LA BIBLIA - INTRODUCCIÓN

La Biblia no ha caído del cielo. Aquí están libros que no se proclamaron desde las nubes, con algún parlante celestial, sino que se reunieron pacientemente a lo largo de siglos en el seno del Pueblo de Dios, gracias a la fe de sus minorías más conscientes.

Durante unos 18 siglos, desde Abraham hasta Jesús, el pueblo de Israel descubrió, cada vez con mayor lucidez, que el Dios Único se había ligado a él. Las experiencias de la comunidad nacional, los llamados de esos hombres, llamados profetas, que hablaban de parte de Dios, las inquietudes que se desarrollaban entre los creyentes: todo esto pasó de una que otra manera a esos libros. Y fueron los responsables religiosos de Israel los que recibieron, escogieron y acreditaron estos libros, integrándolos al Libro Sagrado.

Así se formó el Antiguo Testamento de la Biblia.Testamento se refiere a que estos libros era como la herencia más preciosa entregada por Dios a su pueblo escogido.

Después de tantas experiencias, llegó para el pueblo de Israel un tiempo de crisis en que Dios quiso llevarlos de una vez a la madurez de la fe. Para eso vino Jesús. Con él se llevó a cabo la experiencia más trascendental de toda la historia. Jesús, sus esfuerzos para salvar al pueblo judío de una destrucción inminente, su rechazo, su muerte y, luego, su Resurrección: ésta fue la última palabra de Dios.

La trayectoria de Jesús originó la predicación de la Iglesia y los libros que en ella se escribieron. Aquellos libros que fueron aprobados por los responsables de la Iglesia pasaron a integrar el Nuevo Testamento.

El Nuevo Testamento comprende:

LOS CUATRO EVANGELIOS. La palabra Evangelio significa la Buena Nueva. Esos son los libros en que los apóstoles de Jesús escribieron lo que habían visto y aprendido de él.

Luego viene el libro de los HECHOS DE LOS APÓSTOLES, escrito por Lucas, el mismo que escribió el Tercer Evangelio.

Luego vienen más de veinte CARTAS que los apóstoles dirigieron a las primeras comunidades cristianas.

El Antiguo Testamento comprende:

Los LIBROS HISTÓRICOS. Aquí vemos la actuación de Dios para liberar a un pueblo que quier hacer que sea su pueblo. Lo vemos educar a ese pueblo y dar un sentido a su historia nacional. En estos libros se destacan:

El Génesis. El Exodo. El Deuteronomio. Los libros de Samuel.

LOS LIBROS PROFETICOS. Dios interviene en la historia por medio de sus profetas, encargados de transmitir su palabra.

LOS LIBROS DE SABIDURÍA destacan la importancia de la educación y del esfuerzo del individuo para llegar a ser un hombre responsable y un creyente.

Ediciones Paulinas - Verbo Divino

sábado, 19 de noviembre de 2011

23

23 1 Estas son las últimas palabras de david:

"Oráculo de David, hijo de Jesé,
oráculo del hombre puesto en alto,
del ungido del Dios de Jacob,
del cantor de los salmos de Israel.
2 El Espíritu de Yavé habla por mí,
su palabra está en mi lengua.
3 El Dios de Israel ha hablado,
la Roca de Israel me ha dicho:
"El justo que gobierne a los hombres
y los gobierne en el temor a Dios
4 es como la luz de la mañana cuando sale el sol,
como mañana sin nubes,
que hace brillar al pasto del campo después de la lluvia.
5 Sí, así es mi familia ante Dios,
que hizo conmigo una alianza eterna,
en todo ordenada y segura.
¿No hará él que germinen mis esperanzas y todos mis deseos?
6 Pero los malvados son espinas del desierto,
que no se toman con la mano.
7 Nadie las toca
a no ser con el hierro o con el mango
de su lanza, y se queman al fuego."

Los valientes de David

8 Estos son los nombres de los héroes de david: Isbaal, el jakmonita, jefe de los tres, que blandió su lanza y mató a ochocientos hombres de una vez.
9 Después de él, Eleazar, hijo de Dodí, hijo de un ajojita, uno de los tres héroes que estaban con David cuando desafiaron a los filisteos ahí reunidos para pelear. Cuando los israelitas se retiraban, 10 él se mantuvo firme y atacó a los filisteos hasta que su mano se cansó le quedó pegada a la espada. Aquel día Yavé consiguió una gran victoria. LOs otros combatientes volvieron al terreno detrás de Eleazar, pero solamente para tomar los despojos.
11 Después de él, Sammá, hijo de Elá, el ararita. Los filisteos se habían reunido en Legí: Había allí un campo sombrado de lentejas, y el ejército huía ante los filisteos, 12 pero él se puso en medio del campo, lo defendió y derrotó a los filisteos. Yavé obró ahí una gran victoria.
13 Estos tres, los más valientes de los treinta, bajaron juntos donde David, a la caverna de Adulam, en el tiempo de la siega, mientras que una tropa de filisteos acampaba en el valle de Refaím; 14 David estaba en el refugio y había en Belén una guarnición filistea. 15 Se le antojó decir a David: "¡Cómo me gustaría beber agua del pozo que hay junto a la puerta de Belén!" 16 Entonces los tres héroes penetraron en el campamento de los filisteos, sacaron agua del pzo que está en la Puerta de Belén y se la ofrecieron a David. Pero él no quiso beberla, sino que la derramó como ofrenda a Yavé, 17 diciendo: "No permita Yavé que yo haga tal cosa. ¿No es la sangre de esos hombres que arriesgaron su vida por ir a buscarla?" Y no quiso beber. Esto hicieron los tres héroes.
18 Abisaí, hermano de Joab e hijo de Sarvia, era jefe de los Treinta. El blandió su lanza contra trescientos hombres y se hizo tan famoso como los tres. 19 Fue el más famoso de los Treinta, y pasó a ser su jefe, pero no igualó a los tres.
20 Banaias era el hijo de Yoyada, un hombre valiente y de grandes hazañas, El dio muerte a los dos hijos de Ariel de Moab; él también bajó a un pozo un día de nevazón para matar ahí a un león. 21 Mató también a un egipcio de gran estatura. El egipcio tenía una lanza en su mano, pero él lo enfrentó armado sólo de un palo; quitó la lanza de manos del egipcio y lo mató con su propia lanza. 22 Esta fue la hazaña de Banaías, hijo de Yoyada. 23 Se hizo famoso entre los treinta, pero no igualó a los Tres. David lo nombró jefe de su guardia.
24 Azael, hermano de Joab, también era de los treinta. Además, Eljanán, hijo de Dodó de Belén, 25 Sammá de Jarod, Elicá, de Jarod, 26 Jeles, de Pélet, Irá, hijo de Iqques, de Tecoa 27 Abiezer, de Anatot, Sibekay, de Jusá, 28 Salmón, de Ajoj, Najray, de Netofá, 29 Jeles, hijo de Baaná, de Nertofá, Itay, hijo de Ribay, de Guibeá de Bejamin; 30 Banaías, de Piratón, Hidday, de los torrentes de Gaas, 31 Abialbon, de Betaraba, Azmaet, de Bajurim. 32 Elyhá, de Saabón, Yasen, hijo de Jonatán, 33 Sammá, de Harar, Aijam, hijo de Sarar, de Harar. 34 Elifelet, hijo de Ajsbay, de Maaká, Eliam, hijo de Ajitofel, de Guió. Jesray, de Carmelo, Paaray de Arab, 35 Jigal, hijo de Natán, de Sobá, Bani, de Gad. 36 Seléq, el amonita. 37 Najaray, de Beerot, escudero de Joab, hijo de Sarvia. 38 Irá, de Yatir, Gareb, de Yatir, 39 Urías el heteo.
En total, treinta y siete.

24

El censo de David

24 1 Yavé se enojo de nuevo contra los israelitas. Movió a David a que hiciera el censo de Israel y Judá.
2 En efecto, David dio esta orden a Joab, jefe de su ejército: "Recorran todas las tribus desde Dan hasta Bersebá, para hacer un censo y que yo sepa cuánta gente tengo."
3 Joab replico: "Que Yavé, tu Dios, multiplique cien veces más tu gente. Ojalá tus ojos lo vean; pero ¿para que quieres un censo?"
4 Pero la orden de David prevaleció sobre los consejos de Joab y de los jefes del ejército, y ellos tuvieron que partir para hacer el censo de la población de Israel. 5 Pasaron el Jordán y, comenzando por Aroer, la ciudad que está al fondo del valle, siguieron después a Gad y a Gazer.
6 En seguida fueron a Galaad, luego al país de los heteos y a Cadés. Pasaron a Dan, desde donde regresaron a Sidón. 7 Alcanzaron la fortaleza de Tiro y todas las ciudades de los jeveos y cananeos y terminaron en el Nagueb de Judá, en Bersebá.
8 Así recorrieron todo el país y regresaron a Jerusalén después de nueve meses y veinte días.
9 Este es el resultado del censo que Joab entregó al rey en Israel había ochocientos mil hombres capaces de manejar la espada, y en Judá, quinientos mil.
10 David sintió latir su corazón cuando hubo hecho el censo y dijo a Yavé: "He pecado grandemente por lo que hice, ¡oh Yavé! Perdona, te ruego, mi falta, pues he cometido una locura."
11 Al día siguiente, cuando David se levantaba, Yavé había dirigido a Gad, el profeta vidente de David, las palabras siguientes: "Ve a decir a David de mi parte: 12 Te propongo tres cosas y yo haré que caiga sobre ti la que tú elijas. 13 ¿Quieres que el pueblo sufra hambre durante tres años?, ¿o bien prefieres tener que huir durante tres meses ante tus enemigos?, ¿o deseas que el país sea asolado por la peste, durante tres días? Ahora piénsalo bien, pues debo llevar tu respuesta al que me envió."
14 David dijo al profeta Gad: "Estoy en un gran apuro, pero prefiero caer en las manos de Dios, cuya misericordia es grande, y no caer en manos de los hombres." 15 David escogió, pues la peste.
Era el tiempo de la cosecha del trigo y Yavé envió la peste durante tres días completos, conforme a lo establecido. Desde Dan a Bersebá murieron setenta mil hombres.
16 El ángel de Yavé extendió su mano hacia Jerusalén para exterminarla, pero Yavé se arrepintió del castigo y detuvo alángel exterminador, diciendo: "Basta por ahora, retira tu mano."
El ángel de Yavé ya estaba junto al campo de Areuna, el Jebuseo.
17 David, al darse cuenta de la mortandad, suplicó a Yavé: "Señor, yo soy el que ha pecado. ¡Yo obré mal, Señor!, pero éstas, las ovejas, ¿qué han echo? Caiga, Señor, tu mano sobre mí y mi familia; sobre nadie más."

