la expiación por dicho pecado y persona.
7 Cuando su situación económica no alcance para una res, a lo menos ofrezca a Yavé dos tórtolas o dos pichones, uno por el pecado y otro en holocusto. 8 Los entregará al sacerdote, el cual, ofreciendo uno por el pecado, le retorcerá la cabeza hacia las alitas, de manera que quede pegada al cuello no enteramente separada. 9 Rociará con su sangre la pared del altar y derramará el resto de la sangre al pie del altar: es un sacrificio por el pecado. 10 El otro pájaro, lo quemará en sacrificio de holocausto, como se acostumbra hacer. Cuando el sacerdote hace la expiación por este hombre, por su pecado, este hombre es perdonado.
11 Pero, si no tiene para ofrecer dos tórtolas o dos pichones, ofrecerá por su pecado una décima parrte de flor de harina, en que no ha de mezclar aceite, ni poner encima incienso alguno, pues es ofrenda por el pecado. 12 La entregará al sacerdote, el cual, tomando un puñado entero de harina, la quemará sobre el altar encima de los holocaustos para Yavé, en memoria del que ofrece. 13 Así el sacerdote hará la expiación por él y por su pecado y le será perdonado. También el sacerdote guardará su porción como para las ofrendas.”
14 Yavé habló a Moisés para decirle: 15 “Si alguno ha pecado por error, al no dar todo lo que debía consagrar a Yavé, ofrecerá por su pecado un carnero sin defecto, una res de ganado menor que tú apreciarás según lo que vale en siclos de plata, según el peso del santuario. 16 Este hombre devolverá lo que retuvo y lo dará al sacerdote agregando una quinta parte. El sacerdote hará la expiación por él, ofreciendo el carnero por el pecado, y quedará perdonado.
17 Si un hombr epeca, haciendo alguna cosa de las prohibidas por la ley de Dios, se hace culpable aunque no se dé cuenta, y carga con un pecado. 18 traerá al sacerdote un carnero sin defecto, una res de ganado menor, según lo que tú mismo apreciarás; el sacerdote hará la expiación por él, pues lo hizo sin advertencia, y quedará perdonado. 19 Es un sacrificio por el pecado ya que era culpable a los ojos de Yavé.”

Sacrificios por pecados de malicia

20 Yavé habló a Moisés para decirle: 21 “Se trata del que cometió pecado e infidelidad contra Yavé en la forma siguiente: Defraudó a su prójimo referente a algún depósito que éste le había confiado, o le quitó una cosa por la fuerza, o lo explotó, o mintió 22 e hizo falso juramento respecto de una cosa perdida que encontró, o hizo cualquier otra cosa en que suelen pecar los hombres. 23 Ya que pecó y se hizo culpable, tendrá que devolver lo que robó o quitó a la fuerza o lo que guardó del depósito o de la cosa perdida que encontró 24 y por lo que hizo falso juramento. Añadirá además la quinta parte.

25 Traerá a Yavé su sacrificio por el pecado: un carnero sin defecto, una res de ganador menor, y lo dará al sacerdote, a proporción y medida del delito; 26 el sacerdote hará la expiación por él en presencia de Yavé, y le será perdonado cualquier pecado que haya cometido.”

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Leyes referentes a los sacrificios

¨ 6 1 Así habló Yavé a Moisés: 2 “Da esta orden a Aarón y a sus hijos: éste será el rito del sacrificio del holocausto. Permanecerá en el altar durante la noche hasta el amancecer, el fuego del altar, lo quemará.
3 El sacerdote se revestirá con la túnica de lino y se pondrá los calzoncillos de lino, recogerá las cenizas de la víctima devorada por el fuego, y las pondrá junto al altar. 4 Luego se despojará de las pas primers vestiduras, quedando con otras ordinarias, llevará las cenizas fuera del campamento y las echará en un lugar puro.
5 El fuego ha de arder siempre en el altar y el sacerdote cuidará de alimentarlo, echando leña cada día por la mañana;  pondrá encima las víctimas del holocausto así como la grasa de las víctimas de holocausto así como la grasa de las víctimas de comunión. 6 Este es el fuego perpetuo, que nunca debe faltar en el altar.
7 Este es el rito de las ofrendas. Los hijos de Aarón las ofrecerán en presencia de Yavé frente al altar. 8 El sacerdote tomará de la ofrenda un puñado de flor de harina mezclada con aceite y todo el incienso que haya puesto encima, y lo quemará en el altar en memorial para Yavé. 9 Lo que queda de la flor de harina, Aarón y sus hijos lo comerán en ázimos en un lugar santo dentro de la Morada. 10 No le pondrán levadura; ésta es la parte que les doy en mis sacrificios por el fuego, y será cosa muy sagrada, lo mismo que la víctima por el pecado, el delito o la falta; 11 sólo los varones de la descendencia de Aarón la comerán. Esta parte de los sacrificios por el fuego para Yavé les pertenecerá por derecho para siempre. Todo lo que toque esas cosas santas pasará a ser santo también.”
12 Yavé habló a Moisés para decirle: 13 “Esta es la ofrenda que Arón y sus hijos deben ofrecer a Yavé en el el día de su consagración. Ofrecerán en sacrificio perpetuo una décima de flor de harina, la mitad por la mañana y la otra por la tarde; 14 la freirán en aceite, en una sartén, y la forecerán caliente; presentarán los pedacitos fritos como ofrenda calmante olor para Yavé; 15 el sacerdote que reemplace legítimamente a su padre hará lo mismo. Es un rito perpetuo para Yavé; esta ofrenda será quemada toda entera en el altar; 16 y así toda ofrenda de los sacerdotes debe ser comida totalmente; no se comerá nada de ella.”
17 Yavé habló a Moisés para decirle: 18 “Dile a Aarón y a sus hijos: ésta es la Ley de la víctima ofrecida por el pecado. Será sacrificada ante Yavé en el mismo lugar donde se frece el sacrificio del holocausto: Es una cosa muy sagrada. 19 El sacerdote que la ofrece la comerá en un lugar santo, a la entrada de la Tienda de las Citas. 20 Cualquiera que toque las carnes sacrificadas será santificado. Si cae una gota de su sangre sobre algún vestido, se lavará en lugar santo. 31 La vasija de barro en que fue cocida, será quebrada. La de cobre, en cambio, se fregará y lavará con agua. 22 Todo varón de entre los sacerdotes comerá la carne de esta víctima, la cual es cosa muy sagrada. 23 Al contrario, si se trata de una víctima sacrificada por el pecado, cuya sangre fue introducida en la Tienda de las Citas para conseguir el perdón, no se comerán en el santuario, sino que será quemada al fuego.

