LA BIBLIA - INTRODUCCIÓN

La Biblia no ha caído del cielo. Aquí están libros que no se proclamaron desde las nubes, con algún parlante celestial, sino que se reunieron pacientemente a lo largo de siglos en el seno del Pueblo de Dios, gracias a la fe de sus minorías más conscientes.

Durante unos 18 siglos, desde Abraham hasta Jesús, el pueblo de Israel descubrió, cada vez con mayor lucidez, que el Dios Único se había ligado a él. Las experiencias de la comunidad nacional, los llamados de esos hombres, llamados profetas, que hablaban de parte de Dios, las inquietudes que se desarrollaban entre los creyentes: todo esto pasó de una que otra manera a esos libros. Y fueron los responsables religiosos de Israel los que recibieron, escogieron y acreditaron estos libros, integrándolos al Libro Sagrado.

Así se formó el Antiguo Testamento de la Biblia.Testamento se refiere a que estos libros era como la herencia más preciosa entregada por Dios a su pueblo escogido.

Después de tantas experiencias, llegó para el pueblo de Israel un tiempo de crisis en que Dios quiso llevarlos de una vez a la madurez de la fe. Para eso vino Jesús. Con él se llevó a cabo la experiencia más trascendental de toda la historia. Jesús, sus esfuerzos para salvar al pueblo judío de una destrucción inminente, su rechazo, su muerte y, luego, su Resurrección: ésta fue la última palabra de Dios.

La trayectoria de Jesús originó la predicación de la Iglesia y los libros que en ella se escribieron. Aquellos libros que fueron aprobados por los responsables de la Iglesia pasaron a integrar el Nuevo Testamento.

El Nuevo Testamento comprende:

LOS CUATRO EVANGELIOS. La palabra Evangelio significa la Buena Nueva. Esos son los libros en que los apóstoles de Jesús escribieron lo que habían visto y aprendido de él.

Luego viene el libro de los HECHOS DE LOS APÓSTOLES, escrito por Lucas, el mismo que escribió el Tercer Evangelio.

Luego vienen más de veinte CARTAS que los apóstoles dirigieron a las primeras comunidades cristianas.

El Antiguo Testamento comprende:

Los LIBROS HISTÓRICOS. Aquí vemos la actuación de Dios para liberar a un pueblo que quier hacer que sea su pueblo. Lo vemos educar a ese pueblo y dar un sentido a su historia nacional. En estos libros se destacan:

El Génesis. El Exodo. El Deuteronomio. Los libros de Samuel.

LOS LIBROS PROFETICOS. Dios interviene en la historia por medio de sus profetas, encargados de transmitir su palabra.

LOS LIBROS DE SABIDURÍA destacan la importancia de la educación y del esfuerzo del individuo para llegar a ser un hombre responsable y un creyente.

Ediciones Paulinas - Verbo Divino

sábado, 31 de diciembre de 2011

SAMUEL

I

INTRODUCCIÓN A LOS LIBROS DE SAMUEL

El libro de Samuel, ahora dividido en dos, marca la tercera etapa de la historia sagrada, después del Génesis y del Exodo. Aquí se nos descubre LA OBRA DE DIOS EN EL CORAZÓN DE LOS HOMBRES y la manera como éstos cooperan al reino de Dios.

Aquí se nos cuentan, con mucha serenidad, los ejemplos y las faltas de DAVID, su vida, semejante a la de cualquiera de nosotros, no encierra aparentemente ningún misterio. Al final, sin embargo, reconocemos que Dios estuvo presente en todo y construyó con él algo que no perecerá.

Aquí lo importante no está en acontecimientos de gran magnitud. Los hay, por cierto, pero la Biblia se fija más en la HISTORIA PERSONAL, de David que en sus victorias. Este primer rey de Israel fue un modelo de creyente porque, siendo hombre de mucha responsabilidad y de inteligencia poco común, también se dejó guiar e INSPIRAR POR DIOS, y fue su principal preocupación servirlo en todo.

Aquí, en cierta manera, DIOS SE ESCONDE: ni revelaciones ni manifestaciones grandiosas. Solamente una palabra al profeta Natán, que será decisiva para el porvenir: el reinado de David, en Jerusalén y sobre Palestina, desembocará en el Reino universal de Dios. Cristo Jesús será el HIJO DE DAVID.

Dos personajes preceden a David:

- SAMUEL, el último de los Jueces, que también es profeta. Es el momento en que los israelitas desunidos sienten la necesidad de una autoridad permanente; "queremos un rey, como los hay en las demás naciones" en vez de contar solamente con los inspirados, los "jueces" que no siempre se presentan cuando el pueblo los necesita.
- SAUL, el primer rey elegido por Dios, pero después rechazado.

AL empezar el libro, Israel no es dueño todavía de la tierra de Canaán, pero las tribus ya se han acostumbrado a la vida sedentaria, después de haber sido pastores errantes. Instalados en los cerros, deben ceder, a menudo, ante las incursiones de los filisteos que viven la fértil llanura de la costa, en sus ciudades de Gat, Gaza, Azoto, Ascalón, Acarón.

1


La historia de Ana

* 1 1 Hubo un hombre de Rama, en la sierra de Efraín, que se llamaba Elcaná. Era hijo de Eliún, de la familia de Suf. 2 tenia dos mujeres: una se llamaba Ana y la otra Penena. Penena tenía hijos, pero Ana no tenía.
3 Todos los años, Elcaná subía desde su ciudad al santuario de Silo para adorar a Yavé y ofrecerle sacrificios. Allí estaban los sacerdotes de Yavé, Jofni y Finjas, que eran los hijos de Helí.
4 Un día en que Elcaná ofreció un sacrificio, les dio sus porciones a su mujer Penena y a todos sus hijos e hijas. 5 Pero a Ana le dio una porción doble, pues era su preferida, a pesar de que Yavé la había hecho estéril. 6 Ahora bien, su rival la molestaba continuamente por esto con el fin de hacerla enojarse. 7 Y esto ocurría todos los años cada vez que subía a la Casa de Yavé; la otra la molestaba y ella se ponía a llorar y no quería comer. 8 Elcaná, su marido, le dijo: "Ana, ¿ por qué lloras? ¿Por qué estás triste y no comes? ¿Acaso no valgo para ti más que diez hijos?"
9 Comieron y bebieron en Silo. Después, Ana se levantó y se puso a orar ante Yavé. 10 Estaba llena de amargura y lloraba sin consuelo. Suplicó a Yavé 11 y le hizo el siguiente voto: "¡Oh Yavé de los Ejércitos! Si es que te dignas mirar la aflicción de tu esclava, te acuerdas de mí y no me olvidas, dame un hijo varón. Yo te lo entregaré por todos los días de su vida y la navaja no pasará por su cabeza."
12 Como ella estuviese orando mucho rato, el sacerdote Helí, que estaba sentado ante la puerta del Santuario, se puso a mirarla. 13 Pero veía que sólo movía los labios sin pronunciar palabras, pues Ana oraba en silencio. Pensó entonces que estaba ebria y le dijo: 14 "¿Acaso te voy a aguantar ebria como estás? Sal hasta que te pase.
15 Entonces Ana respondió: "No, señor, yo no he tomado ni vino ni cerveza: yo soy sólo una mujer apenada que desahoga su corazón ante Yavé. 16 No consideres a tu sierva como una mala mujer, pues si has estado orando tanto rato se debe sólo a mi gran pena y humillación."
17 Helí le respondió: "Vete en paz y que el Dios de Israel te conceda lo que has pedido." 18 Despidiéndose, ella dijo: "Ojalá merezca yo tu favor."
Y volviéndose por donde había venido, se sentó a la mea y comió, y ya no tenía la misma cara de antes.
19 Se levantaron muy temprano y, después de haber adorado a Yavé, partieron de vuelta a su casa, en Ramá. Elcaná tuvo relaciones con su esposa Ana, y Yavé se acordó de ella y de su oración. 20 Luego Ana quedó embarazada y dio a luz un niño a quien llamó Samuel, "porque, dijo, se lo he pedido a Yavé."
21 Después de un año, Elcaná, con toda su familia, subió a ofrecer a Yavé el sacrificio anual y a cumplir su voto, 22 pero Ana no subió, sino que dijo a su marido: "No iré hasta que el niño ya dejado de mamar. Entonces lo llevaré para presentarlo a Yavé, y se quedará allí para siempre.# 23 Elcaná le respondió: "Haz lo que mejor te parezca, quédate hasta que ya no les el pecho; yo suplico a Yavé que cumpla su palabra." Y Ana se quedó en su casa amamantando al hijo mientras fue necesario.
24 Cuando dejó de amamantarlo, se lo llevó para presentarlo en la Casa de Yavé, en Silo; y al mismo tiempo trajo un novillo de tres años, una medida de harina y un cántaro de vino.