18 Ese día, Gad fue a ver a David para decirle: "Anda al campo de Arteuna el jebuseo y edifica allí un altar a Yavé." David partió obedeciendo la orden que le había dado Yavé por intermedio de Gad.
19 Cuando Areuna vio pasar el rey y su séquito, salió y se postró rostro en tierra ante el rey. 20 Y le preguntó: "¿A qué se debe, señor esta visita?" David le respondió: "Vengo a comprarte tu era para edificar allí un altar a Yavé. Pueda ser que así se acabe la peste que azota a todo el país." 21 Areuna, a su vez, le dijo: "Pero, señor, ocúpela no más y ofrezca allí cuantos sacrificios quiera. 22 Además, señor, puede disponer de mis bueyes para el holocausto y como leña puede usar la rastra y los yugos. 23 Todo se lo doy al rey: ¡Ojalá Yavé, tu Dios, te escuche!"
El rey, sin embargo, le contestó: "Gracias, Areuna. 24 Pero yo no voy a ofrecer a Yavé algo que no me cueste nada. Por eso, te lo quiero comprar todo." Y le pagó cincuenta siclos de plata por la era y los bueyes. 25 Después levantó el altar a Yavé, puso encima los bueyes, los quemó totalmente y ofreció otros sacrificios. Entonces Yavé se compadeció del país y se acabó la peste en Israel.

viernes, 18 de noviembre de 2011

1° REYES



INTRODUCCIÓN A LOS LIBROS DE LOS REYES

El tiempo de los Reyes constituye la tercera etapa de la historia de Israel, despés del tiempo de los Patriarcas (Abram, en los años 1750 antes de Cristo) y el tiempo del Exodo y la Conquista (Moisés, en los años 1250 antes de Cristo).
David había formado Jerusalén más o menos en el año 1000 antes de Cristo. El reino de David y su hijo Salomón, se dividirá a la muerte de Salomón, ocurrida en 932 antes de Cristo. La parte del norte, llamada reino de Israel, dejará de existir como nación al cabo de dos siglos. La parte del sur, llamada reino de Judá, durará hasta el año 587, año de la destrucción de Jerusalén y del Templo, con el Destierro a Babilonia.
Son cuatro siglos en total. Estos cuatro siglos de los Reyes son los más importantes de la historia sagrada, porque éste fue, más o menos, el tiempo en que Dios hizo surgir en ese pueblo los profetas.
La mayor parte de la Biblia se escribió en esos cuatro siglos. No solamente los grandes profetas dejaron sus obras: Isaías, Jeremías..., sino que grupos de profetas de menos importancia escribieron gran parte de la historia de Israel: la mayoría de las páginas del Génesis y del Exodo, los libros del Deuteronomio, de Josué, de los Jueces, de Samuel y de los Reyes.
Con esto vale decir que el período de los reyes es el más importante de la historia sagrada, y es el que conocemos con mayor precisión histórica.
Estos cuatro siglos no fueron sino una decadencia del Reino de Israel, al fijarse sólo en su prosperidad y poderío. Pero fueron cuatro siglos en que la fe de Israel, enfrentando tentaciones, persecuciones y dificultades de toda clase, maduró hasta alcanzar, en los grandes profetas, esta sublimidad y lucidez que sólo Cristo podía llevar más adelante.

EL LIBRO DE LOS REYES

Al comienzo, los dos libros de los Reyes formaban uno solo. Esta obra es el fruto de la reflexión de los profetas y terminó de redactarse durante el Destierro a Babilonia.
Se trata de una historia religiosa que, deliberadamente, omite hechos que a otros parecen importantes apenas se habla de los importantes reinados de Omrí y Jeroboam II en Samaria. El juicio es siempre desfavorable para los reyes de Israel, recordando cada vez la culpa del primero de ellos, Jeroboam, responsable de la división. Solamente se alaba a algunos reyes de Judá por su fidelidad a Yavé.

Se notarán tres partes:

- la magnificencia del reinado de Salomón y del Templo;
- la historia de los dos reinos separados de Israel y de Judá;
- después de la destrucción del reino de Israel, sigue la historia de Judá hasta su destrucción, en el 587.

Los capítulos referentes a Elías y Eliseo forman un conjunto aparte: 1 R, cap. 17-19, y 2 E, cap. 2 a 8.

1

Últimos años de David

1 1 cuando el rey David era ya muy viejo, por más que lo abrigaban no conseguía calentarse. 2 Entonces dijeron sus servidores: "Vamos a buscarle al rey una jovencita virgen para que lo acompañe y se acueste con él, a ver si así no tiene frío."
3 Luego de buscar por todo el país, encontraron en Sunem a una niña llamada Abisag y se la llevaron al rey. 4 La joven era muy bella; estaba al servicio del rey y le hacía compañía; él, sin embargo, no tuvo relaciones con ella.
7 Adonias, hijo de Jaguit, ambicionaba suceder a su padre. Por esto se había conseguido un carro tirado por caballos, y andaba rodeado de cincuenta hombre. 6 Su pare, sin embargo, nunca le había llamado la atención porque hacía eso. Es que tenía muy buena presencia, siendo hermano menor de Absalón. 7 Se puso al habla con Joab, hijo de Sarvia, y con el sacerdote Abiatar, ganándoselos para su causa. 8 En cambio, el sacerdote Sadoc, Banaías, hijo de Yoyada, el profeta Natán, Semeí, Reí ylos valientes de la guardia de David no estaban con Adonías.
9 Cierto día, Adonías, hizo un sacrificio de corderos, bueyes y terneros gordos, cerca de la piedra de Zojelat, que está junto a la fuente Roguel. Invitó a todos los hijos del rey, sus hermanos, y a todos los funcionarios reales nacidos en Judá; 10 pero no invitó al profeta Natán, ni a Banaías, ni a los valientes de la guardia, ni a su hermano Salomón.
11 En vista de todo esto, Natán fue a decirle a Betsabé, madre de Salomón: "¿No sabes que tenemos un nuevo rey, Adonías, hijo de Jaquit? Y el rey no tiene ni idea de esto. 12 Pues bien, si quieres salvar tu vida y la de tu hijo Salomón, sigue mi consejo: 13 Anda a ver al rey David y dile: Oiga, mi señor, ¿no le prometió usted a esta sirvienta suya que mi hijo Salomón iba a sucederle en el trono? ¿Cómo es, entonces, que Adonías dice que él es el rey? 14 Y mientras tú estés diciendo todo esto al rey, voy a aparecer yo para reforzar tus palabras."
15 Entró, pues, Betsabé al cuarto del rey; el rey era muy viejo y Abisag, la sunamita, estaba con él.

16 Se arrodilló delante de él, inclinándose hasta el suelo. 17 El rey le dijo: "¿Que deseas?" Ella respondió: "Tú, mi señor, no me habías jurado por Yavé, tu Dios, que mi hijo Salomón te sucedería en el trono. 17 Pues bien, sin que tú lo sepas, Adonías, se ha proclamado rey. 19 Hizo un gran sacrificio de toros, terneros gordos y corderos, al cual invitó a todos los hijos del rey, al sacerdote Abiatar, al general Joab, pero no a mi hijo Salomón. 20 Mi señor, todo Israel espera que túdigas quién se sentará en el trono después de ti. 21 Pues, si no lo haces, después de tu muerte, mi hijo Salomón y yo sufriremos las consecuencias."
22 Cuando estaba conversando con el rey, llegó el profeta Natán. 23 Luego de avisarle su llegada al rey, se presentó ante él., inclinándose profundamente. 24 En seguida le dijo: "¿Así que tú, mi señor, has decretado que Adonías será tu sucesor en el trono de Israel. 25 Digo esto, pues lo he visto hoy día ir a sacrificar una gran cantidad de toros, terneros gordos y corderos. 265 Además invitó a todos los hijos del rey, a los jefes del ejército y al sacerdote Abiatar. Y ahora mismo están todos ellos comiendo y brindando por el rey Adonías. 27 Pero a mí, tu servidor, al sacerdote Sadoc, a Banaías, hijo de Joyada, y a tu hijo Salomón no nos invitó. ¿Será posible que esto se haya hecho con el consentimiento del rey, sin que tú hubieras comunicado antes quién te sucedería en el trono?"

