LA BIBLIA - INTRODUCCIÓN

La Biblia no ha caído del cielo. Aquí están libros que no se proclamaron desde las nubes, con algún parlante celestial, sino que se reunieron pacientemente a lo largo de siglos en el seno del Pueblo de Dios, gracias a la fe de sus minorías más conscientes.

Durante unos 18 siglos, desde Abraham hasta Jesús, el pueblo de Israel descubrió, cada vez con mayor lucidez, que el Dios Único se había ligado a él. Las experiencias de la comunidad nacional, los llamados de esos hombres, llamados profetas, que hablaban de parte de Dios, las inquietudes que se desarrollaban entre los creyentes: todo esto pasó de una que otra manera a esos libros. Y fueron los responsables religiosos de Israel los que recibieron, escogieron y acreditaron estos libros, integrándolos al Libro Sagrado.

Así se formó el Antiguo Testamento de la Biblia.Testamento se refiere a que estos libros era como la herencia más preciosa entregada por Dios a su pueblo escogido.

Después de tantas experiencias, llegó para el pueblo de Israel un tiempo de crisis en que Dios quiso llevarlos de una vez a la madurez de la fe. Para eso vino Jesús. Con él se llevó a cabo la experiencia más trascendental de toda la historia. Jesús, sus esfuerzos para salvar al pueblo judío de una destrucción inminente, su rechazo, su muerte y, luego, su Resurrección: ésta fue la última palabra de Dios.

La trayectoria de Jesús originó la predicación de la Iglesia y los libros que en ella se escribieron. Aquellos libros que fueron aprobados por los responsables de la Iglesia pasaron a integrar el Nuevo Testamento.

El Nuevo Testamento comprende:

LOS CUATRO EVANGELIOS. La palabra Evangelio significa la Buena Nueva. Esos son los libros en que los apóstoles de Jesús escribieron lo que habían visto y aprendido de él.

Luego viene el libro de los HECHOS DE LOS APÓSTOLES, escrito por Lucas, el mismo que escribió el Tercer Evangelio.

Luego vienen más de veinte CARTAS que los apóstoles dirigieron a las primeras comunidades cristianas.

El Antiguo Testamento comprende:

Los LIBROS HISTÓRICOS. Aquí vemos la actuación de Dios para liberar a un pueblo que quier hacer que sea su pueblo. Lo vemos educar a ese pueblo y dar un sentido a su historia nacional. En estos libros se destacan:

El Génesis. El Exodo. El Deuteronomio. Los libros de Samuel.

LOS LIBROS PROFETICOS. Dios interviene en la historia por medio de sus profetas, encargados de transmitir su palabra.

LOS LIBROS DE SABIDURÍA destacan la importancia de la educación y del esfuerzo del individuo para llegar a ser un hombre responsable y un creyente.

Ediciones Paulinas - Verbo Divino

jueves, 30 de junio de 2011

30

Contra la alianza con Egipto

30 1 Ay de estos hijos rebeldes, dice Yavé, que ponen en práctica unos proyectos que no son los míos y que se comprometen con pactos que no les he sugerido, de modo que acumulan así pecados y más pecados.
2 Han partido para Egipto, sin escuchar mis consejos, para pedirle asilo al faraón y refugiarse bajo la sombra de Egipto.
3 Ustedes esperan la protección del faraón, pero serán defraudados y se avergonzarán de haber buscado la sombra de Egipto.
4 Pues sus ministros han ido a Zoan y sus embajadores han llegado hasta Hanes. 5 Todos han traído regalos a un pueblo que no les servirá de nada y que no les conseguirá ni ayuda ni socorro, sino deshonra y malos ratos.
6 Oráculo sobre los animales del Negueb:
A través de una tierra pobre y triste,
poblada por leones
y por víboras y serpientes voladoras,
llevan sus tesoros, a lomo de burro,
y sus riquezas sobre la joroba de camellos,
a un pueblo que no les prestará ninguna ayuda.
7 A Egipto, cuyo auxilio es ineficaz y vano;
por eso, le he puesto el sobrenombre de
“El espantapájaros ocioso”

¡No nos comuniquen la verdad!

8 Anda, ahora, y escribe esto en una pizarra o en un libro,
para que sea, en el futuro,
algo que siempre los esté acusando.
9 Es un pueblo que nunca está conforme, son hijos hipócritas,
que se niegan a escuchar los consejos de Yavé.
10 Les andan diciendo a los videntes:
“No tengan más visiones.”
y a los profetas:”No nos comuniquen la verdad,
sino que, más bien, cuéntennos cosas interesantes de mundos maravillosos.
11 Desvíense del camino y no sigan esa ruta, quiten de de nuestros ojos al Santo de Israel.”
12 En vista de eso, así habla el Santo de Israel: “Ya que ustedes no han hecho caso a estas advertencias y han buscado, más bien, como apoyo lo falso y engañoso, 13 este pecado será para ustedes como un hoyo que se va agrandando en una alta muralla. Hasta que, de repente, en un momento dado, se derrumbe la muralla, 14 como se quiebra un cántaro de greda, roto sin contemplación.
De tal modo que no quede, siquiera, un solo pedazo bueno para tomar las brasas del fuego o para sacar agua de la noria.
Y continúa hablando así el Señor Yavé, el Santo de Israel:
15 “En la conversión y en la calma está la salvación y su seguridad, en una perfecta confianza. 16 Pero ustedes no lo han aceptado y han dicho: “¡Mejor huiremos a caballo!”
¡Pues bien, huyan nomás!
Y han añadido: “En rápidos carros.”
16 ¡Muy bien, también los perseguidores correrán rápidamente! 17 Mil huirán ante la amenaza de uno solo, y ante el ataque de cinco, todos ustedes huirán, hasta que sólo sobrevivan tan pocos de entre ustedes como un poste en la cumbre de un cerro o como un palo de bandera en una colina.