25 Sacrificaron el novillo, y Ana presentó al niño, todavía pequeño, a Helí, 26 diciendo: "Oyeme, señor, yo soy la mujer que estuvo aquí junto a ti orando a Yavé. 27 este niño era lo que yo pedía entonces. Y Yavé me concedió la petición que le hice. 28 Ahora yo se lo ofrezco a Yavé para que le sirva toda su vida: él está cedido a Yavé."

* Todo empieza con una pareja humilde que vive su drama familiar en un pueblo montañés.

Una mujer, afligida por su esterilidad, se queja a Yavé: no se resigna a una vida aparentemente perdida. Yavé escucha a los afligidos y su respuesta a siempre más allá de lo que piden, no solamente da un hijo a Ana, sino que, también, un profeta a su pueblo.

A Dios le gusta escoger sus servidores precisamente en estas familias sin esperanza de tener hijos. es el Dios que da la vida a los muertos y la esperanza a los que no la tienen. Ver casos semejantes en el nacimiento de Isaac y en el de Juan Bautista (Lucas 1,5) Podemos leer en el libro de Isaías el poema que empieza por estas palabras: "Grita de júbilo, oh tú que eras estéril." (Is 54,1)

Este relato nos muestra la vida religiosa de entonces. En Silo está la tienda de campaña que que cobija el Arca. Todavía no  hay templo. Los peregrinos traen los animales para sacrificarlos. El padre de familia es el que oficia como sacerdote de los suyos, el que sacrifica, cerca del santuario, las víctimas ofrecidas. Solamente a partir de David, los sacerdotes de la tribu de Leví tendrán el derecho exclusivo de ser los intermediarios entre Yavé y su pueblo.
Aparece también la situación inferior de la mujer. Todo el cariño de Elcaná por Ana no hace de ella una persona igual a su esposo. Mientras los hombres puedan tener varias esposas, no existirá la pareja tal como la proyectó Dios (ver Gén. 2,24).
Por su labor callada, Ana formará en su hijo el sentido de la responsabilidad y el espíritu de sacrificio, y así preparará el camino de Dios sobre Samuel.

2


El cántico de Ana

+ 2 1 Entonces Ana oró y dijo:

Mi alma se alegra en Yavé,
en Dios me siento llena de fuerza,
ahora puedo responder a mis enemigos,
pues me siento feliz con tu auxilio.

2 Pues nada hay fuera de Ti,
no hay roca tan firme como nuestro Dios.
3 No digan tantas palabras altaneras,
nis alga de su boca la arrogancia,
porque Yavé es un Dios que lo sabe todo,
él  juzga las acciones de todos.

4 El arco de los fuertes se ha quebrado
mientras que los débiles se han hecho fuertes.
5 Los que estaban satisfechos van a trabajar por un pedazo de pan,
mientras que los débiles no necesitan hacerlo.

La mujer estéril da a luz siete veces;
en cambio, la madre de muchos hijos se marchita.
6 Yavé es quien da muerte y vida,
quien hace bajar al lugar de los muertos y volver a la vida.

Yavé da y quita riquezas,
humilla y ensalza.
7 Levanta del polvo al desvalido

8 y, de la mugre, saca al pobre
para que pueda sentarse con los grandes
y ocupar un lugar de privilegio.

Porque Yavé ha hecho los pilares de la tierra
y sobre ellos ha puesto el universo.

9 El guía los pasos de sus fieles
y los malos desaparecen en las tinieblas,
pues no es por la fuerza como triunfa el hombre.

10 El Altísimo truena en los cielos,
Yavé hace justicia hasta los extremos del mundo
y da fuerzas a su rey,
haciendo sobresalir a su Elegido.

11 Elcaná volvió a Ramá y el niño quedó al servicio de Yavé, bajo la responsabilidad del sacerdote Helí.

La historia de Helí

12 Los hijos de Helí eran unos pillos que no se preocupaban de Yavé ni de comportarse como sacerdotes frente al pueblo. 13 Cuando alguien ofrecía un sacrificio, y mientras se estaba cociendo la carne, venía el mozo del sacerdote, con un tenedor de tres dientes en la mano, 14 lo metía en el caldero o la olla, en la cacerola o la marmita, y todo lo que salía en el tenedor lo tomaba para sí el sacerdote; 15 así hacían con todos los israelitas que venían a Silo. Incluso antes de que se hubiera quemado la grasa, el sirviente del sacerdote venía y decía al que sacrificaba: "Dame la carne para pasársela a su gusto al sacerdote, ya que no aceptará carne cocida, sino solamente carne cruda." 16 Y si el hombre le decía: "Que primero se queme la grasa y después toma todo lo que desees.", el sirviente le respondía: "No, me lo das inmediatamente o te lo quitaré por la fuerza." 17 El pecado de estos jóvenes era, pues, muy grande a los ojos de Yavé, ya que tratan sin respeto las ofrendas a Yavé.
18 Mientras tanto, el niño Samuel servía a Yavé, vestido de sacerdote, 19 pues su madre le había hecho una pequeña sotana. Ella venía a verlo cada año, cuando subía con su esposo para ofrecer el sacrificio anual.
20 Helí bendecía a Elcaná y a su esposa, diciendo: "Que Yavé te conceda otros hijos de esta tu esposa a cambio del niño que ella ha ofrecido." Y ellos regresaban a su casa. 21 Yavé permitió que Ana tuviese más hijos; fue así como quedó embarazada y dio a luz tres hijos y dos hijas. Mientras tanto, el niño Samuel seguía creciendo en presencia de Yavé.
22 Helí ya era muy anciano y supo todo lo que sus hijos hacían con la gente del pueblo y cómo dormían con las mujeres que velaban ante la Tienda de las Citas. 23 Y les dijo: "¿Por qué  hacen ustedes todas estas cosas? Me han informado que todo el pueblo anda murmurando de ustedes. 24 Y lo que se comenta no son precisamente cosas buenas, hijos míos. 256 Si un hombre peca contra otro hombre, Dios será el juez; pero si el hombre peca contra Yavé, ¿quién rogará por él?" Pero ellos no le hicieron caso a lo que les decía su padre, ya que Yavé había resuelto quitarles la vida.
26 Entre tanto, el niño Samuel iba creciendo tanto ante Yavé como ante los hombres.