Salomón sucede a David

26 El rey David mandó llamar a Betsabé, y cuando estuvo en su presencia, le dij: 29 "Te juro por la vida de Yavé, que me libró de todas mis penurias, 30 que lo que yo te prometí ante Yavé, Dios de Israel, a saber, que tu hijo Salomón me sucedería en el trono de Israel, se cumplirá tal cual."
31 Betsabé se arrodilló, inclinándose profundamente hasta el suelo, y exclamó: "¡Que viva por siempre mi señor, el rey David!"
32 Después el rey ordenó que comparecieran ante él el sacerdote Sadoc, el profeta Natán y Banaías, hijo de Yoyada. 33 Una vez en su presencia, les dijo: "Háganse acompañar por un grupo de mis servidores, y lleven a Salomón montado en mi propia mula, a Guijón. 34 Allí el sacerdote Sadoc junto con el profeta Natán lo ungirán como rey de Israel. 35 Después lo proclamarán como rey, al toque de trompetas. De vuelta, vendrá él delante de todos ustedes y se sentará en mi trono. El es quien reinará en mi lugar, y es a él a quien he puesto como jefe de Israel y Judá."
36 Banaías le respondió: "Amén. Yavé, tu Dios, es quien ha hablado por tu boca. 37 Quiera él estar con Salomón como lo estuvo contigo, mi señor, y hacer su reinado más poderoso que el tuyo."
38 Bajaron, pues, los tres con Salomón a Guijón, acompañados de los kereteos y de los peleteos. 39 El sacerdote Sadoc tomó el cuerno de aceite, que estaba en la Tienda de Yavé, y ungió con él a Salomón. 40 Cuando se oyó el toque de la trompeta, todo el pueblo empezó a avivar al rey Salomón. Después Salomón se puso a la cabeza de un desfile, y subieron todos tocando flautas y lanzando aclamaciones de alegría; era tal el estruendo que hacía estremecer la tierra.
41 Adonías y sus invitados ya había terminado de almorzar, cuando sintieron el barullo. Al oír Joab el sonido de la trompeta, preguntó: "¿Qué pasará en la ciudad, que se oye tanta bulla?" 42 No había terminado de hacer esta pregunta, cuando se presentó Jonatán, hijo de Abiatar. Al verlo, Adonías le dijo: "¡A ver! tú, que eres un hombre honrado nos traerás seguramente buenas noticias."
43 Pero él respondió: "No, al contrario. Nuestro señor, el rey David, ha hecho rey a Salomón. 44 Lo hizo montar en su mula y, acompañado de Sadoc, Natán y Banaías, y de los kereteos y peleteos, lo envió a Guijón, 45 donde Sadoc y Natán lo ungieron como rey. Luego regresaron felices, y toda la ciudad está ahora de fiesta; a eso se debe tanto barullo. 46 Más aún, Salomón ya tomó posesión del trono; 47 todos los grandes de la corte han venido a saludar al rey David y a desearle que Dios haga a Salomón más famoso que él, y su trono más grande que el de su padre. Incluso el mismo rey se ha sentado en la cama y ha exclamado: 48 "Bendito sea Yavé, Dios de Israel, porque hoy día me concede que uno de mi raza se siente en mi trono y que pueda yo contemplarlo con mis ojos."
49 Al oír esto, todos los invitados de Adonías se pusieron a temblar de miedo y, levantándose, se fueron cada uno por su lado. 50 Adonías, temiendo que Salomón le hiciera algo, fue a refugiarse al lado del altar. 51 Avisaron a Salomón que Adonías se había agarrado a los cuernos del altar y que había dicho: "Que el rey Salomón me jure, hoy mismo, que no me mandará apuñalar."
52 Salomón, en respuesta, exclamó: "Si se porta como un hombre honrado, no caerá en tierra ni uno solo de sus cabellos; pero si comete alguna falta, morirá." 53 El rey ordenó que lo sacaran de donde estaba y que fuera a verlo. Cuando lo tuvo en su presencia le dijo: "Márchate a tu casa tranquilo."

jueves, 17 de noviembre de 2011

2

Ultimas instrucciones de David

2 1 Pocos días antes de morir, David mandó llamar a su hijo Salomón para decirle:
2 "Muy pronto me voy a ir por el camino de todos. Para ti ha llegado el momento de ser firme y de portarte como hombre. 3 Guarda las ordenanzas de Yavé, tu Dios; sigue su camino, cumple sus leyes, sus mandamientos, sus disposiciones y sus consejos como está escrito en la Ley de Moisés. Así tendrás éxito en todas tus empresas y no te fallará ningún proyecto. 4 Pues Yavé me prometió que cumplirá sus promesas y que nunca faltará un descendiente mí en el trono de Israel, siempre que mis hijos se porten bien con él y le sean leales de corazón.
5 Tú sabes, además, lo que me ha hecho Joab, hijo de Sarvia: cómo asesinó a los dos generales del ejército de Israel, Abner y Amasá. Quiso vengarse en tiempo de paz de las muertes que hubo durante la guerra. Con esa sangre, no sólo manchó sus ropas y sus zapatos, sino también mi fama. 6 Actúa con él conforme a tu criterio, no permitiéndole que muera de viejo. 7 Tratarás, en cambio,muy bien a los hijos de Barzilay de Galaad. Los harás sentarse diariamente a tu mesa, pues ellos me atendieron cuando yo andaba huyendo de tu hermano Absalón.
8 Por último, no te olvides de Semeí, el benjaminita de Bajurim. El me lanzó toda suerte de maldiciones cuando yo salía rumbo a Majanaim. Cierto que, después, salió a recibirme cuando yo llegaba al Jordán y que por eso le juré por Yavé que no le quitaría la vida, 9 pero tú, no estás obligado, sabrás encontrar el medio más oportuno para que a pesar de sus años, muera en forma violenta.
10 David fue a juntarse con sus padres, y lo sepultaron en la Ciudad de David. 11 Reinó cuarenta años en Israel, de los cuales siete pasó en Hebrón y treinta y tres en Jerusalén. 12 Salomón subió al trono de su padre David y afianzó su poder.

Los primeros actos de Salomón

13 Adonías, hijo de Jaquit, fue a encontrar a Betsabé, madre de Salomón, y se postró ante ella. Ella le dijo: "¿Traes buenas intenciones?" "Sí", contestó. 14 Y añadió: "Quiero hablar contigo." Ella dijo: "Habla" Contestó Adonías: 15 "Sabes bien que el trono del rey me tocaba a mí y que todos los israelitas me preferían para que fuera su rey, pero David me negó el trono y se lo concedió a mi hermano, porque Yavé se lo tenía destinado.
16 Ahora quiero pedirte tan sólo una cosas; no me la niegues." Ella le dijo: "Habla". Dijo Adonías: 17 "Te suplico le pidas al rey Salomón, ya que a ti no te puede negar nada, que me dé por esposa a Abisag, la sunamita." 18 Betsabé le contestó: "Está bien, yo hablaré al rey por ti."
19 Entró Betsabé a ver al rey Salomón para hablarle en favor de Adonías. Se levantó el rey para recibirla y se postró ante ella; se sentó después en su trono y pusieron un trono para la madre del rey, la cual se sentó a su derecha.
20 Ella le dijo: "Vengo a hacerte una pequeña petición, no me la niegues." Contestó el rey: "Pide,madre mías, que no te lo negaré." 21 Ella añadió: "Da a Abisag, la sunamita, por esposa a tu hermano Adonías." 22 El rey Salomón respondió a su madre: "Con esto me pides que le entregue mi reino, pues es mi hermano mayor y lo apoyan el sacerdote Abiatar y Joab, hijo de Sarvia."
23 Entonces el rey Salomón dijo: "Que Yavé me haga morir, si no es cierto que al hacerme esta petición, Adonías se ha jugado la vida. 24 Y ahora, por Yavé que me ha sentado en el trono de mi padre David, y me ha construido una casa como había prometido, juro que hoy mismo morirá Adonías."
25 El rey Salomón dio órdenes a Banaías, hijo de Joyada, el cual fue a matar a Adonías.
26 Dijo el rey al sacerdote Abiatar: "Vete a Anatot, a tus tierras, porque mereces la muerte, pero no quiero hacerte morir hoy, porque llevaste el Arca de Yavé delante de mi padre y lo acompañaste en todos los trabajos y aflicciones que pasó." 27 Así expulsó Salomón a Abaitar, quiándole su oficio de sacerdote de Yavé, y se cumplió la palabra pronunciada por Yavé contra la familia de Helí, en Silo.
28 Estas noticias llegaron a oídos de Joab, quien había seguido también el partido de Adonías, aunque no el de Absalón. Se refugió Joab en la Tienda de Yavé y se agarró a los cuernos del altar. 29 Le dijeron al rey Salomón: "Joab se ha refugiado en la Tienda de Yavé y está al lado del altar." Salomón mandó decir a Joab: "Qué te sucede que te refugias en el altar? Y el respondió: "Tengo miedo del rey y me he refugiado junto a Yavé."
Salomón mandó a Banaías, hijo de Hoyada, con esta orden: "Anda y mátalo." 30 Entró Banaías en la Tienda de Yavé y le dijo: "El rey manda que salgas fuera." Joab se negó y declaró: "Aquí moriré."
Banaías llevó la respuesta al rey, diciendo: "Esto he dicho a Joab y esto es lo que me ha respondido." 31 El rey le dijo: "Hazlo como él te ha dicho: mátalo y sepúltalo, y con eso me limpiarás a mí y la casa de mi padre de la sangre inocente que derramó Joab. 32 Yavé hace recaer su sangre en su cabeza, ya que el asesinó a dos hombres buenos y mejores que él, sin que mi padre David lo supiera: a Abnier, hijo de Ner, jefe del ejército de Israel, y a Amasá, hijo de Jeter, jefe del ejército de Judá.
33 El castigo de estos crímenes caerá sobre Joab y su descendencia para siempre, mientras que David y su descendencia, su familia y su trono tendrán paz para siempre de parte de Yavé."
34 Subió Banaías, hijo de Yoyada y mató a Joab. Lo sepultaron en su casa, en el desierto. 35 EL rey puso al frente de su ejército a Banaías, en lugar de Joab, y puso al sacerdote Sadoc en el puesto de Abiatar.
38 Salomón mandó llamar a Semeí y le dijo: "Hazte una casas en Jerusalén; ahí te quedarás y no saldrás por ningún motivo. 37 El día que salgas y cruces el torrente de Cedrón, ten por seguro que morirás y sólo tú serás el culpable." 38 Semeí contestó al rey: "Está muy bien lo que tú dices, así lo hará tu siervo como tú lo mandas." Semeí se quedó un buen tiempo en Jerusalén. 39 Pero, al cabo de tres años, dos de los esclavos de Semeí fueron a refugiarse al territorio de Aquís, hijo de Maaca, rey de Gat. Se lo avisaron a Semeí: "Tus esclavos están en Gat." 40 Semeí se levantó, aparejó su burro y fue a Gat, donde Aquís, para recobrar sus esclavos. No hizo más que ir y volver con ellos. 41 Pero se lo avisaron a Salomón: "Semeí ha ido de Jerusalén a Gat y ha vuelto." 42 El rey mandó llamar a Semeí y le dijo: "¿Acaso no te hice jurar por Yavé y te advertí´: el día que salgas a alguna parte, ten por seguro que morirás? 42 Y tú mismo dijiste: está muy bien. ¿Por qué no has guardado el juramento de Yavé y la orden que yo te di?" 44 El rey prosiguió: "Recuerda todo lo mal que hiciste a mi padre David: Yavé hace ahora que tu maldad recaiga sobre ti. 45 En cambio el rey Salomón será bendito y el trono de David permanecerá ante Yavé para siempre."
46 El rey dio orden a Banaías, hijo de Yoyada, quien salió ymató a Semeí.
Contodo esto, el reino se hizo más fuerte enmanos de Salomón.