¨ Entre tantas reglas de tipo culinario se notarán algunos detalles:
6.5 El fuego que nunca se debía apagar. Diariamente, en la mañana y en la tarde, se ofrecía un cordero en holocausto.
6.20 Lo sacrificado a Dios le pertenece y está como contaminado por la Santidad de Dios mismo
6,28-36: Para que el sacrificio consiga su efecto, es necesario que se coma la carne que, por el sacrificio, pasó a ser santa. Aquí se garantiza al sacerdote un medio de existencia, pero también se garantiza la eficacia del sacrificio.

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El sacrificio de reparación

7 1 Esta es también la Ley de la víctima ofrecida por el delito: esta víctima es cosa muy santa. 2 Por eso la víctima por el delito se sacrificará en el mismo lugar donde se ofrece la víctima del holocausto y su sangre será derramada alrededor del altar. 3 De ella ofrecerán la cola y la grasa que cubre las entrañas, 4 los dos riñones junto con el sebo adherido a ellos y a los lomos, y el lóbulo del hígado.
5 El sacerdote quemará todo esto sobre el altar como sacrificio por el fuego para Yavé. Este es el sacrificio por el delito. 6 De entre los sacerdotes podrán comerlo todos los varones; se comerá en lugar sagrado, pues es cosa muy santa.
7 De la manera que se ofrece la víctima por el pecado, así se ofrecerá la víctima por el delito: tiene el mismo ritual. La víctima pertenece al sacerdote que la sacrificó: 8 También, cuando el sacerdote ofrece un holocausto, la piel de la víctima le pertenece.
9 Toda ofrenda de flor de harina que se cuece en horno, o se tuesta en sartén, será del sacerdote que ofrece; 10 en cambio, toda ofrenda amasada en aceite, o seca, se dará a todos los h ijos de Aarón, en proporciones iguales.

El sacrificio de Comunión

11 Este es el ritual del sacrificio de comunión que se ofrece a Yavé: 12 si se ofrece en acción de gracias, lo acompañan panes ázimos, amasados con aceite, masas o tortas sin levadura, untadas con aceite, y flor de harina, sobadas también con aceite.
13 Además, con la víctima de acción de gracias ofrecida en sacrificio de comunión se presentarán panes con levadura; 14 uno de éstos se ofrecerá como primicias a Yavé, y será del sacerdote que derrama la sangre de las víctimas. 15 La carne de la víctima será comida en el mismo día, sin dejar nada para el siguiente.
16 Si se ofrece la víctima en cumplimiento de un voto, o como ofrenda voluntaria, se comerá el mismo día en que ha sido ofrecida, y lo que sobre podrá comerse al otro día. 17 Pero, el tercer día se quemará lo que quede de la carne de la víctima. 18 Si, el tercer día, se comiera carne del sacrificio de comunión, su ofrecimiento no valdría nada, ni sería de provecho al que ofrece, será cosa impura y el que la comiere cargaría con un pecado.
19 Si esta carne ha tocado cosa impura, no se dbee comer, sino que la quemarán al fuego. De esta carne puede comer todo el que está puro, 20 pero si alguien come carne del sacrificio de comunión presentado a Yavé, a pesar de que esté en estado de impureza, ése será exterminado de entre los suyos. 21 Si alguien toca cualquier cosa impura, sera de hombre o de animal, o cualquier otra abominación impura, y a pesar de eso come de la carne del sacrificio de comunión ofrecida a Yavé, será exterminado de entre los suyos.”
22 Yavé habló a Moisés para decirle: 23 “Habla a los hijos de Israel y diles: No comerán sebo de buey, ni de cordero ni de cabra. 24 La grasa de animal muerto o destrozado podrá servir para cualquier uso, pero en modo alguno la comerán. 25 Porque todo aquel que coma grasa de algún animal que suele ofrecerse en sacrificio por el fuego para Yavé, será exterminado de entre los suyos.
26 Tampoco comerán de alguna sangre, sea de animal, sea de ave, en los lugares en que vivirán. 27 Toda persona que coma sangre de cualquier clase, será exterminada de entre los suyos.
28 Yavé habló a Moisés para decirle: 29 “Habla a los hijos de Israel y diles: El que ofrezca a Yavé un sacrificio de comunión le llevará personalemente la parte que le ofrece. 30 Con sus propias manos llevará lo sacrificado por el fuego para Yavé, o sea, la grasa y, junto con ella, el pecho que es presentado y mecido ante Yavé. 31 El sacerdote quemará la grasa sobre el altar; el pecho será para Aarón y sus hijos. 32 Darán al sacerdote, como parte que le pertenece, el pernil derecho. 33 Pertenecerá a aquel hijo de Aarón que haya ofrecido la sangre y la grasa del sacrificio de comunión.
34 Yo quito a los hijos de Israel, de sus sacrificios de comunión, el pecho que fue mecido y el pernil que fue puesto aparte, para dárselos al sacerdote Aarón y a sus hijos. Por decreto perpetuo los hijos de Israel deberán dárselos.
35 Esta es la porción de Aarón y de sus hijos en los sacrificios por el fuego para Yavé, desde el día en que los presenten para ejercer el sacerdocio de Yavé. 36 Esto es lo que mandó yavé que les dieran los hijos de Israel, el día en que los ungió. Es un decreto perpetuo de generación en generaci´n.
37 Este es el ritual del holocausto, de la ofrenda, del sacrificio por el pecado y por el delito, y del sacrificio de comunión. 38 Esto es lo que Yavé ordenó a Moisés en el monte Sinaí, el día en que mandó a los hijos de Israel que presentaran sus ofrendas a Yavé en el desierto de Sinaí.”

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Consagración de los sacerdotes