27 Un hombre de Dios vino a Helí con este mensaje: "Así dice Yavé: me di a conocer a la familia de Aarón tu padre, cuando estaban en Egipto al servicio del Faraón. 28  Y escogí a tu familia entre todas las tribus de Israel, para que fuesen sacerdotes, subieran a mi altar, quemaran perfuma y vistieran el efod en mi presencia, y concedí a la familia de tu padre que viviera de los sacrificios de los israelitas. 29 ¿Por qué este desprecio de mis sacrificios y mis dones, que yo mandé se ofrecieran en mi casa? ¿Por qué te has preocupado más de tus hijos que de mí, dejándolos que engordaran con lo mejor de todas las ofrendas de mi pueblo? 30 Por eso Yavé, Dios de Israel, dice: Yo había prometido que tu familia y la familia de tu padre me servirían como sacerdotes para siempre. Pero ahora, lejos de mí tal cosa; porque a los que me honran, yo los honro, pero a los que me desprecian, yo los desprecio. 31 Mira que vienen días en que te derribaré a ti y a tu familia. Ya no habrá ancianos en tu familia. 32 Verán a sus rivales bendiciendo a Israel desde el Templo, y ellos no llegarán a ancianos. 33 Los dejaré cerca del altar para que se llenen de envidia, pero todos morirán antes de tiempo. 34 Te servirá de señal lo que va a pasar a tus dos hijos Jofni y Finjas; en el mismo día morirán los dos. 35 Yo me elegiré un sacerdote fiel que obre según mi corazón y mis deseos, le dará una descendencia sólida y duradera  y caminará siempre en presencia del rey que yo me haya elegido. 36 Entonces los que queden de tu familia vendrán a humillarse ante este sacerdote para conseguir alguna moneda de plata o un trozo de pan, y dirán: Te pido que me admitas  a cualquier función sacerdotal, para poder así tener un pedazo de pan."

+ En su canto de gratitud, Ana se hace intérprete de todos los despreciados de su pueblo y del mundo. Yavé es el Dios que salva a los desamparados. Rechaza a los que confían en su brazo, en su arco, en el pan asegurado para su casa, es decir, en lo que son y en lo que tienen. Pone su gloria en invertir las diferencias  que existen entre los hombres (como en la parábola del rico y de Lázaro, Lucas 16,25). Yavé hace bajar al lugar de los muertos y hace subir.
Buen es comparar este canto con el de María (Lucas 1,45). El canto de Ana contiene una visión profética. Como Ana, tenemos que estar orgullosos de nuestro Dios, mucho más que de las realizaciones materiales de nuestra sociedad, que proclama feliz al rico y al fuerte.
Este texto condena al que construye su vida con la sola ambición de asegurar el porvenir de su familia; será salvado el que se pone al lado de los débiles. Frente a los que sienten vergüenza por su ambiente  humilde, obrero o campesino, o por el atraso de su pueblo, el creyente sabe que los pobres y los hambrientos contribuyen a la salvación del mundo; porque donde todo falta es más fácil descubrir lo que valen las personas y comprender que no  hay otro mundo digno del hombre sino aquel en el que haya pan y dignidad para todos.

3


Dios llama a Samuel

* 3 1  El niño Samuel estaba al servicio de Yavé y vivía junto a Helí. En aquel tiempo raras veces se oía la palabra de Yavé. Las visiones no eran frecuentes.
2 Cierto día, Helí estaba acostado en su habitación, sus ojos iban debilitándose y ya no podía ver. 3 Aún no estaba apagada la lámpara de Dios, y samuel estaba acostado en el Templo de Yavé, donde se encotnraba el Arca de Dios.
4 Yavé llamó a Samuel. El respondió: "Aquí estoy", 5 y corrió donde Helí diciendo: "Aquí estoy, pues me  has llamado." Pero Helí le contestó "Yo no te he llamado; vuelve a acostarte." El se fue y se volvió a acostarse.
6 Volvió a llamar Yavé: "Samuel". Se levantó Samuel y se fue donde Helí diciendo: "Aquí estoy, pues me has llamado." Otra vez Helí contestó: "No te he llamado; hijo mío, anda a acostarte".
7 Samuel no conocía todavía a Yavé, pues todavía la palabra de Yavé no le había sido dirigida. 8 Como  Yavé llamara a Samuel por tercera vezy el joven se presentara nuevamente a Helí, éste comprendió que era Yavé quien llamaba, 9 y dijo a Samuel: "Anda a acostarte y si vuelve a llamarte dile: Habla, Yavé, que tu siervo te escucha." Entonces Samuel se volvió a su habitación y se acostó.
10 Yavé entró y se paró, y llamó como las otra veces: "Samuel, Samuel". Este respondió: "Habla, Yavé, que tu siervo escucha." 11 Y dijo Yavé a Samuel: "Voy a hacer enIsrael una costa tan tremenda que a todo elque la oiga le zumbarán los oidos. 12 Pues voy a cumplir contra Helí todo cuanto he dicho contra su familia. 13 Tú le anunciarás que yo condeno a su familia para siempre, porque sabía que sus hijos ofendian a Dios y no los ha corregido. 14 Poe esto juro que la familia de Helí no podrá  borrar jamás su falta ni con sacrificios ni con ofrendas."
15 Samuel continuó acostado hasta la mañana y después abrió las puetas dela Casa de Yavé.
Samuel no se atrevía a contarle a Helí lo que había presenciado, 16 pero Helí lo llamó y le dijo: "Samuel, hijo mío, 17 ¿qué es lo que te ha dicho Yavé? ¡No me ocultes nada! Que Dios te castigue si me ocultas algo de lo que te ha dicho." 18 Entonces Samuel le dijo todo, sin ocultarle nada.
Dijo Helí: "El es Yavé, que haga lo que le parezca."
19 Samuel creció y  Yavé estaba con él. Y todo lo que Yavé le decía se cumplía. 20 Todo el pueblo, desde Dan hasta Bersebá, supo que Samuel había dado pruebas de que era profeta de Yavé.  Helí era ya muy viejo y sus hijos se portaban cada vez peor a los ojos de Yavé; 21 y Yavé continuó manifestándose en Silo, donde so comunicaba con Samuel.

* Dios llama a Samuel en forma personal y directa. No es el contacto fulgurante por el cual Dios marca para siempre a sus elegidos y les revela algo de sumisterio, como lo hará con Isaías o Pablo, por ejemplo; sin embargo, la obediencia del niño Samuel lo prepara para mayores cosas.
Se notará la seriedad con que Helí, a pesar de du edad y de su cargo, toma en cuenta a Samuel; sabe que la madurez espiritual no se ajusta a la edd física. Acepta recibir los reproches de Dios por intermedio de ese niño.
También subraya la Bilbia la responsabilidad del que no  corrie a a sus hijos. En Israel se enseñará el deber de los padres de educar y corregir -aun con castigos- a sus hijos, en vez de consentirles todo. No deben faltar a sus responsabilidades de educadores con el falso pretexto de que, al ser exigentes con sus hijos, perderán su cariño. La futura libertad del joven y del adulto se prepara con la disciplina de una "Ley": ver Sir 30 y Gal 4 y com. de Jue 8,22
El llamado a Samuel nos ayuda a recordar que para cada hombre hay una vocación, es decir, que Dios lo llama y lo destina a realizar una obra propia e irreemplazable. En los años presentes muchísimos hombres solamente sirven como fuerza de trabajo poco apreciada y al no tener oficio y responsabilidad de que sentirse orgullosos se consideran justamente frustrados. No se sienten "llamados" y necesarios para algo grande, con esto les falta uno de los resortes más importantes para llevar una vida de fe.
Dios nos habla y nos da a conocer su voluntad a través de los sucesos de cada día. Para organizar su vida, cada uno debe preguntarse. ¿Qué quiere Dios de mí?