3

3 1 Salomón emparentó con Fraón, rey de Egipto. Tomó a su hija por esposa y la instaló en la Ciudad de David hasta que terminara de construir su casa, la Casa de Yavé y la muralla en torno a Jerusalén.
2 En estos tiempos el pueblo ofrecía sacrificios en los lugares más altos, porque todavía no se había edificado la Casa de Yavé. 3 Por este mismo motivo Salomón ofrecía sacrificios y quemaba incienso en los santuarios de lomas, pesar de que amaba a Yavé y seguía los preceptos de David, su padre.

El sueño de Salomón

4 El rey fue a Gabaón para ofrecer allí sacrificios, pues ése era entonces el más importante Santuario de Lomas. (Sobre aquel altar Salomón ha ofrecido muchos sacrificios: uno mil holocaustos) 5 Y en Gabaón se le apareció Yavé en sueños durante la noche, y le dijo: "Pídeme lo que quieras."
6 Salomón rspondió: "Tú has tenido gran amor a David, mi padre, ya que él te servía fielmente, como es debido y con sinceridad. También le has hecho un favor muy grande permitiendo que un hijo suyo le sucediera en el trono. 7 Ahora bien, Yavé, mi Dios, me has hecho rey en lugar de David, pero no sé todavía conducirme; 9 soy muy joven para estar al frente del pueblo que has elegido, pueblo tan numeroso que no se puede contar. 9 dame, pues, a mi, tu servidor un espíritu atento, para gobernar bien a tu pueblo y para decidir entre los bueno y lo malo, porque si no, ¿cómo podría gobernar este pueblo tan grande?"
10 A Yavé le gustó que Salomón le pidiese una cosa así. 11 Y le dijo: "No has pedido para ti una larga vida, ni has pedido riquezas, ni la muerte para tus enemigos, sino que has pedido inteligencia para gobernar con rectitud. 12 Por eso te concedo lo que pides; te doy sabiduría e inteligencia como nadie la tuvo antes de ti ni la tendrá después. 13 Además te doy lo que no has pedido, riquezas y gloria tales que mientras vivas no habrá rey alguno como tú. 14 Si sigues mis caminos, cumpliendo mis leyes y mandamientos, como lo hizo David, tu padre, te daré larga vida."
15 Al despertar Salomón, se dio cuenta que era un sueño. Volvió entonces a Jerusalén y fue delante del Arca de la Alianza del Señor. Ofreció consumidas por el fuego y también sacrificios de comunión, dando un banquete a todos su servidores.

El juicio de Salomón

16 En ese tiempo llegaron hasta el rey dos prostitutas 17 y una de ellas presentó así su queja: "Yo y esta mujer vivíamos en una misma casa y he tenido un hijo estando ella conmigo. 18 A los tres días de mi parto, también esta mujer tuvo un hijo. No había ningún extraño en casa, salvo nosotras dos. 19 El hijo de esta mujer murió ahogado durante la noche, porque ella se había acostado sobre él. 20 Entonces se levantó ella durante la noche y tomó a mi hijo de mi lado, mientras yo dormía, y lo acostó con ella, y a su hijo muerto lo puso conmigo. 21 Cuando me levanté para dar de mamar a mi hijo, lo hallé muerto; pero fijándome en él por la mañana, vi que éste no era el mío."
22 La otra mujer dijo: "Mi hijo es el vivo y el tuyo es el muerto." Pero la primera replicó: "Mientes, el mío, es el vivo", de manera que discutían en presencia del rey.
23 Dijo el rey: "La primera dice: el mío es el que vive, el tuyo el muerto. Y la otra dice: no, el tuyo es el que ha muerto." 24 Y añadió: "Tráiganme una espada." Cuando se la pusieron delante, dijo: 25 "Partan en dos al niño vivo y denle la mitad a cada una."
26 La verdadera madre del niño, conmovida por la suerte que iba a correr su hijo, dijo al rey: "Por favor, mi señor, que le den a ella el niño vivo y que no lo partan." Pero la otra dijo: "No será ni para ti ni para mí, que lo partan."
27 Sentenció el rey: "Para la primera el niño, y no lo maten, pues ella es su madre."
28 Todo Israel supo de la sentencia que Salomón había pronunciado y lo respetaron, pues vieron que había en él una sabiduría divina para hacer justicia.

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El poderío de Salomón

4 1 Reinó Salomón sobre todo Israel 2 y las personas que desempeñaron los más altos cargos de su gobierno fueron:
Azarías, hijo de Sadoc, sacerdote; 3 Eljoref y Ajías, hijos de Sisa, secretarios; Josafat, hijo de Ajilud, canciller. 4 Banaías, hijo de Hoyada, jefe del ejército. Sadoc yAbiatar, sacerdotes. 5 Azarías, hijo de Natán, superintendente, jefe de los gobernadores.
Zabud, hijo del sacerdote Natán, consejero del rey; 6 Ajisar, mayordomo del palacio. Adoniram, hijo de Abda, jefe de los que debían trabajar en las obras públicas.

7 Salomón tenía doce intendentes en Israel encargados de proporcionar todo lo necesario para él y su casa, cada uno durante un mes del año.
8 Estos eran sus nombrse: Ben-Hur, en los cerros de efraín; 9 Ben Dequer enMacás, Salbim, Betsemas y Elón-Betanán, Bej-Jesed, en Arubot; tenía Soco y toda la tierra de Jefer; 10 Ben-Abinadad tenía todo el territorio de Dor; 11 estaba casado con Tafa, hija de Salomón. 12 Bana, hijo de Ajilud, en Tanac y Meguido, hasta más allá de Jocmeam, y sobre todo Betsán, al sur de Jezrael, desde Betsán hasta Abelmejola, y Jocmeam.
13 Ben Gober, en Ramot de Galaad, tenía los campamentos de Jair, hijo de Manasés, que están en Galaad; tenía la región de Argob en el Basán, sesenta ciudades fortificadas, amuralladas con cerrojos de bronce. 14 Ajinadab, hijo de Ido, en Majanaim; 15 Ajimas, en Neftalí; también él se casó con una hija de Salomón, llamada Basemat. 16 Baaná, hijo de Jusay, en Aser y la costa montañosa. 17 Josafat, hijo de Faruaj, en Isacar; 18 Semeí, hijo de Ela, en Benjamín. 19 Guebar, hijo de Urí, en la tierra de Galaad, el país de Sijón, rey de los amorreos y de Og, rey de Basán.
Un gobernador estaba a cargo de la provincia de Judá.
27 Cada uno de estos intendentes cuidaba, un mes por año, que nada le faltara al rey Salomón y a todos los convidados a su mesa. 28 Llevaban la cebada y la paja para los caballos y mulos, al lugar donde el rey estaba cada uno según su turno.
22 Los víveres de Salomón eran treinta cargas de flor de harina y sesenta de harina cada día, 23 diez bueyes cebados y veinte bueyes de pasto, cien cabezas de ganado menor, aparte de los ciervos, gacelas, gamos y aves cebadas. 24 Es que Salomón mandaba, desde Tifsaj hasta Gaza, a todos los reyes al occidente del río Eufrates. Tuvo paz en todas sus fronteras. 25 Judá e Israel vivieron seguros y en paz, cada uno bajo su parra y su higuera, desde Dan hasta Bersebá, todo el tiempo que reinó Salomón.
20 Judá e Israel eran tan numerosos como la arena de las playas del mar. Comían, bebían y vivían felices. 21 Salomón dominaba todos los reinos desde el río Eufrates hasta el país de los filisteos y hasta la frontera de Egipto. Todos le pagaban tributo, y le estuvieron sometidos durante su vida. 26 Salomón tenía cuatro mil establos de caballos para sus carros, y doce mil caballos.
29 Yavé concedió a Salomón una sabiduría e inteligencia excepcionales, y un espíritu tan amplio como las arenas del mar. 30 La sabiduría de Salomón superó la de los sabios orientales más famosos y la de todo los sabios de Egipto.
31 Fue el más sabio de los hombres, más que Etán el ezraíta, que Hernán, Calcol y Dardá, hijos de Majol; su fama se extendió por todos los pueblos vecinos. 32 Pronunció tres mil parábolas y proverbios y sus poesías sagradas son mil y cinco.
33 Habló de las plantas, desde el cedro del Líbano hasta el hisopo que brota en los muros; disertó sobre cuadrúpedos, aves, reptiles y peces. 34 Venían de todos los pueblos para oír la sabiduría de Salomón, y todos los reyes que tuvieron noticia de su sabiduría le enviaron mensajeros.