La prosperidad futura

18 Sin embargo, Yavé está esperando elmomento indicado para perdonarlos; por eso se levantará para recibirlos con bondad. Pues Yavé es un Dios justo y los que en él esperan son felices.
19 Sí, pueblo de Sión, que vives en Jerusalén, ya no llorarás más. El se compadecerá de ti, al sentir tus lamentos; lo llamarás y te atenderá.
20 Después que el Señor les haya dado el pan del sufrimiento y el agua de la aflicción, él, que es su educador, ya no se ocultará más y ustedes verán al que las enseña. 21 Tus oídos sentirán sus palabras resonar detrás de ti: “Este es el camino que deben seguir”, ya sea que vayan por la derecha o por la izquierda.
22 Encontrarás que son impuros la cubierta de plata de tus ídolos y el revestimiento de oro de tus estatuas. Los tirarás como unas inmundicias y les dirás: “Váyanse de aquí.”
23 El Señor te dará la lluvia para las semillas que hayas sembrado en el campo, y el pan que te producirá la tierra será sustancioso y nutritivo. Tu ganado pastará entonces en grandes potreros. 24 Los bueyes y los burros, que trabajan en el campo, comerán pasto limpio y con sal.
25 Sobre cualquier cerro alto y sobre cualquier colina elevada, habrá arroyuelos y vertientes, cuando llegue el día de la gran matanza y se vengan abajo los castillos.
26 Entonces la luna alumbrará como el sol y la luz del sol será siete veces más fuerte, el día en que Yavé vende la herida de su pueblo y le haga una curación a las magulladuras de sus golpes.

Dios derribará a Asur

27 Miren, la fama de Yavé viene de lejos, su enojo quema y su peso aplasta. En sus labios se nota la ira y su lengua es como un fuego que devora.
28 Su respiración es como un torrente que ha crecido mucho y que le llega a uno hasta el cuello. El viene para colar a las naciones con un colador muy fino y a poner sus riendas con freno en el hocico de los pueblos.
30 Yavé hará oír su voz majestuosa y mostrará su brazo, que se descarga con ardiente cólera, en medio de relámpagos que queman y de una tempestad de lluvia y granizo.
31 Pues por orden de Yavé, Asur será maltaratdo a palos y castigado. 32 Una y otra vez, recibirá los golpes de palo con que le pegará Yavé.
29 Ustedes cantarán, entonces, como en una noche de fiesta, en que todos los corazones están contentos. Como el que parte, al son de la flauta, para subir al cerro de Yavé, cerca de la roca de Israel, mientras se tocan tambores y guitarras se baila…
33 Porque de antemano está preparada la hoguera, y también será para su rey. Una fosa profunda y ancha, llena de leña y paja, que será encendida por la respiración de Yavé, que es como un río de azufre.

31

¡Ay de los que confían en sus armas!

31 1 ¡Pobres de aquellos que bajan a Egipto,
por si acaso consiguen ayuda!
pues confían en la caballería.
En los carros de guerra, que son numerosos,
y en los jinetes, porque son valientes.

¿Por qué no hicieron caso del Santo de Israel
y no consultaron a Yavé?
2 Porque él también es hábil en proporcionar desgracias,
y no cambia su palabra.
Pedirá cuentas a la banda de los malvados
y el socorro con el que contaban, no llegará.

3 El egipcio es un hombre y no un dios,
y sus caballos son carne, y no espíritu
En cuanto Yavé extienda su mano,
vacilará el protector
y caerá quien buscaba protección:
Juntos perecerán.

4 Así me ha dicho Yavé:
“Como un león o su cachorro ruge sobre su presa y la defiende,
sin asustarse por el número y los gritos d elos pastores,
así Yavé de los Ejércitos bajará a pelear sobre el cerro Sión.

5 Yavé de los Ejércitos, como pájaro que vuela,
protegerá a Jerusalén y la salvará,
perdonándola y liberándola.”

6 Hijos de Israel, vuelvan a aquel de quien tanto se han alejado. 7 En ese día, cada uno de ellos tirará sus ídolos de plata, o de oro, todos los ídolos que ustedes se han hecho y con los cuales ustedes han pecado.
8 Asur caerá sin intervención de hombre,
una espada, no de hombre, lo devorará.
El huirá ante esta espada,
y sus jóvenes serán hechos prisioneros.
9 Les entrará tanto miedo que abandonarán su posición,
y sus jefes, espantados, dejarán tirado el estandarte.

Esta es palabra de Yavé, cuyo fuego arde en Sión
y su horno está en Jerusalén

32

Un rey hará reinar la justicia

32 1 Un rey hará reinar la justicia y sus ministros gobernarán según el derecho.

2 Cada uno de ellos será como un lugar para protegerse del viento, como un refugio para guarecerse del temporal. Serán como un río que corre por el desierto o como la sombra de un cerro en medio de una lanura calurosa.

3 Entonces los que pueden ver ya no cerrarán más sus ojos y losoídos de los que oyen estarán atentos, 4 los indisciplinados tratarán de aprender y los tartamudos hablarán correctamente, 5 no se le tratará de “señor” al tonto, y el sinvergüenza no será considerado como una persona de importancia.

6 Pues el tonto sólo dice tonterías y en su interior anda tramando maldades, por ejemplo, cómo hacer el mal, o expresarse mal de Yavé, cómo quitarle la comida al hambriento o negarle un vaso de agua al sediento.

7 En cuanto al farsante, sus manejos son también peligrosos, pues anda tratando de perjudicar a los pobres con sus mentiras, aunque seanjustos los reclamos de estos humildes.

8 En cambio, el caballero sólo piensa lo correto y actúa siempre con decencia.

Paz después del castigo

9 Mujeres despreocupadas, levántense, oigan lo que les digo; hijas demasiado confiadas, escuchen mis palabras.

10 Dentro de un año, más o menos, ustedes que están tan confiadas, tembnlarán, al ver que se habrá acabado la vendimia y que no habrá más cosechas.

11 ¡Tiriten, despreocupadas, y asústense, ustedes, que andan tan confiadas. Quítense la ropa y apriétense la cintura!

12 Péguense en los senos por lo que les pasó a esos hermosos campos y a esas fértiles viñas; 13 ahora espinas y zarzamoras cubren los terrenos de mi pueblo, las casas de vida alegre y la ciudad feliz.

14 El palacio está abandonado, la ciudad bulliciosa está solitaria; el Ofel y la torre de guardia serán, en adelante, unas cavernas donde gocen los burros salvajes o donde pasten los rebaños.