4


Derrota de Israel

* 4 1 Por ese entonces  los filisteos se  juntaron para atacar a Israel, pero los israelitas salieron también a hacerles frente. Acamparon cerca de Eben-Ezer, mientras que los filisteos habían acampado en Afec. 2 Los filisteos se pusieron en orden de batalla contra Israel.
3 Luego de un rudo combate, los israelitas fueron derrotados, dejando muertos en el campo de batalla alrededor de cuatro mil hombres. Volvió el ejército al campamento, y los jefes de Israel se preguntaban por qué Yavé había dejado que fueran derrotados por los filisteos. Y se dijeron: "Vamos a Silo a buscar el Arca de nuestro Dios. Así estará ella con nosotros y no salvará de nuestros enemigos."
4 El pueblo envió mensajeros a Silo y sacaron de allí el Arca de Yavé de los Ejércitos, que se sienta sobre los querubines. Jofni y Finjas, hijos de Helí, acompañaban el Arca.
5 Cuando el Arca de Yavé llegó al campamento, todos los israelitas se pusieron a avivarla tan fuerte que la tierra temblaba. 6 Cuando los filisteos oyeron esa aclamación estruendosa dijeron: "¿Qué significarán esas aclamaciones tan grandes en el campamento de los israelitas?" Luego se enteraron que el Arca de Yavé había llegado al campamento.
7 Entonces los filisteos se aterrorizaron, pues decían: "Su Dios ha venido al campamento. 8 pobres de nosotros. Nunca nos había sucedido hasta ahora una desgracia semejante. ¿Quién nos librará de las manos de esos poderosos dioses? Estos son los dioses que castigaron a Egipto con toda clase de plagas. Arriba, filisteos, 9 pórtense como hombres; No permitan que los hebreos nos hagan sus esclavos así como ellos lo han sido de nosotros. Seamos hombres y peleemos."
10 Los filisteos se lanzaron al ataque y derrotaron a Israel; cada uno huyó por su lado. Fue un gran desastre en que perecieron treinta mil soldados de infantería de Israel. 11 El Arca de Dios fue capturada y murieron Jofni y Finjas, los dos hijos de Helí.

12 Un hombre de la tribu de Benjamín se escapó del frente de batalla y llegó el mismo día  a Silo con la ropa hecha tiras y la cabeza cubierta de polvo. 13 Cuando llegó, Helí, estaba sentado en su silla, a orilla del camino, tratando de divisar algo, pues estaba muy preocupado por lo que le pudiera haber pasado al Arca de Dios. Al saber en la ciudad la noticia que había traído este hombre, todo el mundo se puso a gritar. 14 Helí, entonces, preguntó: "¿Qué ruido es éste?" Y al instante se acercó el hombre para darle la noticia. 15 Helí tenía noventa y ocho años; tenía la mirada fija y ya no podía ver. 16 El hombre dijo a Helí: "Soy yo que acabo de llegar del campo de batalla, de donde logré hoy escapar." Helí le preguntó: "¿Qué pasó, hijo?"
17 Y el mensajero respondió: "Israel huyó delante de los filisteos. El pueblo ha sufrido una gran derrota, también han muerto tus hijos Jofni y Finjas y el Arca de Dios ha sido capturada." 18 Apenas el nombre nombró el Arca de Dios, Helí cayó de su silla hacia atrás junto a la puerta, se rompió la nuca y murió, pues era viejo y pesado. Hacía cuarenta años que mandaba en Israel.
19 Su nuera, la mujer de Finjas, estaba embarazada y por dar a luz. Cuando supo que el Arca de Dios había sido capturada y que su suegro y su marido habían muerto, sufrió un alumbramiento prematuro. 20 Estando por morir, las que le asistían le dijeron: "Animo, que es un niño"; pero ella estaba inconsciente y no respondió. 21 Le puso al niño el nombre de Icabod, o sea: "Desapareció la gloria.", 22 pues decía: "Se acabó la gloria de Israel", aludiendo a la captura del Arca de Dios y a la muerte de Helí y de su marido.

* En su guerra contra los filisteos, los israelitas desean la protección de Yavé. Van a buscar el Arca, pensando que con esto Yavé está obligado a darles la victoria.
Pero a Dios no le importa el Arca, y tampoco está al servicio de un pueblo irresponsable, sino que lo quiere educar, haciéndole pagar el precio de su infidelidad. Por eso Dios no responde y el Arca tan sagrada se pierde.

5


5 1 Los filisteos tomaron el Arca de Dios y la llevaron de Eberi-Ezer a Asdod. 2 Allí la pusieron en el templo de  Dagón, colocándola junto al ídolo de Dagón. 3 Al otro día, cuando se levantaron los asdodeos vieron que Dagón estaba boca abajo en el suelo, delante del Arca de Yavé.
Levantaron a Dagón, y lo volvieron a poner en su lugar. 4 Pero al amanecer del día siguiente encontraron otra vez a Dagón en el suelo delante del Arca de Yavé; su cabeza y sus manos estaban rotas en el umbral de la puerta, solamente el tronco de Dagón había quedado donde cayó. 5 Por eso, hasta el día de hoy los que entran en su templo, en Asdod, no pisan el umbral del Templo.
6 Después de esto, la mano de Yavé cayó pesadamente sobre los asdodeos e hizo estragos, hiriéndolos con tumores, en Asdod, y por toda su comarca. 7 Al ver lo que pasaba, los asdodeos dijeron: "Que no quede entre nosotros el Arca de Dios, porque su mano se hizo pesada sobre nosotros y contra el dios Dagóm." 8 Entonces hicieron llamar a los jefes de las ciudades de los filisteos y les dijeron: "¿Qué haremos con el Arca del Dios de Israel?"
ellos decidieron que el Arca del Dios de Israel se trasladara a Gat, y la llevaron allí. 9 Pero apenas entró en Gat, la mano de Yavé se dejó sentir sobre la ciudad, provocando gran terror a toda la gente; desde el más pequeño hasta el mayor.fueron castigados, saliéndoles tumores. 10 Entonces enviaron el Arca de Dios a Acarón, pero una vez que llegó allí, los acaronitas exclamaron: "Nos han traído el Arca del Dios de Israel para que también nos mate a todos nosotros." 11 Por esto, hicieron llamar a los cuales dijeron:"Devuelvan el Arca del Dios de Israel, que vuelva a su lugar  y no nos haga morir a todos." Porque se difundía por todas las ciudades el terror de la muerte, ya que la mano de Dios se había sentido duramente allí.
12 Los que no murieron fueron atacados de tumores y los gritos de angustia de cada ciudad llegaban hasta el cielo.