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5 1 Hiram, rey de Tiro, envió sus servidores a Salomón, porque oyó que había sido ungido rey en lugar de su padre. Hiram había sido siempre amigo de David.
2 Salomón mandó decir a Hiram: "Sabes bien que mi padre, David no pudo edificar una Casa para Yavé su Dios, a causa de las guerras en que sus enemigos lo envolvieron hasta que Yavé los puso bajo la planta de sus pies. 4 Hoy, Yavé, mi Dios, me ha concedido paz por todas partes y no tengo adversarios ni quien me quiera mal. 5 Ahora quiero edificar una Casa al Nombre de Yavé, mi Dios, según lo que Yavé dijo a mi padre: El hijo tuyo, que yo pondré en tu lugar sobre tu trono, me edificará una Casa. 6 Así pues, ordena que se corten para mí cedros del Líbano. Mis servidores ayudarán a los tuyos y te pagaré como salario de tus servidores lo que tú me digas, pues tú sabes que no hay nadie en mi pueblo que sepa talar árboles como ustedes los sidonios."
7 Cuando Hiram oyó las palabras de Salomón, se alegró mucho y dijo: "Bendito sea hoy Yavé, pues ha dado a David un hijo sabio para gobernar este numeroso pueblo." Y mandó contestar a Salomón: "He oído lo que me enviaste decir; 9 yo daré cuanto deseas en madera de cedro y de ciprés. Mis servidores los bajarán desde el Líbano hasta el mar, yo los pondré en balsas y los llevaré al lugar que me mandes; allí los soltarán y tú los cargarás. Yo desearía que me los pagues con víveres que me proporcionarás para mi casa."
10 Hiram facilitó a Salomón toda la madera de cedro y ciprés que necesitaba. 11 Salomón dio a Hiram veinte mil cargas de trigo para la manutención de su casa y veinte mil medidas de aceituna molida. Así lo hizo Salomón todos los años.
12 Yavé dio sabiduría a Salomón, como se lo había prometido, y hubo paz entre Hiram y Salomón, ambos pactaron una alianza entre sí.
13 Salomón ordenó que treinta mil hombres escogidos de todo Israel trabajaran en sus obras. 14 Los enviaba al Líbano por turnos de diez mil al mes. Estos pasaban un mes trabajando en el Líbano, y dos meses en las casas. Adoniram estaba al frente de ellos, 15 además, Salomón tenía setenta mil portadores y ochenta mil canteros en la montaña, 16 sin contar a los capataces puestos por los intendentes al frente de las obras, unos tres mil hombres que mandaban a la gente empleada en los trabajos. 17 El rey mandó extraer grandes piedras labradas, para los cimientos de la Casa de Yavé. 18 Los obreros de Salomón, junto con los de Hiram y los guiblitas, cortaron y trabajaron la madera y las piedras para la construcción de la Casa.

miércoles, 16 de noviembre de 2011

6

Salomón construye el Templo

6 1 El cuarto año de su reinado sobre Israel, Salomón empezó a construir la Casa de Yavé. Era el año cuatrocientos ochenta después de la salida de los israelitas de la tierra de Egipto. Era el segundo mes del año (mes de Ziv)
2 La Casa tenía treinta metros de largo, diez metros de ancho y quince metros de alto. 3 El vestíbulo que precedía al Santuario de la Casas tenía diez metros de ancho y cinco metros de fondo. 4 Salomón hizo en la Casa ventanas con rejas.

5 Edificó junto al muro de la Casa, una galería en torno al Santuario y al Lugar Santísimo, e hizo habitaciones laterales alrededor. 6 La galería inferior tenía dos metros y medio de ancho, la intermedia tenía tres, y la tercera tres metros y medio de ancho, porque fue rebajando alrededor del templo, por la parte exterior, para no empotrar las vigas en las paredes de la Casa.
La Casa fue construida con piedras labradas de antemano en las mismas canteras, a fin de que en la construcción no se escucharan ni martillazos ni ningún ruido producido por instrumentos de hierro.
8 La entrada del piso de abajo estaba en el ala derecha de la Casa y por una escalera se subía al otro piso y de éste, al de arriba. 9 Cuando se terminó la construcción de la Casa, Salomón le puso un cielo raso de artesones sobre vigas de cedro. 10 Sobre todo el largo de la Casa se edificó la galería; cada uno de sus pisos tenía dos metros y medio de altura.
11 Yavé habló a Salomón y le dijo: "Si caminas según mis preceptos, 12 si obras según mis normas y guardas todos mis mandamientos, yo cumpliré lo que dije a tu padre David acerca de ti. 13 Habitaré en medio de los hijos de Israel, en esta Casa que estás construyendo y no abandonaré a mi pueblo."

14 Salomón llevó hasta su término la construcción de la Casa de Yavé. 15 Cubrió las paredes de la Casa al interior con planchas de madera de cedro desde el suelo hasta las vigas, quedando así todo el interior de madera. El suelo lo cubrió con planchas de ciprés. 16 Dispuso en el fondo de la casa un Lugar Santísimo, de diez metros de largo, forrado de cedro desde el piso hasta las vigas. 17 La parte anterior de la casa, el Lugar Santo, medía veinte metros. 18 En todo el interior, la madera estaba esculpida con figuras de calabazas y guirnaldas de flores. Así todo era de cedro y no se veía la piedra.
19 El Lugar Santísimo, en lo más interior de la Casa, era destinado para recibir el Arca de la Alianza de Yavé; 20 tenía metros de largo, diez de ancho y y diez de alto, y era cubierto de oro fino. 21 En la parte anterior de la Casa levantaron un altar de cedro cubierto de oro.
22 Salomón cubrió todo el edificio de oro, absolutamente todo.
23 Dentro del Lugar Santísimo, puso dos querubines hechos de madera de olivo silvestre, de cinco metros de alto. 24 Cada una de sus alas tenía dos metros y medio de largo, de manera que había cinco metros de una punta a la otra de las alas. 25 Los dos querubines tenían exactamente la misma hechura 26 y las mismas medidas, cinco metros de alto.
27 Colocó los querubines dentro de la Casa, con las alas desplegadas, de manera que, por el lado exterior un ala tocaba la pared y, en el medio de la Casa, las alas de ambos se tocaban. 28 Salomón cubrió de oro los dos querubines.
29 Las paredes de la Casa fueron esculpidas en todo su contorno, configuras de querubines, de palmas y guirnaldas de flores, tanto en el interior del Lugar Santísimo como en la parte anterior. 30 Salomón cubrió de oro el piso, tanto en el Lugar Santísimo como en la parte anterior.
31 Hizo la puerta del Lugar Santísimo de madera de olivo silvestre. El dintel y los postes ocupaban la quinta parte del total de la puerta. 32 Esculpió en ellas figuras de querubines, palmas y guirnaldas de flores y revistió con oro tanto los querubines como las palmas.
33 A la entrada de Lugar Santo puso puertas con postes de olivo silvestre, siendo las dos hojas de madera de ciprés. 34 Ambas hojas eran de dos tablones unidos por bisagras. 35 Estas también se esculpieron con querubines, palmas y guirnaldas de flores, y todo se cubrió con láminas de oro.
36 Luego edificó el patio interior con tres filas de piedras y arriba,tablones de cedro.
37 El cuarto año del reinado de Salomón en el mes de Ziv, se pusieron los cimientos de la Casa de Yavé, 38 y el año once, en el mes de Bul, que es el mes octavo, fue terminada en todas sus partes, conforme a todos los planos. La construcción había demorado siete años.