Sobre vosotros se derramará el espíritu

15 Pero, sobre nosotros, se derramará el espíritu desde arriba. Entonces el desierto se transformará en un jardín, y el jardín crecerá como un bosque.

16 En el desierto acampará el Derecho; en el jardín descansará la Justicia. 17 La obra de la Justicia será la Paz y los frutos de la Justicia serán tranquilidad y seguridad para siempre.

18 Mi pueblo vivirá en paz, sus habitaciones serán seguras y tranquilas. 19 La selva será cortada, y la ciudad, arrasada, y u stedes, sin problemas, sembrarán 20 entonces, a orillas de los esteros, o soltarán, sin preocupaciones, su buey o su burro.

33

Salmo de Esperanza en Yavé

33 1 ¡Ay de ti, salteador que no has sido saqueado,
ladrón que no has sido todavía pillado!
Cuando hayas terminado tus asaltos, te saltearán,
y cuando hayas acabado con tus robos, te pillarán.
2 ¡Yavé, ten compasión de nosotros,
que esperamos en ti!
Sé tu nuestro apoyo, por la mañana,
y nuestra salvación en los momentos de aprieto.
3 Al sentir tus amenazas huyen los pueblos,
y cuando tú te paras, las naciones se dispersan.
4 Ustedes juntarán y se pelearán el botín.
como la langostas se amontonan
y se precipitan sobre el suyo.
5 Grande es Yavé, pues mora en las alturas,
y todo Sión conoce su justicia y su fuerza para salvar.
6 “Tu existencia está asegurada;
las riquezas que salvan son la sabiduría y la ciencia,
el temor de Yavé será tu tesoro.”

Intervención de Yavé

1 Miren cómo Ariel se queda por la calle
y cómo lloran amargamente los embajadores que venían en son de paz.
8 Los caminos están desiertos,
ya nadie pasa por allí.
No respetaron el contrato, han faltado a su palabra,
ya no se toma en cuenta a ninguna persona.
9 La tierra estça de luto y se muere,
el Líbano ha sido humillado, y queda árido,
el Sarón parece un desierto,
y un peladero, el Basán y el Carmelo.
10 “Ahora me levanto, dice Yavé,
y me pongo de pie con toda mi estatura.
11 Ustedes sembraron heno y cosecharán sólo paja,
mi respiración los quemará como una llama.
12 Los pueblos quearán reducidos a cenizas,
como zarzamora cortada a la que le prenden fuego.
13 Ustedes que están lejos, miren lo que he hecho,
y los que están cerca, conozcan cuál es mi fuerza.”
14 En Sión, los pecadores están angustiados
y los más impíos tiemblan de espanto.
¿Quién de nosotros podrá resistir a ese fuego devorador,
quién permanecerá al lado de esas llamas, que no se apagan nunca?
15 El que actúa siempre con honradez, que es sincero,
y que se niega a conseguir algo con trampa,
el que retira su mano para no aceptar la coima,
que se tapa los oídos para no oír sugerencias criminales
y cierra sus ojos para no ver la maldad.
16 Este tendrá su casa en las alturas,
vivirá seguro como en un castillo edificado sobre un peñasco
y nunca le faltarán ni el pan ni el agua.

Contempla a Sión

17 Tus ojos contemplarán a un rey en su esplendor
y verán un país inmenso.
18 Tu corazón recordará sus espantos, y dirás:
“¿Dónde está el opresor que pesaba y contaba los impuestos
y se llevaba a nuestros hijos?”
19 No verás más al pueblo insolente
cuyo idioma no se puede entender,
cuyas palabras te suenan raras.

30 Contempla a Sión, la ciudad de nuestras fiestas,
y que vean tus ojos a Jerusalén,
la casa segura,
la tienda que nunca se moverá.
Sus estacas no se mueven,
ni se rompen sus cuerdas.

21 Aquí está Yavé, el que hace cosas grandes por nosotros
más potente que río y amplios canales.
Aquí no cruzanlos barcos de remo
ni las naves poderosas,
22 sino que Yavé es el que nos gobierna,
Yavé nos pone leyes,
Yavé es nuestro rey:
El nos salvará.

23 Sus cordeles están sueltos, ya no sostienen más el mástil ni sirven para izar la bandera. Entonces serán tantas las cosas tomadas al enemigo que haya que repartir, que hasta los cojos se dedicarán a robar. 24 Y no habrá ningún habitante que diga: “Estoy enfermo”; al pueblo que allí viva, le perdonarán todos sus pecados.

martes, 28 de junio de 2011

34

Fin de Edom

34 1 Naciones, vengan a presenciar,
pueblos, pongan atención;
tierra y todo lo que encierras,
con tus continentes y sus habitantes, mira
2 cómo Yavé está enojado con todas las naciones
y no quiere saber nada con todos sus ejército.
Los ha condenado a la destrucción,
los ha entregado a la matanza.
3 Los muertos están tirados por las calles,
y se siente la fetidez de sus cadáveres.
4 Los montes chorrean sangre, pues todo
el ejército de los cielos se descompone.
Los cielos se enrollan como papel
y todo su ejército se marchita
como se secan los racimos nuevos
o como se ponen lacias las hojas de la higuera.
5 Pues mi espada se ha emborrachado en los cielos,
y ahora cae sobre Edom,
sobre este pueblo que yo quiero que sea castigado.
6 La espada de Yavé está cubierta de sangre
y está bañada en grasa,
con sangre de corderos y de chivatos,
con la grasa de los riñones de los carneros.
Porque Yavé ha hecho un sacrificio en Bosra,
y una gran matanza en tierra de Edom.
7 En vez de novillos caen los pueblos,
pueblos de gente valiente en lugar de los toros.
La tierra se ampapa de sangre
y el polvo se impregna de grasa,
8 porque es el día de la venganza de Yavé,
día en que se desquita el defensor de Sión.
9 Sus ríos son ahora de petróleo,
su tierra es de azufre,
todo el país es una hoguera inmensa…
10 Que no se apaga ni de día ni de noche,
y que despide humo continuamente.
Quedará abandonada para siempre,
y nunca más pasará alguien por ahí.
11 Servirá de refugio a los pelícanos y erizos,
y allí vivirán las lechuzas y los cuervos;
Yavé los medirá con el cordel de la nada
y le pasará el nivel del vacío.
12 Allí tendrán su casa los chivos;
y ya no habrá más nobles,
ni se nombrarán nuevos reyes,
Pues todos sus príncipes habrán desaparecido.
13 En sus palacios crecerán las zarzamoras
y en sus castillos, las ortigas y los cardos.
Serán una guarida de lobos
y un escondite para las avesturces.
14 Allí se juntarán los gatos salvajes con los pumas,
y se darán cita los chivos;
allí también se echará a descansar
el mosntruo llamado Lilit.
15 Allí tendrá su cueva la serpiente,
pondrá sus huevos y se echará encima hasta que se abran;
también allí se reunirán los buitres,
16 se encontrarán unos con otros.
Abran el libro de Yavé y lean,
¡ven que no falta ninguno!
Así es, pues su misma boca lo ha ordenado
y su soplido los ha juntado.
17 El ha sorteado la parte que le tocaba a cada uno
y con sus mismas manos, tomó la lienza
para repartirles el país.
Seran sus dueños para siempre y allí vivirán ellos y sus descendientes.