u 8 1 Yavé habló a Moisés para decirle 2 ”Toma contigo a Aarón y a sus hijos y también las vestiduras, el óleo de la unción, el novillo para el sacrificio por el pecado, los dos carneros y el camastillo de los ázimos. 3 Luego reúne a toda la comunidad en la entrada de la Tienda de las Citas.”
4 Moisés hizo lo que Yavé le había mandado y se reunió la comunidad en la entrada de la Tienda de las Citas. 5 Y moisés dijo a la comunidad: “Esto es lo que Yavé ha ordenado  hacer.”
6 Moisés mandó entonces que Aarón y sus hijos se acercran y los lavó con agua.
7 Puso sobre Aarón la túnica y se la ajustó con el cinturón, luego lo vistió con el manto y encima le puso otra túnica llamada “Efod” y se la ajustó también con el cinturón del Efod. 8 Luego le puso el escapulario llamado Pectoral, en el que depositó el Urim y el Tumin (o sea, dados para consultar a Yavé). 9 Le colocó también la tiara en la cabeza, y puso en su parte delantera la lámina de oro: ésta era la corona santa que Yavé había mandado a Moisés.
10 Después Moisés tomó el óleo de la unción y ungió la morada de Yavé y la consagró con cuanto había dentro de ella. 11 Roció con el óleo siete veces el altar y lo ungió con todos los utensilios; así como también la pila y su base, con el objeto de consagrarlos. 12 Luego procedió a la consagración de Aarón derramando óleo sobre su cabeza.
13 Luego Moisés mandó que se acercaran los hijos de Aarón, los vistió con las tunicas y se las ajustó con el cinturón y les puso las mitras sobre sus cabezas como se lo había mandado Yavé. 14 Después hizo traer el novillo para el sacrificio por el pecado, y Asarón y sus hijos pusieron las manos sobre las cabeza del novillo. 15 Moisés lo sacrificó. Mojando sus dedos en la sangre, unió con ella las esquinas del altar, para purificarlo. Después derramó la sangre al pie del altar,; de esta manera lo consagró, haciendo el rito del perdón de los pecados.
15 Moisés tomó luego toda la grasa que cubre las entrañas y el hígado y además los dos riñones con su grasa y la quemó sobre el altar. En cuanto al novillo con su piel, carne y excrementos, los quemó fuera del campamento, 17 así como lo había ordenado Yavé.
18 Luego hizo que acercaran el carnero del holocausto, y Aarón y sus hijos le pusieron las manos sobre la cabeza. 19 Moisés lo sacrificó y roció con la sangre todos los lados del altar. 20 El carnero fue partido en trozos y Moisés quemó la cabeza, los trozos y la sentrañas; 21 después de lavar en agua las entrañas y las patas, Moisés quemó todo el carnero en el altar. Este fue un holocausto de calmante olor, sacrificio por el fuego par aYavé, como Yavé había mandado a Moisés.
22 Hizo luego traer el segundo carnero, el carnero del sacrificio de la consagración, y Aarón y sus hijos impusieron las manos sobre la cabeza del carnero. 23 Moisés lo sacrificó y, tomando su sangre, mojó el lóbulo de la oreja derecha de Aarón, el pulgar de su mano derecha y el pie derecho. 24 Después hizo Moisés que se acercaran los hijos de Aarón, les untó con la sangre en el lóbulo de la oreja derecha, el pulgar de su mano derecha y el pie derecho; derramó la sangre alrededor del altar. 25 Luego tomó la grasa, el rabo, la grasa que cubre las entrañas, la que queda junto al hígado, los dos riñones con su grasa y el pernil derecho.
26 Sacó del canastillo de los ázimos que está ante Yavé un pan ázimo, una torta de pan amasada en aceite y otra torta y las puso sobre la grasa y el pernil derecho. 27 Entregó todo esto en manos de Aarón y en manos de sus hijos,  haciéndolas mecer como ofrenda mecida ante Yavé. 28 Moisés la recibió de sus manos y la quemó en el altar, por encima del holocausto. Este fue el sacrificio de consagración de calmante olor, sacrificio por el fuego para Yavé. 29 Moisés tomó entonces el pecho y lo meció como ofrenda mecida ante Yavé; esta porción del carnero de la consagración fue la parte de Moisés como Yavé se lo había mandado.
30 Después Moisés tomó el óleo de la unción, y sangre de la que había encima del altar, roció a Aarón y sus vestiduras, como también a sus hijos. Así, pues, los consagró.
31 Entonces, Moisés dijo a Aarón y a sus hijos: “Asen la carne en  la puerta de la Tienda de las Citas y cómanla allí mismo. Coman también el pan consagrado que está en su canasto tal como lo he mandado, diciendo: Aarón y sus hijos lo comerán. 32 Las sobras de la carne y del pan las quemarán 33 y no se apartarán de la entrada de la Tienda de las Citas durante siete días, pues hasta el séptimo día sus manos quedarán consagradas. 35 Lo que  acabamos de hacer es la ceremonia del perdón que Yavé ha ordenado para ustedes.”

u Al describir detalladamente la consagración de Aarón por su hermano Moisés, el Levítico nos enseña el modode proceder para consagración del Suo Sacerdote.
Vestidos, ornamentos, purificaciones, expresan el carácter sagrado del hombre, “tomado de entre los hombres para representarlos ante Dios y ofrecer sacrificios por ellos” (Hebreos 5,1)
Estos ritos no cayeron del cielo, sino que reflejan la mentalidad religiosa de etonces. Para esa gente, el mundo contiene dos clases de personas y de cosas: las que pertenecen a Dios, o sea, sagradas, y las que no le pertenecen, o sea, profanas. Unas son puras; otras, impuras, unas son “santas”; otras “llevan un pecado”, lo que solamente significa que no puedcen servir para el culto.
La Biblia toma en cuenta esta mentalidad primitiva de los hombres de aquel tiempo, para luego educarlos poco a poco. Con el tiempo, descubrirán que el pecado no es una mancha exterior o algún defecto, sino una culpa del hombre. En los profetas primero, y luego, en el Evangelio se proclamará que el pecado es lo que sale del hombre.

Los sacerdotes son consagrados por una unción de aceite. Los reyes igualmente serán consagrados por una unción. Sacerdotes o reyes serán así los ungidos de Dios, lo que se dice Mesías en idioma hebreo, y en griego. Cristo. El Sumo Sacerdote es llamado Cristo de Dios; es imagen de Jesús, sacerdote de la Nueva Alianza, lo que explicará la Carta a los Hebreos (5-8) 

lunes, 27 de febrero de 2012

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Los sacerdotes inauguran su ministerio