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7 1 Después, Salomón edificó su casa y en trece años la terminó totalmente. 2 Primero estaba la casa o palacio "Bosque del Líbano", de cincuenta metros de largo por veinticinco de ancho y quince alto. Se alzaba sobre cuatro filas de columnas de cedro que soportaban soleras de cedro. 3 Las soleras que estaban en número de cuarenta y cinco, o sea tres filas de quince. Estaban puestas sobre las columnas y soportaban un cielo de cedro.
4 Había filas de ventanas con celosías, cuarenta y cinco en total, quince por cada fila y cada una frente a otra cada tres pasos. 5 Todas las puertas y ventanas eran cuadrangulares y quedaba una frente a la otra.
8 Luego venía el Salón de la columnas; al que dio veinticinco metros de largo y quince de ancho, con un vestíbulo por delante.
7 Había también un Salón del Trono, donde Salomón administraba la justicia, y que se llama Salón del Juicio, cubierto de cedro desde un extremo hasta el otro.
8 La casa donde él vivía estaba en otro patio, detrás del Salón, pero de forma parecida. Y se hizo otra casa para la hija de Faraón que Salomón había tomado por esposa.
9 Todos esos edificios eran de piedra selecta, tallada a medida, aserrada por dentro y por fuera, desde los cimientos hasta las cornisas. 10 Incluso los cimientos eran piedras excelentes, grandes piedra de cinco y cuatro metros cada una, 11 y por encima había piedras selectas, labradas a medida, y madera de cedro. 12 El patio grande tenía en derredor tres filas de piedras talladas y una fila de tablas de cedro labrado, igual que el patrio interior de la Casa de Yavé y su Vestíbulo.
13 El rey Salomón mandó a buscar a Hiram de Tiro. Este era hijo de una viuda de la tribu de Neftalí, pero su padre era de Tiro y artesano en bronce. 145 Este Hiram era muy inteligente y entendido, capaz de hacer cualquier tipo de obra de arte con este metal. Fue donde el rey y ejecutó todos sus trabajos. 15 En primer lugar fundió dos columnas de bronce, cada una de nueve metros de alto. Un hilo de seis metros medía la circunferencia de cada columna. 16 Fundió asimismo dos capiteles de bronce de dos metros y medio de alto, 17 rodeados como de una red de cadenas entrelazadas entre sí, para ponerlos como remate de las columnas. 18 Moldeó en bronce granadas, dos filas alrededor de cada trenzado, cuatrocientas en total, doscientas en cada capitel. 19 Los capiteles que estaban en la cima de las columnas tenían forma de azucenas.
20 Asentó las columnas junto al vestíbulo del templo, 21 una a la derecha, llamándola Yaquín, y otra a la izquierda, y la llamó Boaz. 22 Así quedó terminada la obra de las columnas.
23 También de bronce fundido, hizo una gran concha , conocida por el nombre de Mar, completamente redonda, que tenía cincuenta metros de borde a borde, y dos metros y medio de altura. Un hilo de quince metros medía su contorno.
24 Debajo del borde habían calabazas todo en derredor. Daban la vuelta a lo largo de los metros, dispuestas en dos filas y fundidas en una sola pieza. 25 El mar se apoyaba sobre doce bueyes; tres mirando al norte, tres al sur, tres al este y tres al oeste. Las partes traseras de los bueyes quedaban hacia adentro. 26 El espesor de la concha era de un palmo y su borde era semejante al borde del cáliz de una azucena abierta. Contenía dos mil medidas.
27 Hizo también diez bases de bronce, de dos metros de largo, por dos de ancho y uno y medio de alto. 28 Las bases estaba construidas así: tenían paneles y los paneles estaban entre listones. 29 Sobre el panel que estaba entre los listones había leones, bueyes y querubines. Lo mismo sobre los listones. Por encima y por debajo de los leones y de los toros había adornos. 30 cada base tenía cuatro ruedas de bronce y ejes de bronce; sus cuatro pies tenían asas para soportar sus piletas, eran fundidas igual que los adornos. 31 La boca de la pileta estaba a medio metro más arriba que la parte superior de la base. esta boca era redonda y tenía las mismas esculturas que la base.
32 Las cuatro ruedas estaban bajo los paneles, y sus ejes formaban un solo cuerpo con la base; las ruedas tenían una altura de setenta centímetros. 33 Se parecían a las ruedas de un carro y venían de fundición con sus radios, sus llantas y sus cubos.
34 Habían cuatro asas en los cuatro ángulos de cada base, formando un cuerpo con la base. 35 La parte superior de la base formaba como un círculo de medio codo de altura, unido a los paneles, haciendo un solo cuerpo con ellos. 36 Hiram grabó sobre sus paneles querubines, leones y palmeras. 37 E hizo todas las bases de una misma fundición y de un mismo tamaño.
38 Hizo también diez piletas de bronce con capacidad para cuarenta medidas cada una; medían dos metros y las colocó sobre cada una de las bases. 39 Las bases las colocó así: cinco al lado derecho de la Casa y cinco al lado izquierdo. La gran pileta, o Mar, la colocó a la derecha de la Casa hacia el sureste.
40 Hiram hizo también los ceniceros, las paletas y unos calderos chicos para el agua. Hiram terminó todo lo que Salomón le había encargado para la Casa de Yavé. 41 Las dos columnas, las molduras de los capiteles que había encima de ellos, los trenzados para recubrir las dos molduras de éstos. 42 Las cuatrocientas granadas en dos filas, para los dos trenzados, 43 las diez bases con sus respectivas piletas. 44 La gran pileta o Mar con los doce bueyes sobre los que descansaba . 45 Los ceniceros, las paletas y los calderos chicos. Todos estos objetos eran de bronce brillante. 46 El rey los hizo fundir en las llanuras del Hordán, muy cerca de Adam, entre Sucot y Sartán, 47 en tan enorme cantidad que no se pudo calcular el peso del bronce.
48 Salomón puso en la Casa de Yavé todos los objetos que había mandado hacer: el altar de oro y la mesa de oro, donde ponían los panes de la ofrenda, 49 los candeleros de oro fino, cinco a la derecha y cinco a la izquierda, delante del "Lugar Santísimo"; las flores, las campanas y las despabiladeras de oro (tijeras para arreglar la luz de las velas); 50 las cucharas, los cuchillos y los calderos pequeños, las copas y los braseros de oro fino, las bisagras de oro par las puertas del "Lugar Santísimo" y del Templo.
51 Así fue concluida toda la obra que hizo el rey Salomón para la Casa de Yavé. Salomón hizo traer todo lo consagrado por David, su padre, la plata, el oro y todos los otros objetos, y los puso en los tesoros de la Casa de Yavé.

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8 1 Salomón congregó en Jerusalén a todos lo jefes de Israel, a los jefes de sus tribus y a los príncipes de sus familias, para subir el Arca de la Alianza de Yavé desde la ciudad de David llamada Sión.

Consagración del templo

2 Todos los hombres de Israel se reunieron junto a Salomón en el mes de Etanim, que es el séptimo del año, en la Fiesta de las Chozas. 3 Los sacerdotes tomaron el Arca de la Alianza de Yavé 4 y la tienda que la cubría, con todos los objetos sagrados que había en ella, y los subieron a la Casa de Yavé. 5 El rey Salomón y toda la comunidad de Israel reunida con él ante el Arca, sacrificaron ovejas y bueyes en tal cantidad que no se podían contar.
6 Los sacerdotes llevaron el Arca de la Alianza de Yavé a su sitio en el Santuario, ése es el Lugar Santísimo, bajo las alas de los querubines. 7 Pues los querubines extendían sus alas y formaban como un toldo encima del Arca y sus barras. 8 estas barras eran tan largas que sus puntas de veían desde el Lugar Santo que precede el Lugar Santísimo; pero no se veían desde afuera. Y permanecieron allí, hasta el día de hoy.
9 En el Arca no hay nada fuera de las dos tablas de piedra que Moisés colocó allí en en el Horeb, cuando Yavé pactó alianza con los israelitas a su salida de Egipto.
10 Cuando los sacerdotes salieron del Lugar Santo, la nube llenó la Casa de Yavé. 11 Por causa de la nube, los sacerdotes no pudieron continuar con la ceremonia. Pues la Gloria de Yavé había llenado su Casa.
12 Entonces Salomón declaró: "Yavé había dicho que permanecía en una espesa nube. 13 Así, pues, la Casa que he edificado será tu morada, una morada en que permanecerás para siempre."

14 El rey se volvió para bendecir a toda la asamblea de Israel; todos estaban de pie. 15 Y dijo: "Bendito sea Yavé, Dios de Israel, que habló personalmente a mi padre David y que, en ese día, ha cumplido lo que había dicho: Desde el día que saqué de Egipto a mi pueblo, Israel, no había elegido ninguna ciudad entre todas las tribus de Israel, para edificar una casa en la que esté mi Nombre. Hoy, sin embargo, he elegido a Jerusalén, para que ahi esté mi Nombre, lo mismo que he elegido a David para esté al frente de mi pueblo. 17 Mi padre David deseaba edificar una Casa para el Nombre de Yavé, Dios de Israel. 18 Pero Yavé le dijo: Ha sido bueno que pensaras edificar esta Casa. 19 Pero no lo harás tú, sino tu hijo, nacido de tu sangre. El edificará esta Casa para mi Nombre.
20 Yavé ha cumplido su palabra; he sucedido a mi padre David y me senté en el trono de Israel, como él lo había prometido, y he construido esta Casa para el Nombre de Yavé. 21 La he destinado para recibir el Arca con el documento de la Alianza que Yavé pactó con nuestros padres, cuando los sacó de la tierra de Egipto.

Oración de Salomón

22 Entonces Salomón se puso ante el altar de Yavé, en presencia de toda la asamblea de Israel. Extendió sus manos al cielo 23 y dijo:
"Yavé, Dios de Israel, no hay Dios semejante a ti, ni en el cielo, ni en la tierra. Tú eres fiel a tu alianza y tienes compasión con tus siervos cuando te sirven con sinceridad. 24 Tú habías anunciado este día a mi padre David, tu servidor. Hoy vemos que has sido fiel a tus palabras y has cumplido tus promesas.
25 Y ahora, oh Yavé, Dios de Israel, cumple bien esta otra promesa que le hiciste a David, diciendo: "Siempre habrá uno de tus hijos para servirme y reinar sobre Israel, siempre que tus hijos se comporten y me sirvan como lo has hecho tú." 26 Cumple, pues, la palabra que le dijiste a David, mi padre.
27 Pero, ¿será posible que Dios viva en medio de los hombres? SI los cielos invisibles no pueden contenerte, ¿cómo permanecerás en esta Casa que yo te he construido?
28 Escucha, pues, la plegaria y las súplicas que tu siervo hace hoy en tu presencia. 29 Que tus ojos estén abiertos día y noche sobre esta Casa, sobre este lugar del que tú mismo dijiste: En él estará mi Nombre, y dígnate escuchar las oraciones que haré en este lugar.
30 Escucha la plegaria mía y la de Israel, tu pueblo, cuando recen en este lugar. Desde tu morada celestial, escucha y perdona.
31 Vendrán a este lugar los que son acusados de algún crimen y juran que son inocentes. Cuando se presenten en esta Casa ante tu altar, 32 escucha tú desde los cielos y haz justicia. Castiga al malo, haciendo recaer sobre él todo el mal que hizo; pero declara inocente al que obró rectamente, premiándolo según tu justicia.
33 Si los israelitas son derrotados por sus enemigos por haber pecado contra ti,pero luego vuelven a ti y confiesan su pecado, rogando y suplicando en esta Casa, 34 escúchalos desde el cielo y perdona pecado de Israel. Devuélvelos a la tierra de sus padres.
35 Cuando tengan sequía, porque pecaron contra ti, si luego rezan en este lugar, confiesan su maldad y se arrepienten de sus pecados a consecuencia de sus apuros, 36 escucha desde los cielos y perdona a Israel. Enséñales el buen camino que deben seguir y envía lluvia sobre tu tierra que diste por heredad a tu pueblo.
37 Cuando haya hambre en el país, cuando haya peste, plaga del trigo, langosta o pulgón, cuando el enemigo tenga sitiada una de sus ciudades, en toda calamidad y enfermedad, escúchalos. 38 Sea cual sea el motivo de la súplica, si un hombre verdaderamente arrepentido te ruega y extiende sus manos hacia tu Ca, 39 escúchalo desde tu morada celestial. perdona, actúa y da a cada uno según se lo merezca, pues sólo tú conoces el corazón de todos. 40 Así los hombres te respetarán toda su vida y vivirán en esta tierra que diste a nuestros padres.
41 Vendrá un tiempo en que los extranjeros que no pertenecen a tu pueblo, Israel, también tendrán noticias de tu gran Nombre, de tu fuerza y de tu poder. 42 Si uno de ellos viene de una tierra lejana a rezar a tu Casa, 43 escúchalo desde tu morada celestial y haz todo lo que te haya pedido. Así todos los pueblos de la tierra conocerán tu Nombre y te temerán como te teme Israel; y sabrán que ése es el lugar donde se invoca tu Nombre, en esta Casa que yo he construido.