35

La vuelta de los desterrados

35 1 Que se alegren el desierto y la tierra seca,
que reverdezca y se cubra de flores la pradera.

2 Que se llene de flores como junquillos,
que salte y cante de contenta.
Pues le han regalado la grandeza del Líbano
y el brillo del Carmelo y de Sarón.
Allí aparecerá toda la grandeza de Yavé,
todo el brillo de nuestro Dios.

3 Robustezcan las manos débiles
y afirmen las rodillas que se doblan.
4 Díganles a los que están asustados:
“Calma, no tengan miedo,
porque ya viene su Dios a vengarse,
a darles a ellos su merecido;
él mismo viene a salvarlos a ustedes.”

5 Entonces los ojos de los ciegos se despegarán,
y los oídos de los sordos se abrirán,
6 los cojos saltarán como cabritos
y la lengua de los mudos gritará de alegría.

Porque en el desierto brotarán chorros de agua,
que correrán como ríos por la superficie.
7 La tierra ardiente se convertirá en una laguna,
y el suelo sediento se llenará de vertientes.
Las cuevas donde dormían los lobos
se taparán con cañas y juncos…

8 Por allí pasará una buena carretera,
que se llamará el camino santo;
por él no podrá transitar ningún impuro,
ni tampoco andar vagando los tontos.

9 No habrá ningún león
o fiera salvaje en sus alrededores,
sólo los rescatados caminarán por ahí.

10 Por este camino regresarán los libertados por Yavé
que llegarán a Sión, dando gritos de alegría,
y con una dicha eterna reflejada en sus rostros;
la alegría y la felicidad los acompañarán
y ya no tendrán más pena ni tristeza.

36

Datos históricos

36 1 En el año 14 del rey Ezequías, Senaquerib, rey de Asiria, subió contra todas las ciudades fortificadas de Judá, y se apoderó de ellas.
2 El rey de Asiria, desde Laquis, envió hacie el rey Ezequías a uno de sus generales con una numerosa tropa. El general se colocó cerca del canal del estanque superior, junto al camino del campo del batanero.
3 A su encuentro salieron el mayordomo del palacio Eliaquim, el secretario Sobná y el canciller Joas, hijo de Asaf.
4 El general les dijo: “Transmitan este recado a Ezequías. Así habla el rey de Asur. ¿En qué pones tu confianza? ¿Acaso crees que las palabras valenla sabiduría y reemplazan la fuerza en el combate? 5 ¿En quién te apoyas para rebelarte contra mí?

La invasión de Senaquerib

6 Ya sé, tú cuentas con la ayuda de esa caña rota que es Egipto, que rompe y traspasa la mano del que se apoya en ella. Así se porta el faraón con todos los que confían en él. Ustedes, tal vez me dirán: 7 “No es cierto, porque nosotros solamente hemos confiado en Yavé; pero, ¿no son justamente sus altares y sus lugares altos los que ha suprimido Ezequías, diciéndoles a la gente de Judá y Jerusalén: “Ustedes deben agacharse únicamente delante de este altar”? 8 Pues bien, haz una apuesta con el señor rey de Asur: Yo te doy dos mil caballos si puedes encontrar el mismo número de jinetes para montarlos. 9 ¡Pero ni siquiera eres capaz de hacer retroceder al más insignificante de los generales de mi patrón! ¡Tú creíste ahora, ¿piensas que he subido a este país para destruirlo sin el permiso de Yavé? Es, precisamente, Yavé quien me lo ordenó: “Sube contra este país y destrúyelo.”
11 Eliaquim, Sobná yJoas respondieron al general: “Por favor, habla a tus servidores en arameo, porque nosotros lo entendemos, pero no nos hables en judío frente a esta gente que está encima de las murallas.” 12 Pero el general les contestó: “¿Ustedes se figuran que mi patrón me man´do a decirles estas cosas nada más que a su patrón y a ustedes y no a la gente que está sentada arriba de las murallas y que junto con ustedes está condenada a comer sus excrementos y a tomar su orina?”
13 Entonces el general se puso de pie y hablando en alta voz, pronunció, en judío, estas palabras: “Oigan el mensaje del gran rey de Asiria.” 14 Así hable el rey: “No se dejen engañar por Ezequías, porque no los podrá salvar; 15 ni lo crean cuando trata de que ustedes confíen en Yavé, asegurándoles que Yavé los librará sin duda alguna y que él no permitirá que esta ciudad caiga en manos del rey de Asur.
16 No le hagan caso a Ezequías sino, más bien, al rey de Asur, quien les promete lo siguiente: Si hacen las paces conmigo y se rinden a mí, cada uno de ustedes comerá los frutos de su viña y de su higuera y tomará del agua de supozo, 17 hasta que venga y los lleve a una tierra como la de ustedes, tierra de trigo y de viñas, tierra de pan y de vino.
18 No se dejen engañar por lo que les dice Ezequías: “Yavé los salvará.” ¿Pudieron, acaso, los dioses de las naciones salvar cada uno a su país de las manos del rey de Asur? 19 ¿Dónde están los dioses de Jamat y de Arpad? ¿Dónde los dioses de Sefarvaim?, ¿dónde los de Samaria? ¿Fueron capaces de libertar a Samaria de mis manos? 20 ¿Cuál de todos los dioses de esos países ha salvado a su país de mis manos para que Yavé pueda también salvar de mis manos a Jerusalén?”
21 Todo el mundo guardó silencio y nadie le respondió, pues ésa era la orden del rey: “No le respondan a nada.”
22 El superintendente del palacio, Eliaquim, hijo de Helcías, el secretario Sobná y el canciller Joas, hijo de Asaf, volvieron a casa de Ezequias, con la ropa rasgada, y le contaron todo lo que les había dicho el general.