9 1 El día octavo, Moísés llamó a Aarón y a us hijos, y a los ancianos de Israel. Dijo a Aarón: 2 “Trae un ternero para el sacrificio por el pecado y un carnero para el holocausto, ambos sin defecto, para ofrecerlos ante Yavé. 3 Hablarás a los hijos de Israel para decirles: Tomen un macho cabrío para el sacrificio por el pecado y un ternero y un cordero, ambos de un año y sin defecto, para el holocausto; 4 para los sacrificios de comunión un ternero y un carnero, que se sacrificarán ante Yavé y además una ofrenda amasada con aceite. Pues,  hoy, Yavé se dejará ver.”
5 Trajeron ante la Tienda lo que Moisés había mandado: toda la comunidad se acercó y se mantuvo de pie delante de Yavé. Dijo entonces Moisés: 6 “Esto es lo que Yavé les manda hacer para que se les muestre la Gloria de Yavé.”
7 Después Moisés dijo a Aarón: “Acércate al altar, ofrece tu sacrificio por el pecado y tu holocausto y haz la expiación por ti mismo y por los tuyos. También presenta la ofrenda del pueblo y haz la expiación por ellos como Yavé lo ordenado.”
8 Acercándose Aarón al altar sacrifició el ternero por su propio pecado. 9 Los hijos de Aarón le presentaron la sagnre; y él, mojando su dedo en la sangre, untó con ella los cuernos del altar y derramó la sangre al pie del altar. 10 Quemó luego la grasa sobre el altar junto con los riñones y el lóbulo del hígado de la víctima por el pecado, como Yavé había mandado a Moisés, 11 pero quemó la carne y la piel fuera del campamento.
12 Después sacrifició la víctima del holocausto y los hijos de Aarón le presentaron la sangre que derramó alrededor del altar. 13 Le presentaron la víctima del holocausto en trozos,  juntamente con la cabeza, y lo quemó todo sobre el altar. 14 Lavó las entrañas y las patas y las quemó encima del holocausto sobre el altar.
16 Después presentó la ofrenda del pueblo. Tomó el macho cabrío por la expiación por el pueblo. Lo sacrificó como el primero e hizo la expiación. 16 Ofreció el holocausto como ordena el ritual. 17 Además presentó la oblación: tomando un puñado de ella, la quemó en el altar, apartre del holocausto de la mañana.
18 Sacrificó asimismo el becerro y el carnero como sacrificios de comunión por el pueblo. Los hijos de Aarón le entregaron la sangre que él derramó alrededor del altar. 19 En cuanto a las grasas del ternero y del carnero, el rabo, la grasa que cubre las entrañas, los riñones y el lóbulo del hígado, 20 las pusieron sobre el pecho de las víctimas, y él las quemó sobre el altar; 21 por su parte, Aarón meció los pechos y el pernil derecho como ofrenda mecida ante Yavé conforme Moisés había ordenado.
22 Entonces Aarón, levantando las manos hacia el pueblo, lo  bendijo, y, después de haber terminado el sacrificio por el pecado, el holocausto y el sacrificio de comunión, descendió. 23 Luego Moisés y Aarón entraron en la Tienda de las Citas y, cuando salieron,  bendijeron al pueblo.
Entonces se mostró la Gloria de Yavé ante todo el pueblo. 24 Salió fuego de la presencia de Yavé, que consumió el holocuasto, y las grasas puestas sobre el altar. Todo el pueblo, al verlo, dio gritos de júbilo y cayó rostro en tierra.

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La historia de Nadab y Abihú

+ 10 1 Nadab y Abihú, hijos de Aarón tomaron cada uno de su incensario, pusieron fuego en ellos y, luego de echar incienso encima, ofrecieron ante Yavé un fuego profano que él no les había mandado. 2 En ese momento salió de la presencia de Yavé, un fuego que los devoró, y murieron delante de Yavé. 3 Moisés dijo a Aarón: “Esto es lo que Yavé había declarado: Haré conocer mi santidad a través de los que se allegan a mí, y a vista de todo el pueblo seré glorificado.” Aarón tuvo que callarse.
4 Luego Moisés llamó a Misael y Elisafam, hijos de Oziel, tío paterno de Aarón. Les dijo: “Vayan y saquen a sus hermanos que están delante del santuario y llévenselos fuera del campamento.” 5 Ellos fueron al momento y llevándolos vestidos como estaban con las túnicas de lino, los sacaron fuera conforme les habían mandado.
8 Entonces Moisés dijo a Aarón y a sus hijos Elezar e Itamar: “No lleven la cabeza  cubierta ni rasguen sus vestiduras en señal de duelo, no sea que mueran ustedes y el castigo se extienda a toda la comunidad. Más bien son los israelitas, hermanos de ustedes, quienes harán duelo por los que perecieron por el fuego de Yavé. 7 Ustedes no saldrán de la Tienda de las Citas si no quieren morir,  pues fueron sellados con el óleo de la unción de Yavé.” Ellos actuaron en todo conforme al precepto de Moisés.
8 Yavé dijo a Aarón: 9 “Ni tú, ni tus hijos  tomen vino, ni bebida alcohólica, cuando entren a la Tienda de las Citas. Así no morirán. Esto será un decreto perpetuo para sus descendientes. 10 Como para que sepan distinguir entre lo santo y lo profano, entre lo impuro y lo puro, 11 y enseñar a los hijos de Israel todas mis leyes que yo  he dado por medio de Moisés.”
12 Entonces dijo Moisés a Aarón, a Eleazar e Itamar, que eran los hijos que habían quedado a éste: “Tomen lo que queda de la ofrenda del sacrificio de Yavé y cómanla sin levadura junto al altar por ser cosa muy santa. 13 Ustedes lo comerán en lugar santo, ya que es la parte que te corresponde a ti y a tus hijos, en los sacrificios por el fuego para Yavé, según se me ha ordenado.
14 Tú y contigo tus hijos e hijas, comerán también en lugar puro el pecho mecido y el pernil reservados, porque les son dados como porción tuya y de tus hijos de los sacrificios de comunión de los hijos de Israel.
15 Los hijos de Israel traerán el pernil que fue separado y el pecho que fue mecido, junto con las grasas que van a ser quemadas, y lo mecerán ante Yavé. Luego serán para ti y tus hijos para siempre, según lo ha ordenado Yavé.”
16 Entretanto Moisés preguntó con interés acerca del macho cabrío del sacrificio por el pecado; pero vio que había sido quemado. Moisés se enojó con Eleazar e Itamar, los hijos que le habían quedado a Aarón, 17 y dijo: “¿Por qué no comieron en lugar sagrado la víctima del sacrificio por el pecado? Pues era cosa muy santa que se le daba a ustedes para quitar la falta de la comunidad y para que se les dé la absolución por ellos antes Yavé. 18 Debían haberla comido en lugar sagrado, según les había ordenado, puesto que su sangre no había sido llevada al interior del santuario.”
19 Aarón respondió a Moisés: “Mira que ellos han presentado su sacrificio por el pecado y su holocausto en este día en que me ha sucedido esto; si yo hubiera comido hoy de la víctima por el pecado, ¿acaso hubiera sido esto grato a Yavé?” Cuando Moisés escuchó esto, se dio por satisfecho.

+ La historia que ocupa este capítulo (muerte de los hijos de Aarón) es una manera de exponer, en forma más viva, algunas leyes que correspondían a los sacerdotes de Israel.