44 Cuando tu pueblo vaya a la guerra contra sus enemigos por el camino que tú le hayas señalado y supliquen a Yavé, vueltos hacia la ciudad que has elegido y hacia esta Casa que yo he construido para tu Nombre, 45 escucha tú desde los cielos su oración y plegaria y hazles justicia.
46 Cuando pequen contra ti, pues no hay hombre que no peque, y tú irritado contra ellos los entregues al enemigo, y sus vencedores los lleven al país enemigo, lejano o próximo, 47 si se convierten en su corazón en aquella tierra, diciendo: "Hemos pecado, hemos sido perversos, somos culpables", 48 si se vuelven a ti de todo corazón y con toda su alma en el país de sus enemigos que los deportaron y te suplican vueltos hacia la tierra que tú, diste a sus padres, hacia la ciudad que tú elegiste y hacia la Casa que he edificado para morada de tu Nombre, 49 escucha tú desde los cielos, lugar de tu morada, 50 y perdona a tu pueblo que ha pecado contra ti. Perdona todas las rebeliones con que te ha traicionado, y concede que hallen compasión entre los que los deportaron y les tengan piedad; 51 porque son tu pueblo y tu heredad, los que sacaste de Egipto, de en medio del horno de hierro.
52 Que tus ojos están abiertos a las súplicas de tu siervo y a las de tu pueblo, Israel, escuchándolos cuando clamen hacia ti. 53 Porque tú los separaste para que fueran tu herencia entre todos los pueblos de la tierra, como dijiste por boca de Moisés, tu siervo,cuando sacaste a nuestros padres de Egipto."
54 Al terminar Salomón esta plegaria y esta súplica, se levantó de delante del altar de Yavé, del lugar donde estaba arrodillado con las manos extendidas hacia el cielo, 55 y se puso de pie para bendecir a toda la asamblea de Israel, diciendo en alta voz:
56 "Bendito sea Yavé, que ha dado paz y reposo a su pueblo, Israel, según se lo había prometido; no ha faltado a ninguna de las promesas que hizo por boca de Moisés, su siervo. 57 Que ahora Yavé esté con nosotros como estuvo con nuestros padres, que no nos abandone ni nos rechace. 58 Que incline nuestro corazón hacia él para que caminemos por sus caminos y guardemos todos los mandamientos, los decretos y las ceremonias que ordenó a nuestros padres. 59 Que mis súplicas a Yavé permanezcan día y noche en su presencia para él dé lo merecido a mí, tu siervo, y a todo su pueblo según las necesidades de cada día, 60 para que todos los pueblos sepan que Yavé es Dios y que no hay otro. 61 Así los corazones de ustedes estarán enteramente con Yavé, nuestro Dios para caminar según sus preceptos y para guardar sus mandamientos como hoy."
62 El rey, y todo el pueblo con él, ofrecieron sacrificios ante Yavé. 63 Salomón ofreció como sacrificios de comunión veintidós mil bueyes y ciento veinte mil ovejas; así fue inaugurada la Casa de Yavé.
64 Aquel día el rey consagró el interior del patio que está delante d ela Casa, pues ofreció allí el holocausto, la oblación y las grasas de los sacrificios de comunión, porque el altar de bronce que estaba ante Yavé se hizo chico ese día, para contener todas las víctimas sacrificadas. 65 En aquella ocasión celebró Salomón la fiesta de las Chozas, y con él todo Israel. Era una gran asamblea, pues habían venido, desde la entrada de Jamat hasta el torrente de Egipto. Estuvieron en presencia de Yavé durante siete días y siete noches.
66 El día octavo despidió al pueblo. Bendijeron al rey y se fueron a sus casas, alegres y contentos por todo el bien que Yavé había hecho a su siervo David y a su pueblo Israel.


martes, 15 de noviembre de 2011

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Las obras de Salomón

9 1 Cuando Salomón hubo terminado la Casa de Yavé, el palacio real y todo cuanto quiso construir, 2 se le apareció Yavé por segunda vez, como se le había aparecido en Gabaón. 3 Yavé le dijo: "He escuchado la plegaria y la súplica que me has dirigido. He santificado esta Casa que me has construido para que ponga en ella mi Nombre para siempre, ahí estarán siempre mis ojos y mi corazón. 4 Si ahora me sirves como tu padre David, de todo corazón, y con rectitud, haciendo todo lo que te ordene y guardado mis mandamientos y mis ceremonias, 5 afirmaré para siempre tu trono sobre Israel, como prometí a David tu padre cuando le dije: "No faltará un hombre de tu descendencia sobre el trono de Israel".
6 Mas si ustedes y sus hijos después de ustedes se apartan de mí, y no guardan mis mandamientos ni los preceptos que les he dado y se van a servir a otros dioses extraños y los adoran, 7 yo arrancaré a Israel del país que le he dado,; arrojaré de mi presencia esta Casa que yo he consagrado a mi nombre, y todos los pueblos se burlarán de Israel y lo darán en ejemplo. 8 Todos los que pasen ante esta Casa magnífica hecha cenizas quedarán pasmados y preguntarán extrañados: 2 ¡Por qué ha hecho esto Yavé con este país y con esta Casa?" 9 Y les responderán: "Porque abandonaron a Yavé su Dios, que sacó a sus padres del país de Egipto, y han seguido a otros dioses, los han servido y los han adorado, por eso Yavé ha hecho caer todo este mal sobre ellos."
10 Durante los veinte años que Salomón edificó la Casa de Yavé y el palacio real, 11 Hiram, rey de Tiro, había proporcionado a Salomón madera de cedro y de ciprés y todo el oro que necesito. Al cabo de ese tiempo, Salomón le dio viente pueblos en la tierra de Galilea. 12 Hiram salió de Tiro para ver los pueblos que Salomón le había dado pero no le gustaron. 13 Dijo: 2¿qué pueblos son estos que me has dado, hermano?" Y los llamó Cabul, nombre que han conservado hasta el día de hoy. 14 Hiram había mandado al rey ciento veinte talentos de oro.
12 Ahora viene lo referente al trabajo obligatorio que el rey estableció para construir la Casa de Yavé, el palacio real, el Milo, la muralla de Jerusalén, Jasor, Meguido y Gazer, 16 pues Faraón, rey de Egipto, había subido y se había apoderado de Gazer, la incendió y mató a todos los cananeos que habitaban en la ciudad y se la dio en herencia a su hija, la esposa de Salomón. 17 Y éste reconstruyó Gazer, Betorón de abajo, 18 Balat y Tamar en el desierto de Judá, 19 todas las ciudades de aprovisionamiento que tenía Salomón, las ciudades de los carros de guerra y las de las tropas a caballo, y todo cuanto Salomón quiso edificar en Jerusalén, en el Líbano y en toda la tierra de su dominio.
20 A toda la gente que había quedado de los amorreos, de los heteos, de los fereceos, de los jeveos, de los jebuseos, que no eran israelitas, 21 cuyos descendientes habían quedado después de ellos en el país y a los que los israelitas no habían podido exterminar, les impuso trabajos forzados y les hizo pagar tributos, hasta el día de hoy. 22 Pero Salomón no empleó a ningún israelita como esclavo para construir sus obras, sino que ellos eran sus hombres de guerra, sus oficiales y sus jefes, sus escuderos, jefes de sus carros y de su caballería.
23 Los capataces que estaban al frente de las obras de Salomón y mandaban a la mano de obra requisada eran quinientos cincuenta.
24 Cuando la hija de Faraón subió de la ciudad de David al palacio que había hecho para ella, entonces edificó el Milo.
25 Después de terminada la Casa, tres veces al año Salomón ofrecía holocaustos y sacrificios de comunión en el altar que había edificado a Yavé, y hacía subir ante él el humo del sacrificio.
26 Salomón mandó también construir una flota en Asiongaber, que está cerca de Elat, a orillas del Mar rojo, en la tierra de Edom. 27 Hiram envió a esta flota algunos de sus marineros, conocedores del mar, con la gente de Salomón. 28 Llegaron a Ofir y trajeron de allí cuatrocientos talentos de oro que llevaron al rey Salomón.