37

37 1 Cuando terminaron de halar, el rey Ezequías rasgó también su ropa, se puso un saco y se fue a la Casa de Yavé. 2 Enseguida mandó al superintendente del palacio, Eliaquim, al secrtario Sobná y a los sacerdotes ancianos vestidos de sacos, a ver al profeta Isaías, hijo de Amós, 3 con este recado: “Esto manda decir Ezequías: Este es un día de angustia, de castigo y de vergüenza; los niños están a punto de nacer, pero falta la fuerza para darlos a luz. 4 ¡Ojalá Yavé, tu Dios, haya escuchado las palabras del general con que el rey de Asur ordenó insultar al Dios vivo, y pueda Yavé tu Dios castigar esas palabras! ¡Ruega a Dios por los poocos que todavía quedamos!”
5 Cuando los ministros del rey Ezequías le entregaron ese recado a Isaías, 6 éste les contestó: “Díganle a su patrón que ésta es la respuesta de Yavé: No te asustes por las palabras que escuchaste, con las que me injuriaron los mozos del rey de Asur. 7 Lo voy a impresionar por una noticia que recibirá, de manera que vuelva a su país, y en su país será asesinado.”

8 Se fue el general y encontró al rey de de Asur, que estaba atacando a Libna. El general se había informado, en efecto, que el rey se había retirado de Laquis, 9 al comunicársele la siguiente noticia: “Taraca, rey de Etiopía, ha salido a atacarte.”

De nuevo, Senaquerib envió embajadores a Ezequías, 10 con esta advertencia para el rey de Judá: “Que no se burle de ti tu Dios, en quien confías, cuando te hace creer que no caerás en manos del rey de Asur; 11 pues sabes muy bien lo que los reyes de Asur han hecho con todos los países, esto es, los han destruido totalmente, 12 y tú ¿piensas que te vas a librar? ¿De qué les sirvieron sus dioses a las naciones que mis padres conquistaron, a Gozán, Jarán, Résef, y alos arameos de Tel-basar? 13 ¿Dónde están ahora el rey de Jamat, el rey de Arpad, el rey de Sefarvaim, de Hena y de Iva?”
14 Ezequías tomó la carta que traían los embajadores y la leyó. En seguida subió al Templo de Yavé y la desenrolló delante de Yavé. 15 Y dirigió esta súplica a Yavé: 16 “Yavé de los Ejércitos, Dios de Israel, 17 que estás sentado sobre los querubines, tú eres el único Dios de todos los reinos de la tierra; tú eres el creador del cielo y de la tierra.
Atiéndeme, Yavé; y escucha.
Abre, Yavé, tus ojos y mira.
Mira las palabras de Senaquerib con que manda insultar al Dios viviente.
18 Es cierto, Yavé, que los reyes de Asur han aniquilado a todas las naciones con sus habitantes, 19 y que han echado al fuego a sus dioses, aunque no son dioses de madera o de piedra, y por eso han sido destruidos. 20 Sin embargo, ahora, Yavé, Dios nuestro, líbranos de caer en sus manos, te lo suplico, para que todos los reinos de la tierra sepan que tú eres el único Dios viviente.”

La liberación milagrosa de Jerusalén

21 Entonces Isaías mandó a decir a Ezequías: “Esto es lo que piensa Yavé, Dios de Israel, a quien tú has dirigido tu oración a propósito de Senaquerib, rey de Asiria, 22 y ésta es la palabra que Yavé ha pronunciado contra él:

La Virgen de Sión te desprecia y se ríe de ti,
la hija de Jerusalén te hace burlas por la espalda.

23 ¿A quién le has levantado la voz
y lo has mirado con orgullo?
Al Santo de Israel.

24 Por boca de tus mensajeros has insultado a Yavé; dijiste:
“Con mis innumerables carros
he subido a las más altas montañas.
25 En las faldas del Líbano
He cortado sus altos bosques de cedros
y sus cipreses más hermosos,
he llegado hasta su más remoto recinto.”
26 ¿Lo oyes bien? Hace mucho tiempo que tengo eso preparado,
y años, que pensé en este plan
que ahora voy a realizar.
27 Tú debías dejar en ruinas las ciudades fortificadas.
Sus habitantes, sin fuerza en las manos,
quedaban espantados y confundidos.

Fueron como la hierba del campo,
como el pasto verde
que sirve para el techo,
o como el trigo verde
quemado por la peste.

28 Pero yo sé cuando tú te levantas y cuándo te sientas,
cuándo entras y cuándo sales,
y también cuándo te enojas conmigo.
29 Te has levantado contra mí,
tus palabras insolentes han llegado a mis oídos,
por eso pondré un anillo en tus narices
y un freno en tus labios,
a fin de hacerte volver por el camino por donde has venido.”

30 Isaías dijo a Ezequías: Esto te servirá de señal: Este año se comerá del trigo sembrado, y el año siguiente, lo que brote sin sembrar. Pero, al tercer año, podrán comer y cosechar, plantar viñas y comer su fruto.
31 El resto que sobrevivirá del pueblo de Judá, volverá a echar raíces y a dar fruto. 32 Pues de Jerusalén saldrá un resto, delmonte de Sión ungrupo de salvados. 33 Todo esto lo hará el amor celoso de Yavé de los Ejércitos.”
34 Ahora bien, Yavé dice sobre el rey de Asur:
“No entrará en esta ciudad, no le tirará ninguna flechas, no la atacará con torres rodantes ni construirá terraplenes contra ella, sino que se volverá por el camino que vino.”
35 No entrará en esta ciudad, pues lo asegura Yavé: “Yo defenderé esta ciudad y la salvaré, en atención a mí y a mi servidor David.”
36 Esta misma noche el Angel de Yavé hirió de muerte a ciento ochenta y cinco mil hombres del campamento asirio. A la hora de levantarse, en la mañana, no había más que cadáveres.