11



Animales “puros” e “impuros”

O 11 1 Yavé habló a Moisés y a Aarón, diciéndoles: 2 “Hablen a los hijos de Israel y díganles: 3 De entre todos los animales terrestres, solamente comerán el animal de pezuña partida, hendida en dos uñas y que rumia. 4 Pero no comerán el camello que rumia y no tiene dividida la pezuña; será para ustedes impuro. 5 El conejo que rumia, pero no tiene dividida la pezuña, será impuro para ustedes. 6 Lo mismo la liebre. 7 El cerdo que tiene la pezuña partida en dos mitades, pero no rumia, será impuro para ustedes. 8 De su carne no comerán ni tocarán su cadáver; serán impuros para ustedes.
9 De todo lo que hay en el agua, éstos son los que comerán. Todos los que tienen aletas y escamas en las aguas, sea en el mar o en los ríos, los comerán. 10 Pero los bichos y los animales que viven en el agua, ya sea en el mar o en los ríos, y no tienen aletas ni escamas, les son y les serán prohibidos. 11 No comerán de su carne y tendrán sus cadáveres por inmundos.
12 Todos los seres que viven en las aguas y no tienen aletas y escamas, ustedes los tendrán por impuros.
13 Las siguientes aves las tendrán por impuras y no se podrán comer por ser inmundos, 14 el águila, el quebrantahuesos, el águila marina, 15 el buitre, el halcón en todas sus especies 16 toda clase de cuervos, 17 el avestruz, la lechuza, la gaviota, el gavilán en todas sus especies, 18 el búho,  el somomujo, el ibis, el cisne, el pelícano, el calamón, 19 la cigüeña, la garza en todas sus especies, la abubilla y elmurciélago.
20 Será inmundo para ustedes todo insecto alado que anda sobre cuatro patas. 21 Pero de todos los insectos alados que andan sobre cuatro patas, podrán comer aquellos que, además de sus cuatro patas, tienen piernas para saltar sobre el suelo. 22 De ellos podrán comer: la langosta en sus diversas especies y toda clase de solam, de jargol y de jagab. 23 Cualquier otro insecto alado de cuatro patas será para ustedes impuro.
24 Por contacto de estos animales se contraerá impureza. El que toque su cadáver quedará impuro hasta la tarde. 25 El que levante alguno de sus cadáveres tendrá que lavar sus vestidos y quedará impuro hasta la tarde. 26 Asimismo todos los animales que tienen pezuña no partida en dos uñas y no rumian, serán impuros para ustedes, y todo aquel que los toque quedará impuro. 27 De entre los cuadrúpedos les serán impuros todos los que andan sobre las plantas de sus patas. 28 El que toque sus cadáveres quedrá impuro hasta la tarde. El que levante el cadáver de uno de ellos tendrá que lavar sus vestidos, y quedará impuro hasta la tarde; son impuros para ustedes.
29 De entre los  bichos pequeños que andan arrastrándose por el suelo serán impuros para ustedes la comadreja, el ratón, el lagarto en sus diversas especies, 30 del puercoespín, el cocodrilo, el camaleón, la salamandra y el topo. 31 Entre todos los bichos, éstos serán impuros para ustedes. Todo el que toque sus cadáveres quedará impuro hasta la tarde.
32 Quedará impuro cualquier objeto sobre el que caiga uno de sus cadáveres, ya sea un instrumento de madera, o un vestido, una piel, un saco o cualquier utensiilio. Será metido en agua y quedará impuro hasta la tarde; después quedará puro. 32 Si cae uno de estos cadáveres en una vasija de barro, cuanto  haya dentro de ella quedará impuro y romperán la vasija. 34 Toda cosa comestible preparada con dicha agua será impura y toda bebida que se tome en una de esas vasijas será impura. 35 Cualquier objeto sobre el que caiga alguno de esos cadáveres quedará impuro: el horno y el doble fogón serán derribados; son impuros y los tendrán por impuros 36 (solamente las fuentes y pozos donde se recogen las aguas permanecerán puras), pero el que toque sus cadáveres quedará impuro.
37 De igual manera, cuando caiga alguno de esos cadáveres sobre una semilla que va a sembrarse, quedará pura; 38 pero si cae alguno de esos cadáveres sobre semilla mojada, la tendrán por impura. 39 Cuando muera uno de aquellos animales de los que puedan comer, el que toque uno de sus cadáveres quedará impuro hasta la tarde. 40 El que coma de su cadáver deberá lavar sus vestidos y quedará impuro hasta la tarde, y el que levante ese cadáver habrá de lavar sus vestidos y quedará impuro hasta la tarde.
41 Todo reptil que anda arrastrándose sobre la tierra es cosa inmunda; no se podrá comer. 42 No comerán ningún animal de los que caminan sobre su vientre o sobre cuatro patas o sobre muchas patas, en forma parecida a los reptiles, que se arrastran por el suelo; por que son inmundos. 43 No se hagan inmundos con ninguna clase de bichos que se arrastran, ni se  hagan impuros con ellos, sabiendo que por ellos se contrae impureza. 44 Porque yo soy Yavé, Dios de ustedes, santífiquense y sean santos, pues yo soy Santo. No se hagan impuros con ninguno de esos reptiles que se arrastran por el suelo. 45 Pues yo soy Yavé, el que los ha sacado de la Tierra de Egipto, para ser su Dios. Sean, pues, santos porque yo soy Santo.
46 Esta es la ley acerca de los animales, de las aves, y de todos los seres vivientes que se mueven en el agua, y de todos los que andan arrastrándose sobre la tierra, 47 para que hagan distinción entre lo impuro y lo puros, entre el animal que puede comerse y el que no.

O El israelita tiene por misión celebrar el culto del Dios único. Sin embargo, para presentarse en el Templo a tomar parte en alguna asamblea religiosa, debe cumplir varios requisitos que lo hacen “puro”, como lo notamos respecto al capítulo 8. Estar puro o impuro no significaba que uno era culpable o no, estas palabras solamente expresan que estaba listo o no para acercarse al altar.
Estas leyes ayudaban a Israel a descubrir el camino de la santidad verdadera:
-Son declarados impuros algunos animales que los paganos  honraban. Hay que apartarse de ellos.
-Varias leyes y “tabúes” (o sea, prohibiciones de origen sagrado) referentes a la sexualidad ayudan a respetar el carácter sagrado de la vida. Espontáneamente, en cualquier pueblo primitivo, varias reglas rigen el sexo y rodean al nacimiento. Igualmente entre los judíos Ver 12,1-8 y cap.15
-Algunas leyes corresponden a normas de higiene, aunque se indiquen otros moitvos, Por ejemplo, la prohibición de la carne de cerdo (11,7), que acarrea enfermedades ahí donde falta limpieza. Lo mismo que en lo referente a la lepra (cap .1 3) enfermedad muy contagiosa.
No hay vida religiosa ni cristiana sin educación humana y equilibrio familiar, lo mismo como varios matrimonios fracasan, aunque el amor sea mutuo, por falta de solidez humana y porque los espsoso no recibieron cuando niños la eduación disciplinada imprescindible para formar personas responsables. Así la Biblia, con sus enseñanzas exteriores (Rom 2,28) y carnales (Fil 3,3), preparaba un pueblo que sirviera a Dios de un modo más responsable.
Muchas leyes, cuya razón se nos escapa, servían, más que todo, para hacer al pueblo de Dios diferente de los otros pueblos en sus comunidad, en sus fiestas y en sus costumbres.
El israelita, establecido muchas veces en medio de otros pueblos, no podía mezclarse con sus vecinos paganos la Ley, al disponer todos los detalles de su vida, le prohibía adoptar poco a poco los usos de los demás y, con esto, llegar a pensar como ellos. Aunque la actitud interior es la que debe hacer al creyente diferente de los demás, la disciplina exterior le ayuda diferente de los demás, la discplina exterior la ayuda a uno a que tome conciencia de su propio espíritu. La Biblia educa a un pueblo que todavía no había alcanzado la madurez religiosa y por eso le imponía una forma de vivir diferente.
Estas leyes empezaron a ser observadas muy estrictamente a partir del tiempo de Esdras, y dirigieron a la comunidad judía de los últimos siglos antes de Cristo. Notamos en Neh 13, el peligro que entrañaba para ellos el mantenerse separados de los demás hombres.
En el tiempo de Jesús los judíos se aferraban demasiado a estas prescripciones que, en un comienzo, solamente exigían ciertas disposiciones externas para participar en actos religiosos. Y Jesús denunció esta confusión de la pureza legal conla pureza de la concienca Mc 7,15
11,6 La Biblia no es un libro de enseñanza científica.