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La reina de Saba visita a Salomón

10 1 La reina de Saba había tenido noticias de la fama de Salomón y vino a preguntarle sobre cuestiones muy difíciles. 2 Llegó, pues, a Jerusalén con un gran número de camellos cargados de perfumes y de gran cantidad de oro y joyas.
Cuando estuvo en la presencia de Salomón, ella le expuso todas sus dudas, 3 y Salomón aclaró todos sus problemas. No hubo misterio que el rey no pudiera aclarar.
4 La reina de Saba presenció la vida fastuosa de Salomón; vio la casa que se había edificado, 5 los exquisitos alimentos de su mesa, las habitaciones y los uniformes de sus servidores y las vestiduras de sus ministros, así como los sacrificios que se ofrecían en la Casa de Yavé.
6 Ella quedó maravillada, y dijo al rey: "Realmente era verdad lo que me habían dicho de ti y de tu sabiduría. 7 No creía lo que se me había dicho en mi país, hasta que he venido a verlo con mis propios ojos. Pero reconozco que no me habían contado ni la mitad. Tu sabiduría y bienestar supera todo lo que oí decir:
8 ¡Felices tus gentes" ¡Felices tus servidores, que están siempre junto a ti y escuchan tus sabias palabras"
9 Bendito sea Yavé, tu Dios, que te ha favorecido y te ha puesto en el trono de Israel. Yavé es que, en su inmenso amor por este pueblo, te ha puesto como rey para que lo guíes con rectitud y justicia."
10 Luego ofreció al rey ciento veinte talentos de oro, perfumes y joyas en gran cantidad. Nunca había llegado tanta cantidad de perfumes como los que regaló la reina de Saba a Salomón. 11 Pero la flota de Hiram que traía oro de Ofir, también había traído de ese lugar gran cantidad de maderas de sándalo y de joyas.
12 Con las maderas de sándalo, Salomón hizo balcones para la Casa de Yavé y la casa del rey, así como cítaras y arpas para los cantores. Madera como aquélla no se ha vuelto a ver hasta el día de hoy.
13 Salomón dio a la reina de Saba todo cuanto ella quiso; además le hizo regalos como sólo él podía hacerlos. Después, ella se marchó y volvió a su país con toda su gente.

14 La cantidad de oro que cada año recibía Salomón era de seiscientas sesenta y seis barras de oro, 15 sin contar las tasas y contribuciones de los mercaderes, de los comerciantes y de todos los reyes extranjeros de Arabia y de los gobernadores de todo el país.
16 El rey Salomón hizo trescientos grandes escudos de oro finísimos, empleando seiscientas monedas de oro para cada uno de ellos, 17 y trescientos escudos pequeños, de oro finísimo también, y los colocó en el palacio "Bosque del Líbano".
18 Hizo también un gran trono de marfil y lo revistió de oro finísimo. 19 El trono tenía seis gradas y detrás del trono había un respaldo curvado. Había dos brazos y dos leones de pie junto a los brazos, 20 más doce leones parados sobre las seis gradas, a uno y otro lado. No se hizo cosa parecida en ningún otro reino.
27 Todas las copas y vasos del rey Salomón eran de oro fino, como también toda la vajilla del palacio "Bosque del Líbano". Nada de plata, pues no se estimaba en nada en tiempo del rey Salomón, 22 porque el rey tenía una flota de barcos de Tarsis en el mar, con la flota de Hiram, y cada tres años venían de allá rayendo oro, plata, marfil, monos y pavos reales.

23 El rey Salomón sobrepasó en riqueza y sabiduría a todos los reyes de la tierra. 24 Todo el mundo quería conversar con él para aprovechar la sabiduría que Dios le había dado. 25 Año tras año cada uno le traía regalos: objetos de plata y oro, vestidos, armas, perfumes, caballos y mulos.
26 Salomón reunió carros y caballería, llegando a tener 1.400 carros y 12.000 caballos, y los distribuyó entre las ciudades de los carros y Jerusalén, cerca de él. 27 salomón hizo que la plata fuera tan abundante en Jerusalén como las piedras, y los cedros tan numerosos como los sicómoros en la llanura. 28 Los caballos de Salomón venían de Cilicia. 20 Se traía de allá un carro por seiscientas monedas de plata y un caballo por ciento cincuenta. En iguales condiciones se los exportaba para todos los reyes de los heteos y para los reyes de Aram. Los mercaderes de Salomón eran los que hacían todos estos trámites.

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Las esposas de Salomón

11 1 Salomón amó, además de la hija de Faraón, a muchas mujeres extranjeras: moabitas, sidonias, amonitas, edomitas y heteas. 2 Eran de estos pueblos a propósito de los cuales Yavé había dicho a los israelitas: "No se unan a ellas, ni ellos a ustedes, pues ellas los inclinarán hacia sus dioses." Pero salomón se enamoró de ellas: 3 tuvo 700 mujeres que eran princesas y 300 concubinas.
Ellas fueron la causa de que se desviara, 4 pues, en su ancianidad, sus mujeres lo llevaron tras otros dioses y ya no fue sincero con Yavé, como lo había sido su padre David. 5 Salomón se interesó por Astarté, diosa de los sidonios, Y Milcom, ídolo de los amonitas. 6 Se portó mal con Yavé y no lo siguió enteramente como David, su padre. 7 también edificó un santuario a Camos, el ídolo de Moab, en el cerro que está al oriente de Jerusalén, y otro a Milcom, dios de los amonitas. 8 Lo mismo hizo en favor de sus mujeres extranjeras, las que ofrecían perfumes y sacrificios a sus dioses.
9 Yavé se enojó contra Salomón, porque se había apartado de él. Dos veces se le había aparecido, 10 y le había dado órdenes al respecto: "No sigas a otros dioses." Pero Salomón no lo tomó en cuenta.
11 Entonces Yavé dijo a Salomón: "No has guardado mi Alianza, ni los preceptos que te había ordenado. Por esto te quitaré una parte de tu reino y se la daré a un servidor tuyo. 12 Sólo que, en atención a David, tu padre, no te lo quitaré mientras tú vivas, sino que lo arrancaré de manos de tu hijo. 13 Además no le quitaré todo el reino, sino que le dejaré una tribu en atención a David, mi siervo, y a Jerusalén, la ciudad que elegí para mí."

Los enemigos de Salomón

14 Yavé suscitó a salomón un adversario de nombre Hadad, edomita, de la familia real de Edom. 15 Cuando David venció a Edom, y Joab, jefe del ejército, subió a sepultar los muertos, mató a todos los varones de Edom, 16 pues Joab y todo Israel permanecieron allí seis meses hasta exterminar a todos los varones. 17 Pero Hadad logró escapar con algunos hombres edomitas de entre los servidores de su padre para irse a refugiar a Egipto. Hadad era entonces un niño de pocos años. 18 Partiendo de Madián llegaron a Parán, donde se les juntaron algunos hombres, y llegaron a Egipto, donde Faraón les dio casa, víveres y tierras. 19 Hadad cayó bien a Faraón, que le dio por esposa a la hermana de su mujer, la Gran Dama Tajfanés. 20 De esta hermana de Tajfanés tuvo un hijo llamado Genubat, que tajfanés crió en la casa de Faraón, de suerte que Genubat vivía en el palacio de Faraón con los hijos de éste.
21 Estando en Egipto, Hadad recibió noticias de que David había muerto y que también había muerto Joab, jefe del ejército. Dijo entonces Hadad a Faraón: "Déjame partir para ir a mi tierra." 22 Faraón le contestó: "¿Qué te falta estando a mi lado para que quieras irte a tu tierra?" El respondió: "Nada, pero déjame partir." Así, pues, Hadad llegó a ser un adversario: reinaba en Edom y odiaba a Israel.
23 Yavé incitó además contra Salomón a razón, hijo de Elyadá, que había huido de la casa de su señor Hadadezer, rey de Soba; 24 se le unieron algunos hombres y se hizo bandolero. Por eso David quiso matarlos. Pero se apoderó de Damasco y allí se estableció. 25 Fue adversario de Israel toda la vida de Salomón.

El profeta Ajías anuncia la división del reino

26 Jeroboam era hijo de Nabat, efratita de Sereda. Su madre era una viuda llamada Cerva. Estaba al servicio de Salomón y también se levantó contra el rey.
27 Las cosas fueron así: Salomón estaba edificando la muralla en el punto más débil de la ciudad de su padre David, con hombres reclutados en todo el país. Entre ellos estaba Jeroboam, hombre fuerte y valeroso. 28 Salomón vio cómo este joven hacía su trabajo y los puso al frente de todos los trabajadores requeridos en las tribus de José.
29 Un día que salió Jeroboam de Jerusalén, el profeta Ajías, de Silo, lo encontró en el camino. Este iba cubierto con un manto nuevo y estaban los dos solos en el campo.
30 Ajías tomó el manto nuevo que llevaba, lo rasgó en doce pedazos 31 y dijo a Jeroboam: "Tómate diez pedazos porque así dice Yé, Dios de Israel: Voy a dividir el reino de Salomón. 32 A ti te daré diez tribus y a Salomón le dejaré solamente una tribu, para cumplir mis promesas a David y porque Jerusalén es la ciudad que me elegí entre todas las tribus de Israel.
31 Esto sucederá porque ha adora a Astarté, diosa de los sidonios, a Camos, dios de Moab, y a Milcom, dios de los amonitas. No ha seguido mis caminos ni ha hecho lo que me parece justo ni ha observado mis leyes y mis mandamientos como lo hacía su padre, David."

34 No le quitaré todo el reino e incluso lo mantendré como rey hasta el fin de su vida, en atención a David, mi siervo, a quien elegí y que guardó mis mandatos y preceptos. 36 Pero sí tomaré el reino de manos de su hijo y te daré las diez tribus. A su hijo, sin embargo, le guardaré una tribu, pues quiero que mi servidor David tenga siempre su lámpara encendida en mi presencia en Jerusalén, la ciudad que yo elegí para poner en ella mi Nombre. 37 Te tomaré a ti y te haré reinar sobre cuanto desees y serás rey de Israel. 38 Si escuchas todo cuanto te ordene, y andas por mis caminos y haces lo que me agrada, guardando mis decretos y mandamientos como hizo David, mi siervo, yo estaré contigo y te edificaré una casa estable como se la edifiqué a David. Te encargaré las tribus de Israel 30 y humillaré a los descendientes de David, pero no para siempre."
40 salomón trató de dar muerte a Jeroboam, pero éste se escapó y se fue a refugiar a Egipto junto a Sesac, rey de Egipto, y allí estuvo hata la muerte de Salomón. 41 El resto de los hechos de Salomón, todo lo que hizo y su sabiduría, está escrito en el libro de los "Hechos de Salomón". 42 el tiempo que reinó en Jerusalén sobre todo Israel fue de cuarenta años. 43 Murió Salomón y fue sepultado en la ciudad de su padre, David. Su hijo Roboam le sucedió.