37 Senaquerib levantó su campamento y se fue. Y de regreso, se quedó en Nínive. Un día, mientras estaba adorando, dentro del templo, a Nisroc, su Dios, sus hijos Adramelec y Sareser lo asesinaron apuñaladas, y se pusieron a salvo en el país de Ararat. Le sucedió en el trono su hijo Asaradón

lunes, 27 de junio de 2011

38

Enfermedad y curación de Ezequías

38 1 Ezequías cayó enfermo de muerte. El profeta Isaías, hijo de Amós, vino a decirle de parte de Yavé: “Esto te dice Yavé: Pon en orden las cosas de tu familia, porque vas a morir y no sanarás.”

2 Entonces Ezequías volvió su rostro a la pared, y oró así a Yavé: 3 “Acuérdate, por favor, que te he servido fielmente con corazón honrado y haciendo lo que te agradaba.” Y se largó a llorar.

4 Entonces Yavé mandó a Isaías a decir al rey Ezequías: 5 “Esto te manda a decir Yavé, Dios de tu padre David: he escuchado tu oración, he visto tus lágrimas y te voy a sanar. Dentro de tres días podrás subir a la Casa de Yavé y te daré quince años más de vida. 6 Te libraré del rey de Asiria y protgeré esta ciudad.”Después Isaías dijo: “Tomen una torta de higos, aplíquenla a la llaga y el rey sanará.”

7 Ezequías preguntó: “¿Cómo voy a saber que sanaré y que subiré de nuevo a la Casa de Yavé?”

8 Isaías contestó: “Yavé te va a indicar con esta señal que él cumplirá lo que yo te prometo: La sombra que proyecta el sol sobre las escaleras del palacio de Ajaz, va a retroceder diez grados de los ya recorridos.

Y la sombra retocedió diez grados de los que ya había recorrido.

Cántico de Ezequías


9 Ezequías, rey de Judá, luego que sanó de su enfermedad, entonó esta oración:

10 Yo decía: En la mitad d emis días voy a penetrar
por las puertas del lugar adonde van los muertos,
y allí seré encerrado para el restos de mis años.

11 Yo decía: No veré más al Señor
en la tierra de los vivos.
ya no veré más a ninguno de los habitantes de este mundo.

12 Mi carpa es arrancada y tirada lejos de mí,
como una carpa de pastores.
como un tejedor tú enrollaste mi vida,
y me cortaste, separándome del hilo del tejido.

13 De la noche hasta la mañana acabas conmigo:
Grité hasta el amanecer.
como un león mueles todos mis huesos,
de la noche a la mañana acabas conmigo.

14 Pío como la golondrina,
gimo como la paloma;
mis ojos se vuelven para mirar hacia arriba:
Señor, estoy angustiado, responde tú por mí.

15 ¿Qué dire? ¿De qué le hablaré,
Cuando él mismo lo ha hecho?
cargaré todos los años de mi vida
con esta amargura de mi alma.

16 Señor, para ti vivirá mi corazón y respirará mi alma.
17 Tú me sanarás y me devolverás la vida,
mi enfermedad se cambiará en salud.
Tú has salvado mi alma de la fosa vacía;
porque te echaste a la espalda todos mis pecados.

18 Pues los muertos no te alaban,
ni te celebra la Muerte;
los que caen en el hoyo no esperan más en tu fidelidad.

19 El que está vivo, ese sí que te bendice,
como yo lo hago hoy día.
de padres a hijos conocerán tu fidelidad.

20 Oh Señor, ven a salvarme,
y tocaremos las cuerdas del arpa todos los días de nuestra vida,
en la Casa del Señor.

39

Después de una liberación

39 1 En aquel tiempo, Merodac-Baladán, hijo de Baladán, rey de Babilonia, mandó cartas y un regalo a Ezequías, al enterarse de su enfermedad y de su curación.
2 Ezequías se alegró mucho y enseñó a los mensajeros su tesoro: la plata, el oro, los perfumes, los aceites aromáticos, como también su arsenal y todo lo que había en sus bodegas. Nada quedó de su palacio y de sus posesiones que no se lo mostrase Ezequías.
3 Isaías vino a ver a Ezequías y le preguntó: “¿Qué han dicho esos hombres? ¿De dónde venían?” Y Ezequías respondió:
“Han venido de un país lejano, de Babilonia.”
4 Isaías le preguntó: “¿Qué han visto en tu palacio?” Ezequías respondió: “Han visto todo lo que hay en mi palacio. No ha quedado nada en mis tesoros que no se les haya mostrado.”

5 Entonces Isaías dijo a Ezeqauías: “Escucha la palabra de Yavé d elos Ejércitos. 6 Vendrán días en que todo lo que hay en tu palacio y todo lo que han atesorado tus padres hasta el día de hoy, será llevado a Babilonia y no quedará nada. 7 Y aun tus hijos, que tú has engendrado, servirán como eunucos en el palacio del rey de Babilonia.”

8 Ezequías dijo a Isaías: “Es buena la palara de Yavé que has anunciado.” Pues pensaré: “En mi vida, por lo menos, habrá paz y seguridad.”

viernes, 24 de junio de 2011

MENSAJE DE CONSUELO

LA HORA DEL DIOS REDENTOR

Los capítulos que siguen se refieren a acontecimientos que permitieron a los judíos desterrados a Babilonia que volvieran a su país. Estos acontecimientos están relatados al final del segundo libro de una nueva liberación, de una repetición de lo ocurrido al comienzo de la historia sagrada cuando Dios sacó a su pueblo de Egipto. Sin embargo, esta vez cabe hablar de REDENCIÓN.


Porque la palabra Redención, que tiene sentido de rescate, nos dice más que todo que se salva a alguien, o a algún pueblo, que se había perdido a sí mismo.
El Dios Libertador había venido a buscar un pueblo que no lo conocía y que no se conocía a sí mismo; ni siquiera eran un pueblo estos hombres a los que sacó de Egipto. Dios era nuevo para ellos, y ellos eran nuevos para él. El Dios Redentor, en cambio, es el que se dirige a una nación arruinada y que echó a perder sus propias riquezas. Habla a un pueblo pecador que, después de conocerlo, lo desobedeció hasta perderse a sí mismo.