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Lo referente a la mujer que acaba de dar a luz

+ 12 1 Yavé habló a Moisés para decirle: 2 “Habla a los hijos de Israel y diles: Cuando una mujer conciba y tenga un hijo varón, quedará impura durante siete días, igual como en el tiempo de sus reglas. 3 Al octavo día será circuncidado el niño, pero ella esperará treinta y tres días la purificación de su sangre. 4 No tocará ninguna cosa santa, ni entrará en el santuario, hasta que se cumplan los días de su purificación.
5 Si da a luz una niña, estará impura dos semanas, y lo mismo será doble el tiempo de su purificación: esperará sesenta y sesis días la purificación de su sangre. 6 Al cumplirse los días de su purificación, sea por niño o niña, presentará al sacerdote, a la entrada de la Tienda de las Citas, un cordero de un año como holocausto y un pichón o una tórtola como sacrificio por el pecado. 7 El sacerdote lo ofrecerá ante Yavé haciendo expiación por ella y quedará, purificada del flujo de su sangrte.
8 Esta es la ley refrerente a la mujer que da a luz a un niño o una niña. Pero, si la mujer no puede ofrecer una res menor, ofrecerá dos tórtolas o dos pichones, uno como holocausto y otro como sacrifico por el pecado; el sacerdote hará expiación por ella y quedará pura.”


+ Los pueblos primitivos oponen a menudo la sangre del varón, derramada en la guerra, la cual es noble y pura, y la que pierde la mujer, la cual es impura. Por tanto, el parto y las reglas de la mujer no dejan de inquietar a los varones (son ellos los que imponen sus criterios y hacen las leyes) y exigen ritos de purificación.
Vemos en esto cómo las leyes de la Biblia, aunque sean palabra de Dios, se adaptan a tiempos antiguos y a los criterios propios del pueblo de Israel. Jesús y su madre se sometieron a estos ritos (Lc 2,21); pero en eso mismo, Jesús nos liberó para siempre de la Ley (Gál 4,4)

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Lo referente a la lepra

*13 1 Yavé habló a Moisés y a Aarón, diciendo: 2 “Cuando uno tenga en su piel tumor, erupción o mancha blanca y se forme en su piel como una llaga de lepra, será llevado al sacerdote. 3 El sacerdote examinará la llaga; si el pelo en la llaga se ha vuelto blanco,  la llaga parece hundida en la piel, es llaga de lepra; cuando el sacerdote lo haya comprobado, lo declarará impuro.
4 Pero si hay en la piel de su carne una mancha blanca que no parezca hundida en la piel, y sin que el pelo se haya vuelto blanco, el sacerdote recluirá durante siete días al afectado. 5 Al séptimo día lo examinará y, si comprueba que la llaga subsiste pero no se ha extendido por la piel, el sacerdote lo recluirá otros siete días. 6 Pasados estos días lo volverá a examinar; si se ve que la llaga ha perdido su color y no se ha extendido en la piel el sacerdote lo declarará puro, no se trata más que de una erupción. El afectado lavará sus vestidos y será puro. 8 Pero, si sigue la erupción y se extiende por la piel, el sacerdote lo examinará de nuevo. 8 El sacerdote, al comprobar que la erupción se extiende por la piel, lo declarará impuro. Es un caso de lepra.
9 Cuando en un hombre se manifiesta una llaga como la lepra, lo llevarán al sacerdote. 10 El lo examinará y, si obsevar un tumor blanco en la piel, si ha cambiado el color del pelo en blanco y se nota una úlcera en la hinchazón, 11 se trata de lepra arraigada en su piel; el sacerdote lo declarará impuro y no lo recluirá, porque es impuro.
12 Pero, si la lepra echa granos por la piel hasta cubrir todo de la cabeza hasta los pies, por cuando el sacerdote alcance a verlo, 13 éste lo examinará y declarará pura la llaga; la lepra echa granos por toda la carne y todo se ha vuelto blanco: el hombre es puro. 14 En cambio, si ve en él una llaga, será impuro. 15 En cuanto el sacerdote ve a la llaga lo declarará impuro. La llaga es impura: es un caso de lepra. 16 Pero si la llaga cambia, volviéndose blanca, el afectado ha de presentarse al sacerdote. 17 Este lo examinará y si la llaga se ha vuelto blanca, lo declarará puro. Y éste quedará puro.
18 Cuando alguien se ha curado de una úlcera 19 y en su lugar aparece un tumor blanco, o una mancha blanca y rojiza, ése tendrá que presentarse al sacerdote. 20 Este lo examinará y, si la mancha parece hundida en la piel y su pelo se ha vuelto blanco, el sacerdote lo declarará impuro. Es llaga de lepra que se ha desarrollado en la úlcera. 21 Pero, si ve que no hay en ella pelo blanco ni está hundida en la piel, y que ha perdido su color, lo recluirá por siete días. 22 Si entonces se extiende por la piel, el sacerdote lo declarará impuro; es un caso de lepra.
23 Pero, si la mancha sigue sin extenderse, es la cicatriz de la úlcera, el sacerdote lo declarará puro.
24 Cuando alguien haya tenido una quemadura de la piel, y ésta se haya curado tomándose una mancha de color blanco o rojizo, 25 el sacerdote lo examinará; si el pelo se ha vuelto blanco, y la mancha parece hundida en la piel, es que se ha producido lepra en la quemadura. El sacerdote lo declarará impuro: el caso es de lepra. 26 Si, en cambio, ve que en la mancha no aparece pelo blanco, que no está hundida la piel, lo recluirá siete días. 27 Al séptimo día lo examinará, y, si se ha extendido por la piel, lo declarará impuro: es lepra. 28 Pero, si la mancha no se ha extendido y ha perdido color, se trata de la hinchazón de la quemadura, el sacerdote lo declarará puro; pues es la cicatriz de la quemadura.
29 Cuando un hombre o una mujer tengan una llaga en la cabeza o en la barbilla, 30 el sacerdote examinará la llaga; y si ésta parece hundida en la piel, y si  hay en ella pelo amarillento y más ralo, el sacerdote lo declarará impuro; es tiña, o sea, lepra de la cabeza o barbilla. 31 Pero, si el sacerdote ve que la llaga no parece hundida en la piel y no hay en ella pelo amarillo, recluirá al enfermo por siete días. 32 Al séptimo día el sacerdote examinará el mal, y, si no se ha extendido la tiña y no  hay pelo amarillento, ni la llaga parece más hundida que la piel, 32 aquella persona se afeitará menos en el lugar de la tiña; entonces el sacerdote recluirá al enfermo por siete días. 34 Al séptimo día lo examinará y si no se ha extendido la llaga por la piel; ni aparece más hundida que la piel, lo declarará puro.35 Si la tiña, después de esta declaración, se va extendiendo por la piel, 36 el sacerdote, al comprobar que la tiña se ha extendido, ya no tendrá que buscar pelo amarillento; aquella persona es impura. 37 Pero, si le parece que la tiña no se ha extendido y ha brotado en ella pelo negro, esa persona se ha sanado de la tiña: es puro, y así lo declarará el sacerdote.
38 Cuando un hombre o una mujer tengan en su piel manchas brillantes blancas, 39 el sacerdote los examinará; si comprueba que las manchas de la piel son de color blanca, se trata de una eczema que ha brotado en la piel; esta persona es pura.
40 Si a alguno se le cae el pelo de la cabeza y queda calvo, es puro. 41 Si se le cae el pelo por la parte delantera de la cabeza, es un calvo por delante, queda puro. 42 Pero, si en la calva, por detrás, o por delante, aparece una llaga de color blanco rojizo, es lepra que se ha producido en la calva, sea por detrás o por delante. 43 El sacerdote lo examinará y, si la hinchazón de la llaga en la parte calva es de color blanco rojizo, con aspecto de lepra en la piel, 44 se trata de unleproso, es impuro. El sacerdote lo declarará impuro: tiene lepra en la cabeza.