6


6 1 Estuvo, pues, el Arca de Yavé en el país de los filisteos, por espacio de siete meses. 2 Los filisteos llamaron a sus sacerdotes y adivinos y les preguntaron: "¿Qué debemos hacer con el Arca de Yavé? Dígannos como debemos devolverla a su lugar." 3 Ellos respondieron: "Si quieren devolver el Arca, no se la devuelvan así no más, sino que ofrezcan, al mismo tiempo, un sacrificio de reparación. Así recobrarán ustedes la salud y sabrán por qué Dios los castigó tanto." 4 Ellos dijeron: "¿Que reparación debemos ofrecer?" Y los sacerdotes respondieron: 5 "Hagan cinco tumores de oro y cinco ratas de oro, de acuerdo al número de los distritos de los filisteos, ya que todos ustedes con sus jefes han sufrido la misma plaga. Hagan imágenes de sus tumores y de los ratones que arruinan el país, y den gloria al Dios de Israel. A ver si con esto, deja de castigarlos a ustedes, a sus dioses y a su tierra. 6 Pero no endurezcan sus corazones, como lo endurecieron los egipcios y el faraón. ¿No tuvieron que dejar partir a Israel, después que Dios los castigó con varias plagas?

7 Ahora, pues, manos a la obra y construyan una carreta nueva y enyuguen a ella dos vacas que estén criando y que no hayan llevado yugo, y encierren en el establo sus terneritos. 8 Tomen después el Arca de Yavé y pónganla en la carreta. Coloquen a su lado, en un cofre, las figuras de oro que le han ofrecido como reparación. 9 Después, déjenla marchar. Y fíjense: Si toma el camino de su país, hacia Bet-Semes, sepan que es el Dios de Israel quien nos ha causado esta gran calamidad; si no, sabremos que no ha sido su mano la que nos ha castigado y que todo esto  nos ha pasado por casualidad."
10 Así lo hicieron: tomaron dos vacas que estaban criando, las enyugaron a la carreta y encerraron sus terneritos en el establo. 11 Colocaron en la carreta el Arca de Dios con el cofre que contenía los ratones  y las imágenes de oro.
12 Entonces las vacas se dirigieron derecho por el camino que sube a Bet-Semes y siguieron la ruta mugiendo, sin desviarse ni a la derecha ni a la izquierda. Los jefes de los filisteos las siguieron hasta llegar al territorio de Bet_Semes.
13 Los de Bet-Semes estaban segando el trigo en el valle cuando vieron que se acercaba el Arca. Salieron a su encuentro muy contentos. 14 Al llegar la carreta al campo de Josué, de Bet-Semes se detuvo; había allí una gran piedra. Astillaron la madera de la carreta y sacrificaron encima las vacas, como víctimas quemadas en honor a Yavé. 15 Mientras tanto los levitas habían bajado el Arca de Dios y el cofre que estaba a su lado, que contenía los objetos de oro, y colocaron todo sobre la gran piedra.
Los de Bet-Semes ofrecieron aquel día sacrificios a Yavé, 16 mientras que los cinco jefes filisteos, después de comprobar lo sucedido, se volvieron el mismo día a Acarón. 17 Las ciudades de Asdod, Gaza, Ascalón, Gaty Acarón; 18 y además había tantos ratones de oro como ciudades filisteas bajo la autoridad de los cinco jefes, desde las ciudades fortificadas hasta las aldeas que no tienen muros. Prueba de esto, hasta el día de hoy, es la gran piedra en la que se colocó el Arca de Yavé, que está en el campo de Josué de Bet-Semes. 19 En Bet-Semes Yavé hizo perecer a setenta personas que se atrevieron a mirar el Arca. Al ver esto, todo el pueblo se apenó mucho.
20 Dijeron entonces loa habitantes de Bet-Semes: ¿Quién podrá quedarse en presencia de Yavé el Dios Santo?" "¿A dónde podríamos enviar el Arca?" 21 Mandaron decir a los habitantes de Cariatiarim: "Los filisteos devolvieron el Arca de Yvé. Bajen aquí y llévensela."

7


7 1 Vinieron los habitantes de Cariatiarim por el Arca de Yavé y la colocaron en la casa de Abinadab, en la loma, y consagraron a su hijo Eleazar para que la  cuidase.

Samuel levanta a Israel

* 2 Desde el día en que el Arca quedó instalada en Cariatiarim, transcurrieron veinte largos años, durante los cuales el pueblo de Israel gemía y suplicaba a Yavé.
3 Entonces Samuel se dirigió al pueblo diciéndoles: "Si ustedes vuelven a  Yavé con sinceridad y quitan de en medio de ustedes los dioses extranjeros y las imágenes de los Baales y Astartés, si permanecen fieles a Yavé, sirviéndole sólo a él, entonces Yavé los librará de los filisteos. 4 Los israelitas, pues, expulsaron los Baales y los Astartés y se pusieron a servir sólo a Yavé.
5 Samuel dijo:
"Reúnan a todo Israel en Mizpá y yo rogaré a Yavé por ustedes."
6 Se reunieron en Mizpá, derramaron agua ante Yavé, ayunaron durante ese día y dijeron: "Hemos pecado contra Yavé." Y fue Samuel quien dirigió esta asamblea de los israelitas en Mizpá. 7 Cuando los filisteos supieron que los israelitas se había reunido en Mizpá, los jefes de sus cinco ciudades subieron a Israel para atacarlo. Los israelitas, a su vez, tuvieron miedo 8 y dijeron a Samuel; "No dejes de invocar a Yavé, nuestro Dios, para que él nos salve de los filisteos."
9 Samuel tomó entonces un cordero lechón y lo ofreció en sacrificio a Yavé, suplicándole por el pueblo; y Yavé lo escuchó.
10 En el mismo momento en que Samuel ofrecía el sacrificio, los filisteos se lanzaron al ataque contra Israel. Pero la voz de Yavé resonó como un trueno en medio de los filisteos, cundió el pánico entre ellos y fueron vencidos por los hombres de Israel. 11 Estos persiguieron a los filisteos, desde Mizpá hasta más abajo de Betcar.

12 Samuel tomó entonces una piedra y la puso entre Mizpá y Jesana y dio a aquel lugar el nombre de Ebena-Ezer, es decir: "Piedra del socorro", diciendo: "Hasta aquí nos ha socorrido Yavé."
13 Después de esta derrota los filisteos no se atrevieron a invadir más el territorio de Israel. Así la mano de Yavé se hizo  sentir  contra los filisteos mientras vivió Samuel: 14 las ciudades que habían tomado a los israelistas fueron devueltas a Israel, desde Acarón hasta Gat; Isdrael liberó su territorio del dominio de los filisteos. también hubo paz entre Israel y los amorreos.
15 Samuel fue juez de Israel mientras vivió. Cada año hacía un recorrido por Betel, 16 Guilgal, Mizpá, juzgando a Israel en todos esos lugares, 17 y después se volvía a Ramá, donde tenía su casa. Allí juzgaba a Israel y también edificó un altar a Yavé.

* Se repite la misma experiencia de los Jueces. Samuel convence a Israel que vuelva a Yavé, y éste, fiel a su Alianza, concede la victoria.