La palabra Redención, pues, expresa el amor superabundante de Dios, que se inclina personalmente hacia el hombre rebelde y descarriado, envejecido y enfermo por su propia culpa, y le restituye la salud, le comunica una esperanza y le enseña el significado de sus sufrimientos. En el centro del presente libro dedicado al Dios Redentor; estará el retrato del HOMBRE REDENTOR, CRISTO.
Así que, cuando los judíos volvieron a su tierra con una visión más clara de sus pecados, empezaron a mirar hacia los nuevos horizontes que les ofrecía el Dios que perdona. No solamente debían restaurar su país, sino que también se harían los agentes de la RECONCILIACIÓN UNIVERSAL, de los hombres con Dios, y de los hombres entre sí.

DATOS HISTÓRICOS

Los judíos desterrados a Babilonia, ilustrados por la enseñanza de Jeremías y Ezequiel, sabían que eran el resto a partir del cual Dios resucitaría al pueblo de Israel. Pero no podían sino esperar la hora de Dios.
Como se comprueba en todas partes de la Biblia, Dios manda profetas cuando suceden cosas importantes, los envía para aclarar los acontecimientos e indicar un camino. Para Israel desterrado “el” acontecimiento fue Ciro, rey de los Persas. En el año 549 se rebela contra los medos, a los que debía sumisión, cinco años después reúne a medos y persas bajo su autoridad; después de cinco años, conquista Lidia. En la competición por el primer puesto le queda un último partido: el enfrentamiento con Babilonia.
Apareció entonces entre los judíos que habían salido de su país un gran profeta de quien no se conoce el nombre: A medida que se agitaba el escenario político, Dios le revelaba la hora de la liberación; además se le anticipaba un hecho misterioso. Yavé ahora había perdonado a su pueblo y, cancelando las cuentas pasadas, anunciaba su venida próxima. Estas son las bases del feliz mensaje que fue puesto a continuación de las profecías de Isaías y que forman los capítulos 40-55 de llamado “Libro de Isaías”.

MENSAJE DE CONSUELO

Es un mensaje de Buena Nueva, lo que en griego se dice: Evangelio. El profeta proclama a sus compañeros este primer Evangelio, imagen del que vendrá después:
- Los invita a creer: Yavé no ha sido vencido en la ruina de su pueblo. El es el único Señor del universo y dirige los acontecimientos presentes.
- Los llama a esperar: ya deben prepararse para volver a Jerusalén y construirla nueva, pues allí la humanidad encontrará a Dios.
- No se cansa de expresarles el amor y la ternura de Yavé, semejants a los de una madre.

Entre las palabras de ese profeta, que forman los capítulos 40-55 del libro de Isaías, se destacan cuatro poemas referentes al Servidor de Yavé. De alguna manera, el Servidor de Yavé, instrumento de su salvación, no es otro que el Mesías. Pero, al designarlo así, el profeta nos abre una comprensión mucho más amplia de la obra salvadora: ésta se realiza mediante el sacrificio del Servidor que reconcilia a Israel con su Dios: 42,1-4; 49,1: 50,4;52,13.


40

Consuelen a mi pueblo

40 1 Consuelen, dice Yavé, tu Dios,
consuelen a mi pueblo.
2 Hablen a Jerusalén, hablen a su corazón,
y díganle que su jornada ha terminado,
que ha sido pagada su culpa,
pues ha recibido de manos de Yavé,
doble castigo por todos sus pecados.

3 Una voz clama: “Abran el camino a Yavé en el desierto.
En la estepa tracen una senda para Dios,
4 que todas las quebradas sean rellenadas
y todos los cerros y lomas sean rebajados,
que se aplanen las cuestas,
y queden las colinas como un llano.”
5 Porque aparecerá la gloria de Yavé,
y todos la verán, porque Yavé ha hablado.

6 Una voz dice: “Grita.”
y yo respondo: “¿Qué he de gritar?”
La voz dice: “Toda carne es hierba,
y toda su delicadeza como flor del campo.
7 La hierba se seca y la flor se marchita
cuando sobre ella sopla Yavé.”
8 La hierba se seca y la flor se marchita,
mas la palabra de nuestro Dios permanece para siempre.

9 Sube, oh Sión, a un alto cerro
para proclamar una buena noticia.
Haz resonar fuertemente tu voz oh Jerusalén,
grita sin miedo.
Diles a las ciudades de Judá:
“Aquí está su Dios;

10 sí, aquí está el Señor Yavé,
que viene con mucho poder
y que lo someterá todo con su brazo.
Trae todo lo que ganó con sus victorias,
delante de él van sus trofeos.


11 Como pastor, lleva a estar a su rebaño,
toma en brazos a los corderos,
los pone junto a su corazón
y conduce al reposo a las paridas.