El leproso

45 El afectado por la lepra llevará los vestidos rasgados, se cubrirá hasta el bigote e irá despeinado gritando: “¡Impuro, impuro!”. 46 Todo el tiempo que dure la llaga, quedará impuro. Es impuro y habitará solo; fuera del campamento tendrá su morada.
47 Cuando aparezca una llaga de lepra en un vestido de lana o de lino, 48 sea en el urdimbre o en la trama del lino o lana, o en una piel o en cualquier objeto de cuero, 49 si la mancha en el vestido o en la piel, el urdimbre o en la trama, o en cualquier bjeto hecho de cuero teien color verdoso o rojijo, es llaga de lepra y debe ser mostrada al sacerdote. 50 El sacerdote examinará la mancha y encerrará el objeto manchado durante siete días. 51 Al séptimo, el sacerdote examinará la mancha y, si se ha extendido por el vestido, sea en el urdimbre o en la trama, por la piel o por un objeto de cuero, es un caso de lepra maligna, 52 será quemado.
53 Pero, si el sacerdote ve que no se ha extendido la mancha por el vestido, en el urdimbre o en la trama o el objeto de cuero, 54 hará lavar el objeto manchado y lo encerrará otros siete días. 55 Si el sacerdote ve que la mancha, después de haber sido lavada, no ha cambiado de aspecto, aunque la mancha se ha extendido, el objeto es impuro; lo entregarás al fuego: es una corrosión por la cara o por detrás. 58 En cambio, si el sacerdote ve que la parte manchada, después de lavada, ha perdido color, la rasgará del vestiddo, del cuero, del urdimbre o de la trama. 57 Pro si vuelve a parecer en el vestido, en el urdimbre o en la trama, en el objeto de cuero, es mal contagioso, por lo que quemarás lo que está afectado. 58 En cuando al vestido, el urdimbre o la trama o el objeto de cuero que después de ser lavado pierdan la mancha, serán lavados por segunda vez y quedarán puros. 59 Esta es la ley para la mancha de lepra que se halla en los vestidos de lana o de lino, en el urdimbre o en la trama o en cualquier objeto hecho de cuero, para declararlos puros e impuros.”

*La lepra, enfermedad tremenda y contagiosa, exigía que se aparta al enfermo de la comunidad. El leproso es “impuro”, es decir, no puede participar de la vida pública y religiosa (ver lo dicho en 8,1 y 11,1)
En un tiempo en que las desgracias eran reputadas castigo de Dios, la lepra pasaba por ser signo de maldición divina. Y todos se tranquilizaban al pensar que el leproso excluido de la comunidad era reamente impuro a los ojos de Dios.

Los sacerdotes tenían entre sus obligaciones la de diagnosticar la lepra y prescribir la reclusión del leproso. Eran ellos también lo que debían averiguar la curación del leproso y concederle que vuelva a su familia. Lo recuerda Jesús cuando sana leprosos (Mc 1,43)

Los sacrificios para la purificación del leproso correspondían a la cultura popular antigua. El “pecado” misterioso que, según ellos, había ocasionado la lepra, se traspasaba a los dos pájaros (14,5 ) Uno de ellos era muerto para que, junto a él, desapareciera el pecado. Y, para más seguridad, el otro se soltaba para llevar a los lejos ese mismo pecado  ahora dusuelto en la sangre del pájaro muerto (14,6-7)

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 La purificación del leproso