8



El pueblo pide un rey. Samuel denuncia la dictadura

+ 8 1 Cuando Samuel llegó a anciano, dejó a sus hijos como  jueces de Israel. 2 El mayor de sus hijos se llamaba Joel y el otro se llamaba Abias, y juzgaban en Bersebá. 3 Pero no fueron igual que su padre. Buscaban el dinero, aceptaban regalos y violaban la justicia.
4 Se reunieron, pues, los jefes de Israel y fueron a Ramá, donde estaba Samuel, 5 y le dijeron: "Tú ya estás viejo y tus hijos no siguen tus ejemplos. Pues bien, danos un rey para que nos gobierne, como hacen los reyes en todos los países."
6 A Samuel no le gustó nada que le hubieran dicho: "Danos un rey para que nos gobierne; e invocó a Yavé. Y Yavé dijo a Samuel: "Dale a tu pueblo lo que te pide. 7 Pues no te rechazan a ti, sino que es a mí a quien han rechazado para que no reine sobre ellos. 8 Te tratan a ti como me han tratado a mí desde el día en que los saqué de Egipto hasta hoy. Pues sabes  cómo me abandonaron para ir tras otros dioses. 9 Escucha, sin embargo, la petición y les dirás cuáles son los derechos del rey que los va a gobernar."
10 Samuel transmitió al pueblo que  le había pedido un rey todo lo que le había dicho Yavé. 11 Les dijo: "Miren lo que les va a exigir su rey: les tomará a sus hijos y los destinará a sus carros de guerra o a sus caballos, o bien los hará correr delante de su propio carro; 12 los empleará como jefes de mil y como jefes de cincuenta; los hará labrar y cosechar sus tierras; los  hará fabricar sus armas y los aperos de sus caballos. 13 Les tomará sus hijas para peluqueras, cocinas y panaderas. 14 A ustedes les tomará sus campos, sus viñas y sus mejores olivares y se los dará a sus oficiales. 15 Les tomará la décima parte de sus sembrados y de sus viñas para sus funcionarios y servidores. 16 Les tomará sus sirvientes, sus mejores bueyes y burros y los  hará trabajar para él. 17 A ustedes les sacará la décima parte de sus rebaños y ustedes mismos serán sus esclavos. 18 ese día se lamentarán del rey que hayan elegido, pero Yavé ya no les responderá."
19 El pueblo no quiso escuchar a Samuel y dijo: ¡No! Tendremos un rey y nosotros seremos también como los demás pueblos: 20 nuestro rey nos dirigirá e irá al frente de nosotros en nuestros combates."
21 Oyó Samuel todas las palabras de su pueblo y las repitió a los oídos de Yavé. Pero Yavé dijo a Samuel: "Hazles caso y dales un rey." 22 Samuel dijo entonces a todos los hombres de Israel: "Vuelva cada uno a su ciudad."

+ Una corriente nueva aparece en Israel. El pueblo se da cuenta de la debilidad que crean la división y la anarquía. No basta el poder pasajero de los "Jueces". Las doce tribus deben unirse en torno a un rey.
Samuel es un defensor del pasado, y sus advertencias están marcadas por su desconfianza personal: no reconoce el progreso que constituye un gobierno más fuerte y centralizado. Pero, denuncia, claramente los peligros de un poder fuerte.
Samuel reprocha al pueblo su poca confianza en Yavé. Hoy hablaríamos de su afán de seguridad. Prefieren entregar a otro el cargo de tomar iniciativas y de ser responsable por ellos. Así como en la actualidad, después de las reformas agrarias, se sabe de campesinos que echan de menos al dueño que los explotaba.
Dice Juan XXIII que donde falta la iniciativa y la responsabilidad personal de los particulares,  hay tiranía política. Además, cuando el individuo lo espera todo del gobierno o del rey, hay un estancamiento general y se apaga el genio creador del hombre.
El rey será en la teoría el representante de Dios y el servidor de su pueblo. En la realidad, servirá sus propias ambiciones y será el opresor de la nación. Ya que aquel tiempo los dictadores sabían bastante de propaganda para convencer al pueblo de que eran indispensables (Lc 22,25)

9


* 9 1 Había un hombre de la tribu de Benjamín llamado Quis, hijo de Abiel, hijo de Seror,  hijo de Becorat, hijo de Afia. Era un hombre valiente. 2 Tenía un hijo llamado Saúl, joven y de bella presencia, además de que sobrepasaba a todo el mundo en estatura.
3 Sucedió que se perdieron las burras de Quis. Este dijo a su hijo Saúl: "Toma como compañero a uno de los mozos y anda a buscarme las burras." 4 Atravesaron los cerros de Efraím y el territorio de Salisa y no las encontraron; cruzaron el país de Saalim, pero tampoco estaban allí; recorrieron el país de Benjamín sin encontrar nada. 8 Cuando llegaron al territorio de Suf, dijo Saúl al muchacho que lo acompañaba: "Volvamos, no sea que mi padre esté más preocupado de nosotros que de las burras."
6 Pero él respondió: "Todavía no, pues en esta ciudad vive un hombre de Dios. Es muy famoso. Todo lo que dice se cumple con seguridad. Vamos donde él por si nos orienta acerca del objeto de nuestro viaje." 7 Saúl le contestó: "Bien, vamos, pero ¿qué presente llevaremos a ese  hombre de Dios?" No nos queda pan y no tenemos ningún regalo para llevarle. ¿Qué le podemos dar?" 8 El muchacho dijo a Saúl: "Me queda una moneda de cuarto de siclo de plata; se la daré al hombre de Dios y nos indicará el camino que hemos de seguir." 9 Saúl dijo a su muchacho: "Tienes razón; vamos." 10 Y se fueron a la ciudad donde vivía el hombre de Dios.

Samuel unge a Saúl

+ 11 Cuando Saúl subía con su muchacho por la cuesta de la ciudad de Ramá, encontraron a unas muchachas que salían a buscar agua y les preguntaron: "¿Está aquí el vidente?" (Porque antes en Israel, cuando alguien iba a consultar a Dios, decía: "Vamos a ver al vidente"; se llamaba entonces vidente al que llamamos profeta.)
12 Ellas le respondieron: "Sí, aquí está el vidente. Acaba de llegar para ofrecer hoy mismo un sacrificio por el pueblo en la loma. 13 En cuanto entren a la ciudad, búsquenlo pronto antes que suba al santuario, pues hoy habrá allí un banquete sagrado y todo el mundo lo está esperando para que bendiga el sacrificio y luego puedan sentarse a la mesa de los invitados. Vayan en seguida y al momento lo encontrarán."
14 Subieron, pues, a la ciudad. Entraban por la puerta cuando Samuel salía para subir al santuario.
15 Ahora bien, la víspera de la venida de Saúl, Yavé había hecho esta revelación a Samuel: 16 "Mañana, a esta misma hora, te enviaré un hombre de la tierra de Benjamín. Lo ungirás como jefe de mi pueblo, Israel, y él lo librará de la mano de los filisteos, porque he visto la aflicción de mi pueblo y su clamor ha llegado a mí."
17 Cuando Samuel vio a Saúl, Yavé le indicó: "Este es el  hombre del que te he hablado; él gobernará a mi pueblo."
18 Saúl se acercó a Samuel (estaban en la puerta de la ciudad) y le dijo: "Indícame, por favor, dónde está la casa del vidente." 19 Samuel respondió a Saúl: "Yo soy el vidente. sube delante de mí al santuario. Hoy comerás conmigo. Mañana te despediré y te contestaré todas tus preguntas. 20 No te preocupes por las burras que perdiste hace tres días, porque ya las hallaron."
Samuel agregó: "¿Para quién serán las riquezas de Israel? ¿No serán para ti y la familia de tu padre?" 21 Saúl respondió: "Yo soy de la tribu de Benjamín, la más pequeña de Israel. Y mi familia es la mas pequeña de Benjamín. ¿Por qué razón me dices estas cosas?"
22 Samuel tomó a Saúl y a su muchacho, los invitó a entrar en la sala y los hizo sentarse en la cabecera de la mesa, donde había treinta personas. 23 Después Samuel dijo al cocinero: "Sirve la presa que yo te dije que la pusieras aparte." 24 El cocinero tomó el pernil con la cola y lo puso delante de Saúl, diciéndole: "Esto fue especialmente reservado para ti; sírvetelo." Aquel día Saúl comió con Samuel.
25 Bajaron del santuario a la ciudad. Prepararon para Saúl una cama en la terraza., donde se acostó. 26 Cuando amaneció, Samuel llamó a Saúl y le dijo: "Levántate, que voy a despedirte." Se levantó Saúl y salieron afuera,. 27 Habían bajado hasta las afueras de la ciudad cuando Samuel dijo a Saúl: "Dile a tu muchacho que siga minando; tú, en cambio, párate aquí, pues tengo que darte un recado de parte de Dios."