El Dios grande

12 ¿Quién pesó en elhueco de su mano el agua del mar,
o midió con una cuarta de su mano
las dimensiones del cielo?
¿Quién calculó toda la tierra con un decálitro,
pesó las montañas en una romana
y los cerros en una balanza?
13 ¿Quién impondrá sus criterios a Yavé,
o designará, por él, a sus ministros?
14 ¿A quién habrá consultado para juzgar;
para saber cómo se administra justicia
o para estar al día enlos métodos más prácticos?
15 Las naciones son como una gota en el borde del vaso.
Valen tanto como un grano de arena en la balanza.
Las islas pesan tanto como polvo fino.
16 El Líbano ni siquiera sirve para encender su hoguera,
y sus animales no alcanzan para quemarlos en un sacrificio.
17 Todos los países del mundo son como nada delante de él,
para él sonlo mismo que si no existieran.
18 ¿Con quién podrñán ustedes comparar a Dos?
¿Qué representación pueden dar de él?
10 El fundidor funde la estatua, el joyero la reviste de oro y le coloca cadenas de plata . 20 Un hábil escultor busca una palmera escogida y de allí saca madera que no se pudre para levantar una estatua bien firme)
21 ¿No lo sabían,
o nunca habían oído hablar de eso?
¿No se lo enseñaron desde el comienzo?
¿No han entendido cómo se fundó la tierra?
22 El vive más allá del techo de la tierra,
desde allí sus habitantes parecen hormigas.
Ha estirado los cielos como una tela,
los ha extendido como una carpa para vivir-.
23 Reduce a la nada a los grandes
y hace desaparecer a los gobernantes de la tierra.
24 Apenas han sido plantados o sembrados,
apenas su tallo ha echado raíces en el suelo,
sopla sobre ellos y se secan,
y un viento fuerte se los lleva como paja.
25 ¿Con quién podrán ustedes compararme,
o quién será igual a mí”, dice el Santo.
26 Pongan la cara hacia arriba ymiren:
¿Quién ha creado todos esos astros?
El, el mismo, que hace salir en orden su ejército, y que llama a cada estrella por su nombre.
Su fuerza es tan grande
y su poder tan inmenso,
que ninguna se hace la desentendida.
27 ¿Por qué dices tú, Jacob,
y lo repites tú, Israel:
“Yavé no me mira,
mi Dios no tiene idea de mis derechos”?
28 ¿Acaso no lo sabes,
o nunca lo has oído?
Yavé es un Dios eterno
que ha trazado los contornos del mundo.
No se cansa ni se fatiga
y su inteligencia no tiene límites.
29 El da la fuerza al que está cansado
y robustece al que está débil.
30 Los jóvenes se cansan y se fatigan
y hasta pueden llegar a caerse.
31 Pero los que esperan en Yavé
sentirán que se les renuevan sus fuerzas,
y que les crecen alas como de águilas.
Correrán sin fatigarse
y andarán sin cansarse.”

jueves, 23 de junio de 2011

41

Ciro, libertador de Israel

41 1 Islas, guarden silencio delante de mí,
y que los pueblos se reanimen.
Que se adelanten a hablar,
presentémonos juntos en el juzgado.
2 ¿Quién ha mandado desde el Oriente
a aquel que se topa con la victoria a cada paso?
¿Quién le entrega las naciones
y le somete los reyes?
“Su espada los convierte en polvo
y las flechas de su arco los dispersan como paja.
3 El los persigue y avanza sin que lo molesten,
sus pies apenas tocan el camino.”
4 ¿Quién realizó tales hazañas?
Aquel que desde el principio
llama a los hombres para que vivan.
Yo, Yavé, que soy el primero
y que estaré también con los últimos.”
5 Las islas lo ven y tiemblan de miedo,
y el terror llega hasta el fin del jmundo.
6 (se acercan y ya están allí, se ayudan unos a otros y mutuamente se dan ánimo. 7 El fundidor anima al joyero, el pulidor al herrero, mientras conversan sobre el enchapaddo: “Está bueno.” Y lo afianza con clavos para que no se mueva.)

Esperen una nueva salida

8 Pero tú Israel, eres mi siervo.
Yo te elegí, pueblo de Jacob, raza de Abraham, mi amigo
9 Yo te traje de los confines de la tierra
y te llamé de las regiones más lejanas,
diciéndote: "Tú eres mi servidor,
yo te elegí y no te rechacé."

10 No temas, pues yo estoy contigo,
no mires con desconfianza, pues yo soy tu Dios,
y yo te doy fuerzas, yo soy tu auxilio
y con mi diestra victoriosa te sostendré.
11 Todos los que se lanzan contra ti
serán avergonzados y humillados,
serán reducidos a la nada
y perecerán los que luchaban y peleaban contigo.
12 Buscarás a los que te atacaban pero no los hallarás;
serán totalmente derrotados, reducidos a la nada
los que te hacían la guerra.
13 Porque yo, Yavé, tu Dios, te tomo de la mano y te digo:
14 No temas, raza de Jacob, más indefensa que un gusano.
Yo vengo en tu ayuda, dice Yavé,
El Santo de Israel te va a liberar.

15 Mira que te convierto en un rastrillo
nuevo y con doble hilera de dientes.
Molerás los cerros y los harás polvo,
y dejarás las lomas como paja.

16 Las echarás al viento, que se las llevará,
el temporal las dispersará;
pero tú te alegrarás en Yavé,
y te sentirás orgulloso con el Santo de Israel.

17 Los pobres y los humildes buscan agua pero no encuentran,
y se les seca la lengua de sed.
Pero yo, Dios de Israel, no los abandonaré.
Yo, Yavé, los escucharé.
18 Haré brotar ríos en los cerros pelados
y vertientes en medio de los valles.
Convertiré el desierto en lagunas
y la tierra seca en manantiales.
19 Plantaré en el desierto cedros, acacias, arrayanes y olivares.
En la estepa plantaré cipreses, olmos y alerces.
Para que todos vean y sepan, miren y comprendan
que esto lo ha hecho la mano de Yavé
y lo ha creado el Dios Santo de Israel.

¿Quién lo habría predicho?

21 Presenten sus argumentos, dice Yavé,
hablen por su defensa, dice el rey de Jacob.
22 Preséntense para decirnos qué es lo que pasará.
¿Qué nos anunciaron en el pasado
para que nosotros nos fijáramos?
¿O ustedes, ahjora, nos van a comunicar lo que sucederá,
para que nosotros estemos prevenidos?
23 Indiquen lo que pasará en el futuro,
para que sepamos si ustedes son dioses.
Hagan algo al menos
para que lo veamos y los respetemos.
24 Pero, ¡no!, ustedes son nada,
y sus obras no valen nada.
Es una locura seguirles a ustedes.
25 Lo he encontrado en el norte,
y viene desde el oriente
ese que invoca mi Nombre.
Ha pisoteado a los jefes como al barro,
como el alfarero pisa la arcilla.

26 ¿Quién lo había dicho con anterioridad para que lo supiéramos?
¿Quién lo anunció en el pasado
para que pudiéramos decir: “Es esto”?
Nadie lo anunció,
nadie lo proclamó,
nadie dijo una palabra.
27 Yo fui el primero que dije a Sión: “Aquí están.”
y mandé un mensajero a Jerusalén con la Buena Nueva.

28 Miré y no había ningún consejero
a quien yo preguntara y que me respondiera.
29 Pues todos ellos no valen nada,
nada son sus obras
y sus ídolos, puro aire y vacío.