14 1 Yavé habló a Moisés y le dijo: 2 “Esta es la ley refrente al leproso el día de su purificación: Se le conducirá al sacerdote 3 y el sacerdote saldrá fuera del campamento. Si, luego de  haberlo examinado, comprueba que el leproso está ya sano de la llaga de la lepra, 4 el sacerdote mandará traer para el que ha de ser purificado sdos pájaros vivos y puros, madera de cedro, escarlata e hiposo. 5 Después mandará sacrificar uno de los pájaros sobre una vasija de barro con agua fresca. 6 Tomará luego el pájaro vivo, la madera de cedro, la escarlata y el hisopo, los  mojará, juntamente con el pájaro vivo, en la sangre del pájaro inmolado sobre el agua fresca, 7 y rociará siete veces al  que ha de ser purificado de la lepra. Y tras declararlo puro, soltará en el campo el pájaro vivo.
8 El que se purifica lavará sus vestidos, se afeitará todo su pelo, se bañará en agua y quedará limpio. Después podrá entrar en el campamento, pero solamente después de pasados siete días fuera de su tienda. 9 El día séptimo se afeitará todo su pelo, su cabellera, su barba, sus cejas, es decir, se afeitará todo su pelo, lavará también sus vestidos, bañará su cuerpo en agua y quedará limpio.
10 El día octavo tomara dos corderos sin defecto, y una cordera de un año sin defecto, y como oblación tres décimas de flor de harina amasada con aceite y un cuartillo de aceite. 11 El sacerdote que hace la purificación presentará ante Yavé, junto con todas  esas cosas, al hombre que viene a purificarse a la entrada de la Tienda de las Citas.
12 El sacerdote tomará uno de los corederos para ofrecerlo como sacrificio de reparación, además del cuartillo de aceite, y lo mecerá como ofrenda ante Yavé. 13 Luego sacrificará el cordero en el lugar donde sacrifica el sacrificio por el pecado y el holocausto, en lugar sagrado porque tanto en el sacrificio por el pecado como en el sacrificio de reparación, la víctima pertenece al sacerdote: es una cosa muy santa. 14 Después el sacerdote tomará sangre de la víctima de reparación y mojará el lóbulo de la oreja derecha del que se está purificando, el pulgar de su mano derecha y el de su pie derecho. 15 Y, tomando el cuartillo da aceite, el sacerdeote echará parte de él sobre la palma de su mano izquierda. 16 Después untará un dedo de su mano derecha en el aceite que tiene en la palma de su mano izquierda, y con su dedo hará siete aspersiones de aceite delante de Yavé.
17 Con el aceite restante que tiene en su mano, el sacerdote  untará el lóbulo de la oreja derecha del que se purifica, el pulgar de su mano derecha y el de su pie derecho, sobre la sangre de la víctima de reparación. 18 El resto del aceite, que quede en la mano del sacerdote ofrecerá el sacrificio por el pecado y hará su reparación por el que se purifica de su impureza; después inmolará el holocausto. 20 Y ofrecerá sobre el altar el  holocausto y la oblación. De esta manera el sacerdote hará la súplica por él y quedará limpio.
23 Si el leproso es demasiado pobre para pagar todo eso, tomará un solo cordero como sacrificio de reparación, como ofrenda mecida para hacer reparación por él, y afemás como oblación una décima de flor de harina amasada con aceite, un cuartillo de aceite 22 y dos tórtolas o dos pichones, según sus recursos, uno como sacrificio por el pecado y otro como holocausto. 23 Al octavo día, los llevará al sacerdote, a la entrada de la Tienda de las Citas, para su purificación delante de Yavé.
24 El sacerdote tomará el cordero del sacrificio de reparación y el cuartillo de aceite, y los mecerá como ofrenda ante Yavé. 25 Después de haber sacrificado el cordero del sacrificio de reparación, el sacerdote tomará sangre de la víctima de reparación  y mojará el lóbulo de la oreja derecha del que se purifica y el pulgar de su mano derecha y el de su pie derecho. 26 Luego derramará parte del aceite sobre la palma de su mano izquierda; 27 con un dedo de su mano derecha hará ante Yavé siete aspersiones con el aceite que tiene en la palma de la mano izquierda; 28 untará con el aceite que tiene en su mano el lóbulo de la oreja derecha del que se purifica, el pulgar de su mano derecha y del pie derecho, en el lugar donde puso la sangre de la víctima de reparación.
29 Derramará el resto del aceite que le quede en la mano sobre la cabeza del que se purifica, haciendo reparación por él ante Yavé. 30 Luego sacrificará una de las tórtolas o pichones, 31 según los recursos del que ofrece, uno como sacrificio del pecado y otro como holocausto, además de la oblación. De este modo el sacerdote hará reparación ante Yavé por aquel que se purifica.
32 Este es la ley de purificación para aquel que tiene llega de lepra y cuyos recursos son limitados.”

La “lepra” de las casas

33 Yavé habló a Moisés y a Aarón y les dijo: 34 “Cuando hayan entrado en la tierra de Canaán que yo les daré en posesión, si yo castigo con la lepra alguna de las casas de la tierra que van a poseer, 35 el propietario de la casa irá a avisar al sacerdote diciendo: “Ha aparecido algo como la lepra en mi casa.” 36 El sacerdote, antes de entrar a la casa para examinar la lepra, ordenará que desocupen la casa para que nada de lo que hay en ella se declare impuro.
37 Después entrará a examinar la casa. Si al al examinarla encuentra que la llaga está en las paredes de a casa en forma de cavidades verdosas y rojizas que parecen hundidas en la pared, 38 el sacerdote saldrá a la puerta de la casa y la cerrará durante siete días.
39 Volverá al día séptimo y si comprueba que la mancha se ha extendido por las paredes, 40 mandará arrancar las piedras manchadas y arrojarlas fuera de la ciudad en un lugar impuro. 41 Hará raspar todo el interior de la casa, y echará fuera de la ciudad, en un lugar impuro, el polvo que hayan quitado. 42 Luego tomarán piedras y las colocarán en el lugar de las primeras, y también mezcla nueva para revocar la casa.
43 Si la mancha vuelve a extenderse por la casa después de haber arrancado las piedras y de haberlas raspado y revocado, 44 el sacerdote entrará de nuevo;  y si comprueba que la mancha se ha extendido por la casa, hay un caso de lepra maligna en la casa y está impura, 45 se derribará la casa. Sus piedras, sus maderas y todo el material de la casa será sacado fuera de la ciudad en un lugar impuro.
46 Quien entre en esa casa durante el tiempo que esté clausurada quedará impuro hasta la tarde. 47 El que duerma en ella habrá de lavar sus vestidos, como también el que coma en ella.
48 Pero si el sacerdote comprueba al entrar que después de revocada la casa la mancha no se ha extendido por ella, la declarará pura, pues se ha sanado del mal.
48 Entonces ofrecerá por la casa un sacrificio pr el pecado; tomará dos pájaros, madera de cedro, escarlata e hisopo; 50 sacrificará uno de los pájaros sobre una vasija de barro con agua fresca 51 y tomando la madera de cedro, el hisopo y escarlata, con el pájaro vivo , los mojará en la sangre del pájaro sacrificado y en el agua fresca; rociará la casa siete veces.
52 Así hará la expiación por la casa con la sangre del pájaro, el agua fresca, el pájaro vivo, la madera de cedro, el hisopo y la escarlata. 53 Luego soltará el pájaro vivo fuera de la ciudad, en el campo. De este modo hará reparación por la casa, la cual quedará pura. 54 Esta es la ley para todo tipo de lepra o tiña, 55 para la lepra del vestido y de la casa, 56 para los tumores, erupciones y manchas, 57 para señalar los tiepos en que uno es puro o impuro. Esta es la ley de la lepra.”