* La continuación del capítulo 8 está en 10,17. Aquí empieza el relato de la vocación de Saúl.
Saúl salió a buscar las burras de su padre, y encontró en el camino algo que no esperaba. Dios llama a Saúl de otro modo que a Samuel, y a David lo llamará en forma diferente también a todo hombre. Dios le ofrece la psobilidad de cumplir una misión, grande o pequeña, que él solo puede llevar a bien.

+ El joven Saúl viene a Samuel como muchos israelitas. para ellos, el profeta Samuel es un vidente, un adivino, y le viene a pedir que solucione sus problemas económicos. Ello no debe extrañarnos. Durante siglos, los que cultivaban las ciencias de los astros, atendían también las consultas respecto al porvenir y los horóscopos eran su modo de ganarse la vida. Después, la ciencia se apartó de esa superstición. Lo mismo, al principio el profeta pretendía transmitir respuestas de Dios sobre todas las materias; atendía las consultas de cada uno y vivía de esto; pero Samuel primero, y los grandes profetas después, saben que su misión es guiar al pueblo de parte Dios.

Samuel consgra a Saúl con una unción de aceite (ver comentario de Lev 8)

10



10 1 Entonces Samuel tomó la alcuza de aceite y lo derramó sobre la cabeza de Saúl y después lo besó diciendo: "Yavé es quien te ha ungido como jefe de Israel. Tú dirigirás al pueblo de Yavé y lo librarás de los enemigos que lo rodean. Y ésta será para ti la señal de que el mismo Yavé te ha ungido. 2 En cuanto te separes de mí encontrarás dos hombres junto a la tumba de Raquel, en la frontera de Benjamín, y ellos te dirán: Las  burras que andabas buscando ya las hallaron. Fíjate que tu padre ya se olvidó de ellas  ahora está muy preocupado por lo que les haya podido pasar a ustedes. 3 Siguiendo más allá te toparás con tres hombres que suben a ver a Dios en Betel. Uno de ellos llevará tres cabritos, el otro, tres panes, y el tercero, una botella de vino.  4 Te saludarán y te darán dos panes. 5 Después llegarás a Guibea de Dios, donde hay un gobernador filisteo. A la entrada de la ciudad te encontrarás con un grupo de profetas, precedidos por un coro con arpas, tambores, flautas y cítaras. Estarán en trance, como ocurre a los profetas. 6 Entonces te tomará el espíritu de Yavé, entrarás en trance como ellos y serás cambiado con otro hombre. 7 Cuando te hayan sucedido todas estas cosas, haz lo que quieras, porque Dios está contigo.
8 Baja, pues, delante de mí a Guilgal y yo iré a juntarme contigo para ofrecer víctimas y sacrificios a Yavé. Esperarás siete días, hasta que yo venga a ti y te diga lo que debes hacer."
9 Apenas Saúl se alejó de Samuel, Dios le cambió el corazón y todas las señales se realizaron ese mismo día. 10 Desde allí fueron a Guibea y se encontraron con un grupo de profetas; lo invadió el espíritu de Dios y se puso a profetizar en medio de ellos.


11 Los que lo conocían desde niño, cuando lo vieron cantando con los profetas, se decían entre sí: "¿Qué le ha pasado al  hijo de Quis? ¿También Saúl está profetizando?" 12 A lo cual respondieron algunos: ""¿Y quién es su padre?" Y así pasó a ser unproverbio: "¿Con qué Saúl es uno de los profetas? 13 Saúl dejó de profetizar y se fue a caa.
14 El tío de Saúl les preguntó a él y a su mozo a dónde  habían ido; a lo que ellos respondieron: "Andábamos buscando las burras, pero como no las encontramos por ningún lado, fuimos a ver a Samuel." 16 Y cómo su tío le pidiese que le contara lo que le había dicho Samuel, él le replicó: 16 "Sencillamente nos dijo que las burras habían aparecido." Pero no le contó nada de lo que le había dicho Samuel acerca del reino.


* 17 Después de esto, Samuel convocó al pueblo delante de Yavé en Mizpá, 18 y dijo a los hijos de Israel: Esto dice Yavé: Yo saqué a Israel de Egipto y los libré de las manos de los egipcios y de los reyes que los tenían oprimidos. 19 Pero ustedes, hoy día, han despreciado a su Dios, que los salvó de todos sus males y aprietos, y  han dicho: No, danos un rey que nos gobierne. Por eso, ahora, preséntense delante de Yavé, distribuidos por tribus y familias."
20 Samuel hizo acercarse a todas las tribus de Israel y, al echar suerte, fue designada la tribu de Benjamín. 21 De la tribu de Benjamín fue designada la familia de Matrí, y de la familia de Matrí, Saúl, hijo de Quis; lo buscaron, pero no lo encontraron. 22 Entonces, volvieron a preguntar a Yavé: "¿Vino Saúl?", a lo que Yavé dijo: "A estas horas está escondido en medio de los equipajes." 23 Fueron corriendo a sacarlo de allí y, una vez en medio del pueblo, vieron que sobresalía de los hombros arriba, sobre todos los demás. 24 Samuel dijo a todo el pueblo: "¿Ven al que eligió Yavé? Como él no hay nadie en todo el pueblo." Y todos empezaron a aclamarlo: "Viva el rey."
25 Samuel dio a conocer al pueblo los derechos y deberes de los reyes y los escribió en un libro que guardó delante de Yavé. 26 Después, despidió Samuel al pueblo, y cada cual se fue a su casa. También Saúl se fue a la suya, en Guibea, acompañado de aquellos valientes cuyos corazones había movido el Señor. 27 Pero algunos malvados dijeron: "¡Qué nos va a salvar ése!" Y para demostrarle su desprecio, no le llevaron regalos.


* Aquí viene  la continuación lógica del capítulo 8 y es otro relato de la elección de Saúl. Este capítulo no se opone al anterior, pues Samuel consagró a Saúl en forma secreta, y algún tiempo después el sorteo pone de manifiesto al hombre que Dios había escogido.

11



+ 11 1 Aproximadamente un mes después, Najás, el amonita, le puso sitio a Jabés de Galaad. Y todos los hombres de Jabés dijeron a Najás: "Si llegas a un acuerdo con nosotros te serviremos."
2 Najás respondió: "Estas son mis condiciones: les sacaré a todos el ojo derecho para que así quede humillado todo Israel." 3 Entonces los jefes de Jabés le contestaron: "Danos un plazo de siete días. Vamos a mandar mensajeros por todo el territorio de Israel, y si no  hay nadie que nos ayude, entonces nos rendiremos a ti."
4 Llegaron los mensajeros a Guibea, donde vivía Saúl, y contaron esto al pueblo, y todos se pusieron a gritar y a llorar.
5 En esto llegó Saúl, que venía del campo con sus bueyes, y dijo: "¿Por qué todo el mundo está llorando?" Cuando le contaron lo que sucedía, 6 el espíritu de Dios se apoderó de Saúl y se enojó sobremanera. 7 Tomó una yunta de bueyes, los descuartizó y envió los pedazos por todo el territorio de Israel con este mensaje: "Esto les va a pasar a los bueyes de todos los que no quieran seguirme a mí y a Samuel."
Al ver esto, todos tuvieron miedo y salieron como un solo hombre.
8 Saúl les pasó revista en Bezar: eran unos trescientos mil los de Israel y treinta mil los de Judá.
9 Entonces despidieron a los mensajeros con esta respuesta para los de Jabés: "Mañana, cuando salga el sol, iremos a liberarlos." 10 Y los de Jabés, llenos de alegría con esta noticia, dijeron a los amonitas: "Mañana saldremos y ustedes podrán hacer con nosotros lo que les parezca."
11 A la mañana siguiente Saúl dispuso a su gente en tres columnas que penetraron en el campamento antes que amaneciera. Hubo lucha hasta el mediodía. Los amonitas fueron derrotados y los que pudieron escaparon cada uno por su cuenta.
12 Entonces el pueblo dijo a Samuel: ¿Dónde están los que preguntaron si Saúl iba a reinar sobre nosotros? Entréganos esos hombres para matarlos." 13 Saúl respondió: "No se matará a nadie, porque hoy Yavé ha salvado a Israel."
15 Todo el pueblo fue a Guilgal y allí reconocieron por rey a Saúl en presencia de Yavé. Ofrecieron sacrificios de comunión y Saúl, junto a todos los israelitas, celebró este acontecimiento con una gran fiesta.

+ Se reanuda aquí el relato interrumpido en 10,16
Los hombres de Jabés están dispuestos a aceptar la paz. Israel llora y grita, pero Saúl es quien decide que esto no se puede tolerar. Su valentía compromete a Dios.
¿Dónde están los que preguntaron si Saúl iba a reinar? No hay vida política sin partidos. Desde el principio Saúl tiene sus partidarios y adversarios; sus partidarios se opondrán después a David. En cuanto a los hombres de Jabés, quedarán agradecidos a su salvador y le serán fieles hasta después de su muerte (ver 1 Sam 31,11).
Saúl es un hombre bueno y liberal, que no quiere vengarse de sus adversarios. Sin embargo, cuando uno es el dirigente máximo, fácilmente se margina de los demás y se hace orgulloso o pesimista. Saúl no sabrá escuchar a Dios ni compartir con sus familiares, y los celos lo volverán ciego, como en el caso de David.

12


Samuel renuncia

* 12 1 Samuel dijo al pueblo: "Los he atendido en todo lo que me han pedido, y les he dado un rey: "Desde ahora en adelante tienen un rey para dirigirlos. Lo que es yo, ya soy viejo, estoy lleno de canas y tengo a mis hijos que me reemplacen junto a ustedes. Los he guiado desde mi juventud hasta el día de hoy. 3 Ahora, si tienen algo contra mí, díganlo en presencia de Yavé y de su rey.
¿A quién le he llevado su buey o su burro? ¿A quién he engañado o maltratado? ¿Quién me ha sobornado con dinero? Que lo digan y lo devolveré."
4 Respondieron: "Nunca le hiciste mal a nadie."
5 Entonces Samuel dijo: "Yavé y el rey son ahora testigos de que ustedes no encontraron en mí culpa alguna." Y ellos contestaron: "Efectivamente, es como tu dices."

6 Entonces Samuel dijo al pueblo: "Sí; testigo es Yavé, que estableció a Moisés y a Aarón y que sacó a nuestros padres de la tierra de Egipto. 7 Presénteme ahora para que yo les pida cuentas en nombre de Yavé, por todas las misericordias que él les hizo a ustedes y a sus padres. 8 Acuérdense cómo Jacob entró en Egipto y cómo clamaron a Yavé los padres de ustedes cuando fueron oprimidos. Entonces envió a Moisés y a Aarón, que sacaron a sus padres de Egipto y lo pusieron en este lugar. 9 Pero ellos se olvidaron de Yavé, su Dios, por lo que les entregó en manos de Sísara, jefe del ejército de Jasor, y en manos de los filisteos y del rey de Moab, que les hicieron la guerra. 10 Pero después clamaron a Yavé y reconocieron: Hemos pecado, porque te abandonamos a ti, Señor y servimos a los  baales y a  las astartés. Pero ahora, líbranos de las manos de nuestros enemigos y te serviremos. 11 Entonces Yavé envió a Jerubaal, a Barac, a Jefté y a Samuel y los libró del cerco de sus enemigos y vivieron seguros.
12 Pero, cuando vieron que Najás, rey de los amonitas, los atacaba, me dijeron: ¡No!, que reine un rey sobre nosotros, a pesar de que Yavé, su Dios, era rey de de ustedes. 13 Aquí tienen a su rey. ya ven cómo el Señor les ha dado el rey que ustedes escogieron y pidieron. ¡Ojalá teman a Yavé, lo sirvan y escuchen su voz, y no se rebelen contra sus órdenes! 14 ¡Ojalá que ustedes y el rey que reine sobre ustedes lo sigan! 15 Porque si no escuchan su voz y se rebelan contra sus órdenes, entonces la mano de Yavé pesará sobre ustedes y sobre su rey.
16 No se vayan todavía, para que vean este  gran prodigio que Yavé va realizar delante de sus ojos. ¿No es ahora la cosecha del trigo? 17 Pues bien, voy a invocar a Yavé para que haga tronar y llover. Reconocerán entonces y verán el gran mal que han hecho a sus ojos al pedir un rey."
18 Invocó Samuel a Yavé, que hizo tronar y llover ese mismo día, y todo el publo tuvo gran temor a Yavé y a Samuel. 19 Todo el pueblo dijo a Samuel: "Ruega a Yavé, tu Dios, por nosotros, para que no muramos; porque a todos los demás pecados nuestros hemos añadido esta maldad de pedir un rey."
20 Pero Samuel les contestó: "No teman. Es cierto que  han hecho esa maldad. Pero ahora, no se alejen de Yavé y sírvanlo con todo su corazón, 21 no se aparten para seguir esos ídolos que no sirven ni salvan porque nada son. 22 Porque Yavé no rechazará a su pueblo en atención a su gran Nombre, ya que se ha dignado hacer de ustedes su pueblo. 23 Por mi parte, ¿cómo cometería este pecado de no interceder por ustedes ante Yavé o de no enseñarles el camino bueno y recto? 24 Teman sólo a Yavé y sírvanlo con todo su corazón, pues han visto las maravillas que ha realizado en medio de ustedes. Pero, si se portan mal, perecerán ustedes y su rey."

* Al renunciar Samuel, da una última lección a Saúl y sus sucesores. Invita a los futuros reyes y responsables a examinarse si se mantienen totalmente desinteresados en el ejercicio de las funciones, o si las aprovechan para servirse a sí mismos. (Ver un discurso semejante de Pablo en Hechos 20,33)
Samuel es además ejemplo, al retirarse cuando pasó el tiempo en que podía servir. Era hombre de otra época, la de los Jueces, y no había lugar para él en el reinado que empezaba. Cualquier dirigente vale por un tiempo, y cumplido éste, tiene que preparase sucesor